La nueva planta depuradora de Vila, que se construye en terrenos de Sa Coma, carece aún de conexión eléctrica pese a que faltan tan solo dos meses para que se den por terminadas las obras. Asi lo ha asegurado a La Voz de Ibiza el gerente del Instituto Balear del Agua y la Calidad Mmbiental (Abaqua), el ibicenco Emeterio Moles.
Tal como se anunció la semana pasada, la idea es empezar a probar el funcionamiento de la planta a partir de febrero para poderla entregar y poner en marcha a lo largo del próximo mes de junio. La nueva instalación tendrá capacidad para tratar 25.000 metros cúbicos diarios de aguas residuales.
Emeterio Moles también ha adelantado que el Govern invertirá un millón de euros en la actual planta de Vila para garantizar un correcto saneamiento hasta la entrada en funcionamiento de la nueva depuradora. También se reutilizará parte de la maquinaria, que probablemente será llevada a la EDAR de Sant Antoni.
«Era una irresponsabilidad no acometer la inversión cuando está prevista y es muy necesaria. En modo alguno supone tirar el dinero», ha dicho el gerente. De hecho, el mal funcionamiento de la actual depuradora provoca continuos vertidos y malos olores en el torrente de Sa Llavanera, cuyos vecinos se han quejado repetidas veces de las molestias que produce.
El Observatorio de la Sostenibilidad de Ibiza Preservation culpa a la obsoleta depuradora de Vila de ser responsable de la gran mayoría de los vertidos fecales que se registran en Ibiza. De los más de 14 hectómetros cúbicos de agua tratados por las depuradoras de la isla, 7 han sido tratadas deficientemente, el 48,9 por ciento del total. La depuradora de Vila y los vertidos en el Torrente de Sa Llavanera se llevan la palma.