Con la voluntad de sumar belleza y unir diferentes lenguajes artísticos, el Centre Parroquial de Sant Carles se transforma este verano en un espacio escénico singular gracias a la escultura-joya Posidonia del maestro joyero Enric Majoral.
La instalación se presenta en el marco de la vigesimosexta edición del Festival Internacional de Música de Ibiza y el Concurso Internacional de Piano de Ibiza, en una propuesta multisensorial que busca potenciar la experiencia del público a través de la fusión entre música, arte visual y escultura.
La pieza inspirada en la vegetación marina
La pieza, suspendida en el aire, ha sido concebida como un móvil ingrávido y luminoso que emula el movimiento de la planta marina Posidonia cuando el sol filtra sus rayos bajo el agua.
Realizada en cintas metálicas de oro y plata, la obra se inspira en la elasticidad, flexibilidad y belleza natural de esta planta, emblema del Mediterráneo. La propuesta parte de una idea de la interiorista Marga Ferrer, miembro del Centre Cultural de Sant Carles, y supone una colaboración artística inédita en el festival.
Con Posidonia, Majoral continúa explorando lo que él denomina joia expandida, una línea experimental que traslada la joya a una escala monumental y establece vínculos entre forma, espacio, luz y sonido. El escultor y joyero incorpora también la dimensión sonora del metal en movimiento, dotando a la obra de una vibración única que dialoga con la música interpretada en el escenario.
Exhibición compartida
La experiencia artística se completa con la exhibición en la sala de las grandes pancartas del pintor alemán Erwin Bechtold, en homenaje póstumo a este histórico vecino de Sant Carles y colaborador habitual del Festival.
Además, la identidad visual de esta edición ha sido diseñada por el artista belga Gilbert Herreyns, con una serie exclusiva de grabados. Así, arte visual, escultura, música y memoria se entrelazan en esta edición, con Majoral, Herreyns y Bechtold como protagonistas de un encuentro artístico en mayúsculas.












