Kate Moss, de 51 años, volvió este agosto a su refugio habitual: las playas de Formentera, donde se dejó ver junto a su hija Lila Grace Moss y el novio de esta, el empresario Yoni Helbitz. La modelo británica, icono del estilo bohemio, sorprendió al usar un exclusivo bolso Hermès Kelly vintage, valorado en hasta 40.000 euros, como simple accesorio de playa.
Fiel a su sello personal, Moss caminó por la arena con un look relajado pero cuidado: caftán blanco con bordados, bikini naranja, varias pulseras y un cinturón negro, todo acompañado de su característico aire despreocupado. El detalle que acaparó todas las miradas fue ese maxibolso Hermès Kelly marrón, visiblemente usado y abierto, convertido en un capazo funcional sin reparar en su valor de colección.
El bolso, que en subasta podría superar los 40.000 euros, fue llevado sin ningún tipo de cuidado. Un gesto que recuerda el legado de Jane Birkin, cuya manera natural y cotidiana de llevar estos bolsos inspiró precisamente la creación del modelo.
Lila Moss, herencia estética y amor por los bolsos
Lila Grace, de 22 años, compartió la escapada con su madre y su pareja. Desde la cubierta de un yate privado, la joven modelo lució un bikini negro minimalista y gafas retro. En entrevistas recientes ha confesado que “copiar los looks de Kate” es casi un hábito y que suele “robarle bolsos” porque no pueden compartir zapatos. La afinidad estética entre ambas es evidente.
Un verano íntimo y familiar en Formentera
Mientras Lila disfrutaba del sol con su pareja, Moss paseaba por la playa con naturalidad. La escena, alejada de cualquier despliegue mediático, reafirma la conexión que la modelo mantiene con Formentera, donde verano tras verano encuentra su lugar ideal entre privacidad, moda y mar.
Con su bolso vintage cubierto de arena, Kate Moss volvió a demostrar que el verdadero lujo no reside en la ostentación, sino en la libertad de reinterpretarlo.
