Un estudio del Observatorio Social de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) identifica la carestía de la vivienda como «el factor determinante» de la exclusión social en el archipiélago y urge a los poderes públicos a adoptar medidas porque el problema no puede dejarse «en manos del mercado».
El informe ‘Vivienda y exclusión residencial en las Islas Baleares’, presentado este miércoles, analiza cómo la escasez de viviendas asequibles ha contribuido a generar una población trabajadora que, por la necesidad de destinar a la vivienda un parte importante de sus ingresos, vive en condiciones de pobreza.
El estudio apunta al agravamiento en las islas de la contradicción de que la vivienda sea a la vez un bien de mercado y un derecho básico por la presión de la demanda foránea. Las «crisis concatenada» y el atractivo de Baleares para estas inversiones por ser destino turístico internacional «alimentan la subida de precios y los hacen inasumibles para buena parte de la población», señalan los autores.
El régimen de tenencia de la vivienda propia, hasta ahora mayoritario en las islas, está siendo sustituido por el de alquiler, un mercado con constante incremento de precios en los últimos años, con especial inflación en Palma e Ibiza.
El alquiler más caro de las Islas
El precio medio de alquiler en las Islas se cifra en 639 euros mensuales, 100 más alto que en 2015. Y es en Eivissa donde más se nota, con precios de hasta 1.150 euros al mes en Santa Eulària des Riu o les secciones de la costa norte de Sant Antoni, que registran los precios más altos. Es la única isla donde los precios más baratos superan los 450 euros.
El 16 por ciento de las viviendas de las Islas están vacías y hay 7.684 infraviviendas, esto es pisos de menos de 30 metros cuadrados que no disponen de water en el baño, ni agua canalizada, ni evacuación de aguas residuales. Este tipo de infraviviendas suponen el 1,9 por ciento del parque total de Ibiza.
El 2% son infraviviendas
Según los analistas, las políticas públicas de vivienda han sido «casi inexistentes» en España en los últimos años, favoreciendo la tenencia en propiedad, «una debilidad que casi se convierte en una amenaza».Una muestra de la situación, destacan, es que desde 2008 a 2022 el número de agencias inmobiliarias registradas en las islas ha pasado de 3.775 a 7.732, un aumento del 104 %.
