El mieloma múltiple, una de las patologías hematológicas más frecuentes en España, está dejando de ser considerada una enfermedad incurable. Así lo afirma Victoria Mateos, presidenta de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), quien subraya que los avances en ciencia y en terapias innovadoras están logrando respuestas cada vez más profundas y prolongadas en los pacientes. “Ya no debería describirse como una enfermedad incurable”, destacó con motivo del Día Mundial del Mieloma Múltiple.
El peso del mieloma en los cánceres de la sangre
El mieloma múltiple representa el 10% de todos los casos de cáncer hematológico. Según la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), cada año se diagnostican cerca de 3.000 nuevos casos en España, situándose como el tercer tipo más común de cáncer de la sangre, solo por detrás de linfomas y leucemias. Su incidencia y los desafíos asociados lo convierten en una prioridad para la investigación oncológica.
Terapias innovadoras que marcan un antes y un después
Los avances terapéuticos han transformado el pronóstico de los pacientes. Entre las opciones más destacadas se encuentran la inmunoterapia, los anticuerpos monoclonales, las terapias CAR-T y los anticuerpos biespecíficos. Estas herramientas no solo permiten controlar la enfermedad, sino que generan respuestas duraderas que abren la posibilidad de hablar de curación en determinados perfiles.

La especialista subrayó también la relevancia de la monitorización de la enfermedad mínima residual (EMR), un procedimiento que detecta la presencia de una sola célula cancerígena entre un millón de células sanas. La EMR negativa mantenida en el tiempo se ha convertido en el principal factor pronóstico, y alcanzar este resultado se ha transformado en el nuevo objetivo terapéutico.
Beneficios incluso en fases tempranas
Los pacientes con mieloma asintomático también se benefician de los avances científicos. Gracias a un diagnóstico más temprano y a la selección de terapias adaptadas, es posible intervenir en fases iniciales para frenar la progresión de la enfermedad. “Somos capaces de identificar a esos pacientes de nuevo diagnóstico que pueden recibir opciones de tratamiento eficaces”, señaló Mateos.
Curación: un objetivo alcanzable
Los datos actuales respaldan un optimismo prudente. Para los pacientes jóvenes sin factores de alto riesgo, la mediana de supervivencia libre de progresión es de 17 años, llegando a superar las dos décadas en algunos casos. Incluso entre los pacientes mayores, no aptos para trasplante, este periodo se acerca ya a una década, algo impensable hace apenas unos años.
“Es razonable» considerar que un número significativo de pacientes ya están curados o en vías de estarlo, afirmó la presidenta de la SEHH. No obstante, advirtió que todavía existen limitaciones, especialmente en pacientes de edad avanzada, con fragilidad o con alteraciones genéticas de alto riesgo.
Retos pendientes en el tratamiento del mieloma
A pesar de los avances, no todos los pacientes logran beneficiarse de estas innovaciones. La edad, la comorbilidad y la biología de la enfermedad siguen marcando diferencias en la evolución clínica. De ahí la importancia de seguir impulsando la investigación y ampliar el acceso a las terapias de vanguardia.
Iniciativas de apoyo a pacientes con mieloma
La SEHH ha puesto en marcha herramientas para mejorar el seguimiento de los pacientes y facilitar la toma de decisiones. Entre ellas destaca HematoBot, un asistente virtual que ofrece información actualizada sobre tratamientos, nutrición y fragilidad. Este recurso, respaldado por compañías farmacéuticas como Pfizer, Johnson & Johnson, BMS y Sanofi, permite consultas rápidas y fiables.
Además, la sociedad científica impulsa el programa EnforMMa, patrocinado por Sanofi, que promueve la práctica de ejercicio físico seguro y adaptado. El objetivo es mejorar la tolerancia a la enfermedad, mantener la autonomía funcional y favorecer una mejor calidad de vida.
Un horizonte de esperanza
El mieloma múltiple está dejando de ser sinónimo de enfermedad incurable. Las innovaciones en inmunoterapia, anticuerpos y terapias celulares han abierto un horizonte de esperanza, donde la curación funcional es ya una realidad para un número creciente de pacientes. Si bien los retos persisten, el futuro inmediato se dibuja alentador, con una supervivencia cada vez más prolongada y con proyectos que ponen en el centro no solo la enfermedad, sino también el bienestar integral de quienes la padecen.