María de las Nieves Portas Ortiz (Ibiza, 1983), antes de terminar esta entrevista, dice: “Estoy muy agradecida y contenta por todas las felicitaciones que me han llegado estos días, pero quiero trasladar que no quiero sentirme como la protagonista: los protagonistas no somos los académicos, sino el conjunto del sector cultural que hace posible que la máquina de la cultura esté siempre engranada. Al final, quienes hacen posible eso son todas las personas que trabajan por y para la cultura”.
“Los académicos tenemos esta posición pero no por eso estamos por encima de otros que día a día están luchando por sacar sus propuestas artísticas adelante. No quiero que haya una diferencia jerárquica entre los académicos y los artistas. En mi caso no lo siento así. Es verdad que mi nombramiento es una noticia muy positiva, pero recalco que los protagonistas son quienes llenan los teatros, a los que después votamos y premiamos (en los premios Talía)”, asienta.
Nieves Portas, como es mejor y ampliamente conocida, deja así bien en claro que el arte del que disfrutamos se teje sobre un extenso telar de personas del cual a veces no alcanzamos a dimensionar (y, por ende, valorar) ni su extensión ni el esfuerzo que conlleva.
Con eso dicho, cabe destacar que Nieves viajó con apenas 16 años de su Ibiza natal a Madrid para ir tras su pasión: “En ese entonces no había Conservatorio de Danza”. Allí, estudió e inició una prolífica carrera, que hace poco más de un año la llevó a postularse y ser elegida para el puesto de directora del Teatre Principal de Maó, y que ahora llega a un nuevo hito al convertirse ella en la primera ibicenca (y primera balear del ámbito de la danza) en ser nombrada académica de la Academia de las Artes Escénicas de España (AAEE).
Por ello las muchas y merecidas felicitaciones.
Nieves Portas, artista, gestora y mujer
Nieves es bailarina, coreógrafa, artista, gestora cultural, mujer y también madre.
La conversación sobre la igualdad de género en el campo artístico llega también hacia el final de su entrevista con La Voz de Ibiza, pero el análisis que hace de la situación lo hace con la experiencia de pasar por distintos lugares de ese campo y quizás eso le da una riqueza (junto con la reflexión y el cuidado implícitos en el ritmo pausado de su voz) que hace que destaque entre toda la charla.
La charla sobre la igualdad de género comienza al hablar de la gestión cultural.
–¿Le parece que a veces el rol del gestor cultural es infravalorado?
–En mi caso, por ejemplo, soy gerente y directora artística del Teatre Principal de Maó. Es decir, me ocupo de la programación, que es lo más visible, pero también de toda la gestión de la casa: el edificio, el personal, lo económico, etcétera. Somos una fundación, dependemos de varias entidades, pero tenemos una gestión en cierta medida propia. Hay diferentes tipos de gestores culturales, en mi caso es de lo más completo que vas a encontrar. En los grandes teatros, estas dos figuras suelen estar separadas. Yo tengo que saber un poco de todo para poder gestionar todas las áreas. Además, tenemos que estar muy al día de las propuestas y tendencias, a mí también me gusta poder relacionarme con el sector artístico, hablar con ellos.
Luego, hacer frente a la gestión diaria de un teatro como este, a veces es difícil, y luego, como mujer… bueno, estos puestos suelen estar ocupados por hombres.
–Sobre eso era mi siguiente pregunta…
–Yo estoy muy bien, pero es verdad que las personas con las que yo me relaciono son mayormente hombres. Para mí no es ningún problema, no he tenido inconvenientes ni me he sentido infravalorada, simplemente es la realidad: estoy en una reunión y el 10% son mujeres.
Tenemos más dificultades para llegar a los puestos de dirección porque al final, por ejemplo yo que he sido madre, he desarrollado una carrera artística por años, y el hecho de haber tenido que atender a ciertas cuestiones familiares y de la maternidad no me ha permitido dedicarme a otros aspectos de mi formación. Históricamente, que yo pueda salir de casa, ocupar este cargo, no era lo común: lo público siempre ha pertenecido más a los hombres y a nosotras se nos permitían otros ámbitos.
Cada vez, por suerte, somos más mujeres las que conseguimos acceder a estos puestos, pero es difícil. Yo me siento muy orgullosa de estar aquí, quiero ser un ejemplo para otras mujeres.
–Cuando salió la noticia de su nombramiento como académica en la AAEE, circuló un dato llamativo y bastante fuerte: es usted una de las dos únicas mujeres directoras de teatros con programación lírica anual en España. ¿Es así?
–Es así, es fuerte, sí. Yo me di cuenta recién cuando empecé a ir a todas las reuniones de los teatros que producimos ópera. Me di cuenta que las gestoras de teatros en España somos muy pocas. Realmente me gustaría saber el número, porque no lo sé. Pero hay muy pocas que estén en puestos de gestión.
Así que estoy contenta de estar aquí, poder aportar mi visión también como mujer, mi visión de la vida y del mundo de las artes. Porque también como artista y mujer he vivido una serie de cosas que quiero que mejoren.
–¿Puede comentarnos algunas de esas situaciones?
–Por ejemplo, estar en una compañía de danza y que las mujeres cobráramos menos que los hombres. Hacíamos el mismo trabajo, trabajábamos las mismas horas, ¿por qué entonces la brecha salarial? Deberíamos cobrar todos por igual.
Luego sí que me he encontrado con algún director artístico que tenía una mentalidad muy… tradicional, por decirlo de manera suave, que a las mujeres nos trataba diferente. Claro, fue hace años, creo que ahora la gente es más consciente y denuncia más. Pero en aquella época todavía estaba ese miedo de que si hablabas no te volvían a llamar. También, a mí no me ha pasado, pero he presenciado abusos de poder de algunos directores sobre las mujeres. Lo he visto.
Así que una de las cosas que quiero es luchar por la igualdad entre hombres y mujeres en el sector artístico. Y desde mi posición, y por supuesto en el Teatre de Maó, no voy a tolerar ninguna actitud de ese tipo y voy a acompañar siempre a quienes denuncien ese tipo de situaciones. Son cosas que no se pueden permitir.
La primera ibicenca en la Academia de las Artes Escénicas de España
–Su nombramiento en la AAEE se produjo junto con su primer aniversario como directora del Teatre Principal de Maó. ¿Cuáles fueron sus líneas de trabajo este primer año y por dónde seguirá?
–Cuando me postulé, uno de mis objetivos propuestos era equilibrar la programación cultural. Había observado que había mucha presencia de música, gracias a la gran tradición musical que hay en Menorca, pero creo que un teatro de carácter público debe ser más plural y abarcar todos los géneros de las artes escénicas. En eso estoy. Cuando llegué ya había gran parte de la programación cerrada, pero la que presentaremos, 2024-2025, ya será completa hecha por mí y allí se verá un poco la línea que quiero seguir.
–En medio de eso, ¿cuál es el mayor desafío de ser académica de la AAEE?
–El principal es estar muy actualizada en cuanto a propuestas escénicas, no solo tener un conocimiento sobre las distintas áreas sino estar al día, consumir mucho producto cultural, asistir a representaciones, seguir de cerca las carreras de los artistas, saber qué es lo que necesita el sector para evolucionar. Tenemos la responsabilidad de estar formados y seguir formándonos diariamente para poder realmente aportar a la Academia desde nuestro conocimiento. Al final, somos expertos en cada área y se nos acepta por lo que se considera que podemos ofrecer con nuestra visión, así que todos mis compañeros tienen perfiles muy completos y eso hace que nos enriquezcamos entre todos.
–Es difícil estar al tanto de las propuestas de artes escénicas: no están disponibles en una plataforma como otros productos culturales pueden estarlo.
–Sí, sin embargo nosotros sí vemos muchos videos, sino sería imposible. Desde las islas se complica más que viviendo en centros neurálgicos como Madrid o Barcelona, por donde pasan muchas propuestas artísticas. Yo viví casi 20 años en Madrid, cuando estaba ahí tenía todo eso a mi alcance, pero ahora, desde las islas, es más complicado porque no tienes las mismas facilidades para acceder a todo ese contenido cultural. Pero a mí, justamente por eso, me enorgullece más poder formar parte activa de entidades como la AAEE, por que es más difícil que te conozcan o te seleccionen.
Los desafíos para las artes escénicas en Baleares
–Pensando en esas complicaciones y en los jóvenes de Baleares que quieren seguir la carrera artística, ¿qué haría falta, más ayudas?
–Indudablemente en las Baleares nos sentimos en desventaja con respecto a otros territorios de España, por ejemplo en cuanto a formación. Yo a los 16 me tuve que ir a Madrid porque no había conservatorio de danza. Las islas están muy limitadas y sobre todo las menores como son Ibiza, Menorca o Formentera. Si no fuera por la ayuda de mi familia nunca me hubiera podido ir afuera a estudiar.
Yo creo que los jóvenes que tienen la inquietud tienen que, primero, tener eso muy claro, si lo tienes desde pequeño como en mi caso es una suerte. Luego, evidentemente, te hace falta el apoyo familiar y económico. Al no haber centros de formación que puedan ofrecernos ciertas posibilidades nos vemos obligados a salir afuera, y sí creo que deberían existir más ayudas porque si no podemos hacerlo por motivos económicos o por una cierta comodidad, nos vemos limitados.
Hay que luchar por ello, yo me considero una persona muy persistente. Obviamente siempre me ha acompañado todo aunque no ha sido todo siempre fácil. Yo animo a la gente a que tenga en claro a lo que se quiere dedicar, que luche por ello, que se ponga un objetivo. Hay que tener mucha paciencia también. Cuando me pongo objetivos, miro a largo plazo. El camino es más largo pero al final es más gratificante.
–En cuanto a la oferta de artes escénicas en Ibiza y, en particular, el teatro, ¿cree que hay insuficiente oferta de obras?
–No considero que sea así. Antes de asumir como directora en el Teatre Principal de Maó, trabajé como coordinadora de artes escénicas para el Consell de Ibiza y junto a mis colegas desarrollaba la programación del Auditorio de Cas Serres, y hay muchos otros teatros e instituciones de Ibiza que están haciendo un esfuerzo por programar espectáculos de artes escénicas de calidad. Hay un problema que ha existido siempre con la cuestión de la publicidad cuando son instituciones de carácter público, muchas veces no existen los recursos necesarios para eso, yo lo he vivido desde adentro. Se invierte gran parte del presupuesto en traer una obra muy buena y luego a lo mejor no tienes los recursos para publicitarla. Entonces, esa puesta enorme que se hace a lo mejor no ha tenido mucho público porque no ha llegado a la gente.
Creo que también pasa otra cosa, además, que es que una parte de la sociedad quizás no pone mucho esfuerzo en conocer la programación cultural. La culpa no es ni de uno ni de otro. Yo, que la sigo, veo buenas obras, a lo mejor no con la frecuencia que nos gustaría, en eso sí estoy de acuerdo, pero creo que otro factor es que faltan espacios culturales. Por ejemplo, en Sant Antoni. El municipio no tiene ningún teatro público. Me gustaría que pudiera tenerlo y que hubiera más espacios, porque a veces hay muchas peticiones y pocas fechas, entonces no todo el mundo puede llegar a los teatros.
Creo que hay talento a raudales en Ibiza y en las Baleares, pero quizás falta algún espacio más.
