La familia de Sandra Peña, la menor de 14 años que se quitó la vida la semana pasada en Sevilla tras sufrir presunto acoso escolar, ha decidido llevar ante la justicia al colegio Irlandesas de Loreto, donde estudiaba la adolescente. La decisión llega después de que la Consejería de Desarrollo Educativo de la Junta de Andalucía confirmara que el centro no aplicó los protocolos de prevención de acoso escolar ni el de prevención de conductas autolíticas, ambos obligatorios por ley.
La familia confirma que denunciará al colegio
El tío de Sandra y portavoz de la familia, Isaac Villar, confirmó que los padres de la menor tomaron la decisión de emprender acciones legales este martes, tras reunirse con el bufete de abogados que los representa. “El colegio seguro” será objeto de denuncia, aseguró Villar, aunque serán los letrados quienes determinen qué tipo de acciones se presentarán y contra quiénes exactamente.
La familia ya había advertido, a los pocos días del suicidio, que adoptaría “todas las medidas a su alcance” para depurar responsabilidades, lamentando que, pese a las dos denuncias previas realizadas por la madre ante la dirección del centro, “no hicieron nada”.
La investigación policial avanza en paralelo. El Grupo de Menores (Grume) de la Policía Nacional continúa examinando el teléfono móvil de la menor, una pieza clave que podría confirmar si Sandra fue víctima de insultos y humillaciones a través de las redes sociales. Según explicó Villar, su sobrina “se vio obligada a bloquear en sus redes sociales a sus presuntas acosadoras para frenar los ataques”.
El centro, bajo la lupa por su inacción
La Consejería de Desarrollo Educativo ya había constatado que el colegio Irlandesas de Loreto no activó los protocolos de actuación ante casos de acoso escolar ni el de prevención del suicidio, a pesar de que existían indicios suficientes. Esa omisión, según los expertos, podría derivar en responsabilidades legales si se demuestra que hubo negligencia institucional en la gestión del caso.
El expediente abierto por la Junta se remitió a la Fiscalía de Sevilla, que analiza si la falta de actuación por parte de la dirección del centro pudo constituir un delito por omisión del deber de protección.
El colegio anuncia un plan de acción tras la tragedia
Una semana después del fallecimiento de Sandra, el colegio Irlandesas de Loreto ha emitido un comunicado en el que expresa su “consternación” por la muerte de la alumna y anuncia la puesta en marcha de un plan de acción para reforzar la atención a los estudiantes.
“Hemos tomado la decisión de dar un paso adelante para conseguir que los centros educativos estemos lo mejor preparados posibles para atender a los alumnos que, por cualquier circunstancia, se encuentren en una situación de vulnerabilidad o necesidad”, señaló el centro.
El comunicado detalla que el objetivo del colegio es desarrollar un programa integral de apoyo emocional, con la participación de profesionales externos “especializados en psicología y en servicios sociales”.
“Estamos profundamente comprometidos con la prevención, detección temprana y actuación ante cualquier circunstancia que pueda ser perjudicial para la salud mental” de los alumnos, añadió la institución educativa, que asegura contar con “mecanismos” para gestionar este tipo de situaciones. Según el texto, el centro “forma a los profesores y pone en marcha las medidas necesarias” para hacer frente a posibles casos de acoso o malestar psicológico.
Una comunidad conmocionada y en busca de respuestas
El caso de Sandra ha provocado una profunda conmoción social y ha reabierto el debate sobre la eficacia de los protocolos escolares frente al acoso y la salud mental infantil. Vecinos, profesores y compañeros de la joven han expresado su pesar y han reclamado mayores controles para garantizar que las denuncias de acoso sean atendidas con rapidez y eficacia.
En las últimas jornadas, la presencia policial en los alrededores del colegio se ha intensificado para evitar incidentes, después de que se registraran pintadas amenazantes y mensajes en redes sociales contra las presuntas acosadoras y el centro educativo.
La familia de Sandra Peña, sin embargo, ha pedido calma y respeto. Su portavoz, Isaac Villar, ya había reiterado días atrás: “No queremos que nadie pase por esto”.






