La ruptura entre Junts y el PSOE ha desatado inquietud en La Moncloa y en Ferraz, donde las fuentes consultadas reconocen que, pese a los mensajes de “tranquilidad” oficiales, reina la sensación de caminar a ciegas.
El expresidente catalán Carles Puigdemont ha sacudido la estabilidad del Ejecutivo con su decisión de pasar oficialmente a la oposición, una ruptura que abre un nuevo escenario político en el que el Gobierno no tiene claro cómo avanzar. “Vamos a verlo, hay que ir paso a paso”, admiten fuentes gubernamentales, según consigna EL MUNDO.
Hasta ahora, incluso en los momentos más tensos, se mantenían cauces de comunicación entre el Ejecutivo y el entorno de Puigdemont. Pero la detención del secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, por su implicación en la trama Koldo, ha interrumpido un canal clave de interlocución con Junts.
Cerdán era el enlace directo con Jordi Turull, secretario general de la formación independentista, mientras que José Luis Rodríguez Zapatero y Félix Bolaños mantenían contactos con Puigdemont y con Míriam Nogueras, respectivamente. Sin embargo, tras la ruptura, el futuro de esas relaciones es incierto. “Ahora tenemos que ir paso a paso. No va a ser fácil”, reconocen en el PSOE.
Puigdemont marca distancia y desafía a Moncloa
Desde Bruselas, Puigdemont ha oficializado su distanciamiento con el Gobierno de Pedro Sánchez, pese a que en la práctica Junts ya venía ejerciendo de oposición en los últimos meses. “El Gobierno no podrá gobernar”, sentenció el líder independentista, quien añadió: “Si beneficia a Cataluña, hablaremos; si no, hasta luego”.
El expresidente catalán deja así la puerta entreabierta a negociaciones puntuales, pero su tono desafiante refleja un giro estratégico que podría bloquear la tramitación de iniciativas clave en el Congreso, como los Presupuestos Generales del Estado, cuya aprobación ya se daba por difícil incluso antes de esta crisis. “¿Cuándo ha habido una mayoría de investidura, si hemos tenido que picar piedra desde el principio y ellos proclamaban que no eran socios nuestros?”, se preguntan en el Ejecutivo.
La Moncloa busca dar una imagen de normalidad
A pesar de la tensión, desde Moncloa y el PSOE se esfuerzan por transmitir serenidad y asegurar que el Gobierno seguirá funcionando. “Vamos a llegar a 2027”, repiten los portavoces socialistas.
El mensaje busca calmar el ambiente y reforzar la idea de que la legislatura puede continuar, aunque sin uno de los socios clave sobre los que descansaba la gobernabilidad.
El Ejecutivo insiste en que Junts nunca fue un socio de gobierno estándar, sino un aliado parlamentario con el que se negociaba “votación a votación”. Sin embargo, puertas adentro, los socialistas reconocen la inquietud y el desasosiego que genera no saber a qué se enfrentan.
Primeras señales tras la ruptura
La incertidumbre sobre cómo actuará Junts a partir de ahora se puso a prueba este miércoles en el Congreso de los Diputados, donde se votaba una proposición de ley del PSOE para aumentar de 200 a 500 euros las multas por ocupar plazas reservadas a personas con discapacidad.
La formación independentista optó por abstenerse, lo que permitió que la iniciativa saliera adelante. “Siempre ha habido cauces de comunicación. Lo primero es ver si estamos en una nueva etapa o no”, reflexionan fuentes del partido.
Aun así, en el PSOE son conscientes de que cada votación será ahora una negociación compleja, especialmente en un Congreso sin mayorías claras.
Bolaños y Alegría defienden la estabilidad del Gobierno
En medio de la tormenta política, los ministros Félix Bolaños y Pilar Alegría salieron en defensa del Ejecutivo, intentando proyectar estabilidad y continuidad. “Este Congreso nació complejo y fraccionado”, recordó Bolaños, quien destacó que el Gobierno ha ganado el 88% de las votaciones y ha aprobado 45 leyes en lo que va de legislatura. “Compárenlo con los parlamentos autonómicos”, añadió, tratando de poner en valor la gestión del Ejecutivo pese a su fragilidad.
Por su parte, Pilar Alegría, portavoz del Gobierno, apeló a la capacidad de diálogo del presidente Sánchez: “No infravaloren la capacidad de diálogo y persuasión de este Gobierno”.
Ambos ministros buscan reforzar la idea de que el Ejecutivo puede resistir incluso en un contexto adverso, pese a las crecientes dificultades para alcanzar acuerdos en el Congreso.
Sin Presupuestos a la vista y con el horizonte nublado
La ruptura con Junts deja al Gobierno sin mayoría suficiente para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado, una de las piezas clave de cualquier legislatura.
A ello se suma la debilidad parlamentaria de la coalición y la falta de avances con otros posibles socios, lo que pone en evidencia la fragilidad del bloque de investidura.
El Gobierno, sin embargo, no renuncia a intentar aprobarlos, aunque en los pasillos del Congreso muchos reconocen que esa opción es prácticamente una utopía política. “El sistema parlamentario ya nació fragmentado. Hemos tenido que gobernar con diálogo y flexibilidad”, defienden desde el entorno del presidente.









