Más de 200 residentes de Dalt Vila se registraron este jueves un escrito en el Ayuntamiento de Ibiza para trasladar su malestar por las obras públicas , la falta de mantenimiento y la escasa comunicación por parte del Consistorio. «Nos sentimos olvidados» , resumieron los portavoces del colectivo, Rubén García y Leire Arteche, tras entregar 204 firmas en la sede del Servicio de Atención a la Ciudadanía (SAC), situada en el edificio Cetis.
Los vecinos pusieron el foco en tres cuestiones clave: la reforma de la plaza de Sa Carrossa , la supresión de aparcamientos y el deterioro del patrimonio. Las protestas se intensificaron tras conocerse que las obras eliminarán zonas verdes y modificarán la accesibilidad de la plaza. «Han quitado las plantas y quieren poner piedra o cemento», denunció García, quien advirtió de que la reforma dificultará el acceso a personas con movilidad reducida por la eliminación de una rampa existente.
Los firmantes consideran que la intervención en la plaza no solo carece de consenso, sino que también choca con la condición de Patrimonio de la Humanidad que ostenta el recinto amurallado. «Nos exigen usar ciertos materiales para hacer reformas en casa, pero luego ellos cambian las piedras de las calles sin criterio ni respeto», criticó García, en alusión a la intervención reciente en la calle Pintor Mariano Tur de Montis.
Los residentes reprochan al Consistorio que actúe sin criterios de conservación histórica claros , una crítica que han extendido también a otras actuaciones en las calles Santa María y Camí del Calvari, donde la eliminación de plazas de aparcamiento ha tensionado la movilidad en todo el recinto.
Aparcamientos eliminados sin alternativas
Una de las principales quejas recogidas en el documento entregado al Ayuntamiento hace referencia a la pérdida de plazas de estacionamiento. Según relataron los vecinos, el cierre del Camí del Calvari y las limitaciones impuestas por eventos como la Semana Santa o pruebas deportivas han reducido estrictamente las zonas de aparcamiento , generando un efecto dominó en las calles adyacentes.
«Cada vez nos resulta más difícil aparcar en nuestro propio barrio», subrayó García, quien denunció que el Consistorio no ha ofrecido alternativas ni mantenido conversaciones previas con los afectados .
Falta de representación vecinal
Los residentes apuntaron también a la ausencia de una asociación de vecinos formalizada como uno de los factores que podrían estar debilitando su interlocución con el Ayuntamiento. «Seguramente por eso no se nos tiene en cuenta», señaló Arteche, que lamentó la falta de sensibilidad institucional con un barrio habitado, y no solo turístico .
Reunión pendiente
Horas después del registro de las firmas, fuentes municipales confirmaron que el alcalde, Rafael Triguero, recibirá a los vecinos de Dalt Vila la próxima semana para tratar sus reclamaciones. No obstante, los residentes mantienen su desconfianza y exigen que se paralicen las actuaciones previstas hasta que exista un diálogo efectivo.