Lo que nació como un deseo compartido, una idea sin concretar, se ha transformado en un movimiento internacional que tiene a Ibiza como epicentro. Los Ray of Light Awards (ROLA), cuya primera edición se celebra estos días en el Teatro Pereyra, son mucho más que un certamen de cine y contenidos. Son un homenaje viviente al actor Ray Stevenson y su visión del arte como motor de conciencia, transformación y conexión humana. Su viuda, la antropóloga y activista Elisabetta Caraccia, lidera este proyecto desde el corazón, con la certeza de que el legado de Ray hoy se expande en forma de luz.
Un sueño sembrado por Ray, hecho realidad por su entorno
“Esto no fue un sueño que hayamos compartido en profundidad”, confiesa Caraccia en entrevista con La Voz de Ibiza. “Ray lo mencionaba, hablaba de que Ibiza sería el lugar perfecto para un festival distinto, con otra mirada. Plantó la semilla, pero nunca la desarrolló”. Esa idea latente cobró forma en 2023, durante la ceremonia de despedida del actor en la isla. Fue allí donde Simon Mirren—amigo íntimo del actor y guionista de Hollywood— propuso transformar el dolor de la pérdida en una celebración anual de su espíritu: “Hay que hacer algo cada año para honrar a Ray, y hacerlo bien”, recordó Elisabetta.
La chispa se encendió: el nombre Ray of Light surgió de inmediato, “como si estuviera esperando nacer”, dice Caraccia. Los amigos, inicialmente, le pidieron que solo se encargara de “escoger su vestido para la gala”, recuerda entre risas. Pero pronto entendieron que el festival requería un arraigo local más profundo. “Ellos no eran de la isla y esto nos tocaba de lleno. Terminó siendo un proyecto familiar”.

Transformar el duelo en creación
Desde lo personal, ROLA ha sido una forma de canalizar fechas difíciles en algo lleno de sentido. “Nos está ayudando infinitamente a cambiar la energía que traen estos aniversarios”, asegura Caraccia. “Pasamos de la tristeza a la acción, de mirar hacia abajo a mirar hacia adelante. Cada año, en vez de recordar con dolor, plantamos algo nuevo que le da más luz al mundo”.
Pero ROLA no es solo un consuelo íntimo, sino un manifiesto colectivo. “Ray siempre se preguntaba: ‘¿El mundo realmente necesita esto?’”, recuerda Elisabetta. “Y con este festival, la respuesta fue clara: sí. Porque estamos sumergidos en contenidos que desconectan, que adormecen, y necesitamos espacio para los que realmente alimentan el alma, sobre todo para los jóvenes”.
Ibiza como epicentro de conciencia
Ibiza ha sido un hogar, un refugio y una fuente de bendiciones para Elisabetta Caraccia y su familia. “Esta isla nos ha dado tanto… ha sido muy generosa con nosotros. Por eso sentimos la necesidad de compartir lo que tenemos, de devolver todo ese amor”.
El festival ha recibido más de 300 obras sin apenas promoción: películas, animaciones, documentales, series, vídeos de YouTube. “Es un certamen orgánico, que irá tomando forma cada año”, anticipa. “Lo importante no es el formato, sino el mensaje. Y lo que se ha visto es que sí, hay creadores ahí fuera que quieren contar otra clase de historias”.
Ibiza, dice Caraccia, es el lugar ideal para que este mensaje se escuche. “Lo que pasa aquí, se escucha en las cuatro esquinas del mundo. La isla tiene ese poder de irradiar”.
ROLA incluye también experiencias vivenciales, como el encuentro reciente con miembros de la comunidad indígena Huni Kuin del Amazonas, presentes en la isla de forma inesperada. “Cada día pasa algo mágico, sincrónico. Hoy, Día de la Tierra y de la Mujer, contar con su sabiduría para abrir el programa fue perfecto”, dice emocionada.

El agua como símbolo y guía
El tema elegido este año como leitmotiv del festival es el agua. No fue una decisión intelectual, sino una visión surgida durante una ceremonia espiritual de búsqueda de visión. “Estaba en retiro en el bosque, sin agua ni comida, y en un sueño me llegó una enseñanza preciosa de Ray sobre el agua y su forma de fluir”, relata Elisabetta. “Entendí que el festival debía inspirarse en eso: en fluir como el agua, encontrar siempre caminos, incluso ante los obstáculos”.
La pérdida de Ray fue uno de esos grandes obstáculos. Pero, como ella misma expresa con voz serena: “Hay posibilidad de fluir hacia un mar aún más grande y más hermoso, confiando en que todo está como debe estar”.
Una misión para el presente y el futuro
ROLA busca impactar desde ahora, pero también sembrar para el futuro. “Para mí, este festival es un regalo que Ray dejó para nuestros hijos”, asegura. Dos de los premios están dedicados a la juventud y a la nueva generación. “Ojalá ellos quieran continuar este proyecto, porque son los que más lo necesitan”.
Caraccia, antropóloga de formación, recuerda que los grandes cambios sociales se producen cuando cambian las narrativas. “Si seguimos contándonos viejas historias, seguiremos atrapados en viejos patrones. Y esos patrones no nos han llevado a un lugar sano”.
Para ella, el reto va más allá del entretenimiento: “Hay una epidemia silenciosa entre los jóvenes. Depresión, suicidio… cosas que nunca se habían visto así en nuestra historia. Tenemos que preguntarnos: ¿qué les estamos dando? ¿Qué historias les contamos? ¿Qué tipo de mundo les hacemos imaginar?”.
Por eso, ROLA no se limita a premiar obras, sino que intenta crear comunidad, conversación, conciencia. “No solo hablamos de comida física, también de la comida para el alma. Si les damos basura emocional, vivirán en un mundo de basura”.
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