La temporada de gripe 2025‑2026 ha comenzado antes de lo habitual y con un protagonista que concentra la atención de las autoridades sanitarias internacionales: la Gripe K, el nombre con el que se conoce al subclado A(H3N2) J.2.4.1. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha situado la vacunación en el centro de su estrategia frente a un escenario de circulación anticipada del virus, con un aumento sostenido de la actividad gripal desde octubre y una expansión rápida de esta variante en más de 34 países desde agosto de 2025.
Aunque los niveles globales de gripe se mantienen dentro de los patrones estacionales esperados, la OMS advierte de importantes diferencias regionales y de una dinámica epidemiológica que se está acelerando en varias zonas del hemisferio norte. El foco no está puesto en una mayor gravedad clínica —que, por el momento, no se ha observado—, sino en la velocidad de transmisión y en la posible repercusión que la deriva genética del virus pueda tener sobre la efectividad de las vacunas.
La Gripe K bajo vigilancia internacional
El subclado A(H3N2) K se ha convertido en el principal elemento de vigilancia de la OMS esta temporada. Detectado ya en más de una treintena de países, su rápida expansión ha obligado a reforzar los sistemas de seguimiento virológico. Según la Organización, este virus presenta múltiples cambios de aminoácidos en la proteína hemaglutinina (HA) respecto al clado J.2.4 del que deriva, lo que supone una evolución relevante desde el punto de vista genético.
Pese a esta evolución, la OMS subraya que no se ha detectado un aumento de la gravedad clínica asociado a la Gripe K. Las tasas de hospitalización, los perfiles de los pacientes y las complicaciones registradas son similares a las observadas con otros virus A(H3N2) en temporadas anteriores. Aun así, su capacidad de propagación y su predominio creciente hacen que el seguimiento sea prioritario.
La vacuna, clave pese a las incertidumbres
En este contexto, la OMS ha reiterado su mensaje central: la vacunación sigue siendo esencial, especialmente para las personas con mayor riesgo de complicaciones. Las primeras estimaciones indican que la vacuna contra la influenza continúa ofreciendo protección frente a la hospitalización tanto en niños como en adultos, aunque su efectividad frente a la enfermedad clínica leve o moderada todavía no está completamente clara.
«Las vacunas siguen siendo esenciales, especialmente para las personas con alto riesgo de complicaciones por la influenza y sus cuidadores», destaca la OMS en su comunicado. Según los datos preliminares, la protección frente a la hospitalización se sitúa entre el 70 y el 75% en niños y entre el 30 y el 40% en adultos.
La Organización recuerda además que las vacunas actuales incluyen tres componentes: A(H1N1)pdm09, A(H3N2) y B/Victoria. Incluso en escenarios de desajuste genético parcial, la vacunación puede reducir significativamente el riesgo de cuadros graves y de complicaciones, un aspecto clave ante una temporada que se anticipa más intensa en términos de transmisión.
Un inicio de temporada más temprano en Europa
Uno de los elementos más llamativos de la actual temporada es su adelanto en el calendario. En las zonas templadas del hemisferio norte, la circulación gripal se intensificó antes de lo habitual. La Región Europea de la OMS declaró oficialmente el inicio de la temporada 2025‑2026 a mediados de noviembre, aproximadamente cuatro semanas antes de la mediana histórica.
En muchos países de Europa occidental, las consultas por síndrome gripal y las hospitalizaciones comenzaron a aumentar de forma temprana, con una clara predominancia del virus A(H3N2). Este patrón ha generado preocupación por la presión que puede ejercer sobre los sistemas sanitarios, especialmente en la atención a personas mayores de 65 años, donde las hospitalizaciones ya muestran una tendencia al alza.
Una situación desigual por regiones
El informe de la OMS dibuja un panorama heterogéneo a escala global. En Estados Unidos y Canadá, los casos aumentan de forma progresiva, con una expansión confirmada del subclado K. En México, sin embargo, continúa predominando el virus A(H1N1)pdm09, lo que refleja la diversidad de patrones incluso dentro de una misma región.
En el hemisferio sur, la temporada ha sido especialmente prolongada en algunos países y aún no ha regresado completamente a niveles interepidémicos. Nueva Zelanda y Fiyi presentan una actividad gripal inusualmente elevada para esta época del año, mientras que Australia comienza a observar un descenso tras semanas de circulación intensa, también impulsada por A(H3N2).
En las regiones tropicales, donde la gripe circula prácticamente todo el año, la proporción de virus A(H3N2) ha aumentado de forma continua desde agosto, desplazando progresivamente al A(H1N1)pdm09.
El subclado K, dominante en varias zonas
La OMS destaca que la expansión del subclado K ha sido especialmente rápida en el Pacífico Occidental, donde países como Australia y Nueva Zelanda detectaron un aumento temprano desde agosto de 2025. Posteriormente, su presencia se consolidó en Asia y Europa.
En esta región, casi 9 de cada 10 secuencias remitidas a la base de datos GISAID corresponden ya a este subclado. En Sudamérica, por el contrario, la transmisión sigue siendo limitada y, hasta el 4 de noviembre, no se había detectado la presencia del subclado K. Aun así, la OMS considera prioritario mantener la vigilancia por su velocidad de expansión en otras partes del mundo.
Presión sanitaria y recomendaciones clave
El aumento simultáneo de la influenza y de otros virus respiratorios puede generar una presión significativa sobre los sistemas sanitarios, especialmente en países con menor capacidad de diagnóstico, vigilancia o disponibilidad de camas hospitalarias. Ante este escenario, la OMS insiste en varias líneas de actuación prioritarias.
Entre ellas, destaca la necesidad de mantener y reforzar la vigilancia virológica y epidemiológica, mejorar las capacidades de laboratorio, fortalecer la respuesta ante brotes y potenciar la comunicación de riesgos basada en evidencia científica. Todo ello, subraya la Organización, es clave para generar confianza y combatir la desinformación.
En el ámbito clínico, la OMS recuerda que la mayoría de los casos de gripe son leves y autolimitados, pero insiste en la importancia de identificar de forma temprana los casos graves y de utilizar antivirales en personas de alto riesgo, ya que estas medidas pueden reducir hospitalizaciones y complicaciones.
Asimismo, recomienda reforzar las medidas de control de infecciones en centros sanitarios, como el uso de mascarillas, el aislamiento de pacientes y la protección adicional en procedimientos que generen aerosoles.
Sin restricciones, pero con vigilancia reforzada
Pese al adelanto de la temporada y a la expansión de la Gripe K, la OMS no recomienda restricciones de viaje ni de comercio con ningún país. La decisión se basa en la ausencia de evidencias de mayor gravedad o de un impacto global inusual asociado a este subclado.
El mensaje de la Organización es claro: calma, pero sin complacencia. La temporada gripal ha comenzado antes, el virus se mueve rápido y la vacunación vuelve a situarse como la herramienta más sólida para reducir el impacto sanitario, especialmente en los grupos más vulnerables. Con el invierno aún por delante en buena parte del hemisferio norte, la evolución de la Gripe K seguirá bajo la lupa de la salud pública internacional.
