El cantante Raphael, uno de los iconos más reconocidos de la música española, pasa este verano en su casa de Sant Josep de sa Talaia, en Ibiza, acompañado por su esposa, Natalia Figueroa, su hija Alejandra y sus nietos. A sus 82 años, disfruta de unos días de descanso tras haber superado un linfoma cerebral diagnosticado a finales de 2024, un proceso que obligó a suspender su gira internacional.
La residencia del artista, situada en una urbanización exclusiva del municipio, ha sido escenario habitual de sus veranos. Este año, sin embargo, cobra un significado especial: rodeado de naturaleza y con la intimidad que ofrece la zona, Raphael aprovecha cada instante para recuperar fuerzas antes de volver a los escenarios.
Un diagnóstico inesperado
En diciembre de 2024, mientras grababa un especial navideño para televisión, el artista comenzó a sufrir síntomas neurológicos. Fue ingresado de urgencia en el Hospital Clínico San Carlos y trasladado al Hospital 12 de Octubre, donde se le detectó un linfoma con dos nódulos en el hemisferio izquierdo del cerebro. La situación obligó a cancelar conciertos de fin de año y toda su gira en América.
Durante el tratamiento, la familia fue su mayor apoyo. La discreta presencia de su mujer y su hija marcó cada etapa de la recuperación, que hoy se refleja en la imagen renovada que ofrece el cantante, sonriente y acompañado de sus nietos en playas de Ibiza.
Regreso a los escenarios
En abril, desde su casa en Sant Josep, Raphael anunció su vuelta con un mensaje en redes sociales: “Con una ilusión inmensa, hoy puedo anunciar que el próximo 15 de junio retomaré mi agenda. Quiero devolveros, en forma de canciones, todo el cariño que me habéis dado durante este tiempo.”
Su reaparición fue en el Teatro Romano de Mérida, donde reunió a 3.500 espectadores. Luego actuó en Marbella y en varias ciudades españolas. El próximo mes de septiembre retomará su gira internacional con conciertos en Latinoamérica.
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Ibiza, refugio personal
La isla mantiene una relación especial con Raphael, que la ha elegido en repetidas ocasiones como lugar de descanso e inspiración. Este verano, la casa familiar de más de 200 metros cuadrados junto al mar se ha convertido en su espacio de calma y recuperación.
Con vistas al Mediterráneo y en compañía de los suyos, el intérprete de Yo soy aquel afronta una nueva etapa en la que la salud, la familia y la música marcan la prioridad.
Raphael, presente y futuro
Las últimas imágenes publicadas en revistas especializadas lo muestran con un aspecto rejuvenecido, vistiendo su estilo habitual de camisas florales y colores vivos. Lejos de dramatismos, ha afrontado la enfermedad con discreción y fortaleza.
Ahora, mientras prepara el regreso a los escenarios en septiembre, Raphael confirma desde Ibiza que sigue vigente. Su voz y su legado permanecen intactos.