SEGURIDAD VIAL

La DGT prepara un cambio silencioso en carretera: así funcionará la baliza V-27, el ‘triángulo virtual’ que llegará a los coches

La baliza V‑27 complementará a la V‑16 desde enero y avisará de accidentes y averías directamente en el vehículo, incluso cuando la señal luminosa no se vea

La baliza V16 y V27
La baliza V16 y V27

El 1 de enero marcará un antes y un después en la seguridad vial en España. A partir de esa fecha, los tradicionales triángulos de emergencia dejarán definitivamente de ser el sistema de preseñalización de peligro en carretera y serán sustituidos por la baliza V‑16, un dispositivo luminoso conectado que ya es conocido por la mayoría de conductores. Sin embargo, junto a esta transición obligatoria, la Dirección General de Tráfico (DGT) prepara otro cambio menos visible, pero igual de relevante: la llegada de la baliza V‑27, conocida como el ‘triángulo virtual’.

Aunque su nombre empieza a sonar con fuerza, la V‑27 no sustituirá a la V‑16 ni será obligatoria. Su función será complementaria y se apoyará en la conectividad de los vehículos para advertir a los conductores de accidentes, averías u obstáculos en la vía incluso en situaciones en las que la luz de la baliza física no sea perceptible.

Un nuevo escenario tras la retirada de los triángulos

Desde enero, los triángulos de emergencia dejarán de utilizarse en carreteras españolas. En su lugar, la normativa establece la baliza V‑16 como único dispositivo de preseñalización de peligro en caso de incidente o avería. Este elemento será obligatorio para turismos, furgonetas, autobuses, camiones, vehículos mixtos y conjuntos de vehículos no especiales.

En el caso de las motocicletas, su uso no será obligatorio, pero sí recomendado por motivos de seguridad, ya que evita que el conductor tenga que bajarse de la moto y caminar por la calzada para señalizar una incidencia.

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La V‑16 está diseñada para colocarse en el techo del vehículo, emite una señal luminosa visible y, además, cuenta con geolocalización, lo que permite enviar la ubicación exacta del incidente a los sistemas de tráfico de la DGT.

Qué es exactamente la baliza V‑27

En este nuevo ecosistema entra en juego la baliza V‑27, definida por la propia DGT como un ‘triángulo virtual’. A diferencia de la V‑16, no es un objeto físico ni requiere que el conductor la coloque manualmente en ningún punto del vehículo.

La V‑27 se manifiesta como una señal digital que aparece directamente en la instrumentación del coche, alertando al conductor de un peligro en la vía con suficiente antelación. Su objetivo es advertir de una incidencia cercana incluso antes de que el vehículo llegue a la zona afectada.

Este sistema será especialmente útil en circunstancias en las que la baliza V‑16 pueda perder eficacia visual, como de día, en curvas, cambios de rasante o zonas con visibilidad reducida.

Un complemento, no un sustituto

Las autoridades de tráfico insisten en que la V‑27 no sustituye en ningún caso a la baliza V‑16. La V‑16 seguirá siendo el dispositivo físico obligatorio para señalizar una avería o accidente, mientras que la V‑27 actuará como una capa adicional de información para el resto de usuarios de la vía.

Desde la DGT defienden que esta combinación reduce el riesgo en carretera frente al antiguo sistema de triángulos, que obligaba a los conductores a salir del vehículo y exponerse al tráfico.

En este sentido, Indalecio Candel, representante de la DGT, explicó recientemente que la nueva tecnología conectada “nos permitirá que nos llegue una señal (…) y podamos avisar al resto de usuarios sobre la ubicación de la incidencia”.

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Cómo llegará la señal V‑27 al conductor

La baliza V‑27 funcionará gracias a la conectividad del vehículo con los sistemas de tráfico, recibiendo información sobre incidencias detectadas a través de las balizas V‑16 activadas por otros conductores.

Cuando un vehículo con V‑27 se aproxime a una zona donde exista una avería o accidente señalizado, el sistema mostrará una alerta visual en el cuadro de instrumentos, permitiendo al conductor extremar la precaución con antelación.

Al no tener soporte físico, la V‑27 depende directamente de que el vehículo esté equipado con sistemas compatibles y conectados, algo cada vez más habitual en los modelos más recientes.

Obligatoria la V‑16, voluntaria la V‑27

Uno de los puntos clave es que, mientras la V‑16 será obligatoria, la V‑27 tendrá carácter opcional. No será exigible por ley y su disponibilidad dependerá del equipamiento tecnológico del vehículo.

Esto significa que no todos los conductores recibirán estas alertas digitales desde el primer momento, pero sí aquellos cuyos coches cuenten con sistemas de instrumentación capaces de mostrar la señal virtual.

La DGT considera que este modelo de implantación progresiva permitirá adaptar el sistema al parque automovilístico sin imponer nuevas obligaciones inmediatas.

Por qué la DGT apuesta por el ‘triángulo virtual’

La introducción de la V‑27 responde a una lógica de seguridad preventiva. Aunque la V‑16 mejora notablemente la situación frente a los triángulos, su señal luminosa puede no ser visible en determinadas circunstancias.

La V‑27 permite avisar antes de llegar al punto del incidente, algo fundamental para reducir frenazos bruscos, colisiones por alcance o reacciones tardías de los conductores.

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Además, refuerza el concepto de carretera conectada, en la que los vehículos no solo circulan, sino que intercambian información relevante en tiempo real.

Un paso más hacia la movilidad conectada

La llegada del ‘triángulo virtual’ supone un avance en la digitalización de la seguridad vial. La DGT entiende la V‑27 como un complemento lógico en un contexto en el que los coches están cada vez más conectados y los sistemas de ayuda a la conducción ganan protagonismo.

Aunque su implantación será progresiva y voluntaria, su papel puede resultar clave en la reducción de accidentes secundarios y situaciones de riesgo en carretera.

Con la entrada en vigor de la V‑16 y la futura integración de la V‑27, el sistema de señalización de emergencias en España da un salto tecnológico que busca proteger al conductor sin obligarlo a exponerse al tráfico, marcando un nuevo estándar en la gestión de incidencias en carretera

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