La reina Letizia volvió a convertirse en el centro de todas las miradas durante la cena de gala ofrecida en honor al sultán de Omán, Haitham bin Tarik, celebrada este martes en el Palacio Real de Madrid. El encuentro, presidido por los reyes Felipe y Letizia, puso el broche de oro a una jornada marcada por los actos de bienvenida al mandatario omaní en su primera visita oficial a España.
La cita sirvió para que la monarca española recuperara uno de sus looks más recordados y elegantes, en el que destacó por la combinación de sobriedad, majestuosidad y un guiño a la tradición. La reina lució la emblemática tiara rusa, una de las piezas más reconocidas del joyero real, junto a un vestido azul satinado de The 2nd Skin Co. que ya había llevado en 2014 durante una cena de Estado en Ámsterdam.
Un estilismo impecable y lleno de simbolismo
Para esta ocasión tan especial, la reina Letizia eligió un diseño de corte clásico en un tono azul intenso, con una estructura rígida que realzaba la silueta y una larga cola que aportaba solemnidad al conjunto. El cinturón del mismo tejido acentuaba la figura de la monarca, en un estilismo que combinaba la modernidad del diseño español con la tradición de las joyas históricas de la Corona.
El vestido, confeccionado por la firma madrileña The 2nd Skin Co., ya había sido uno de los más aplaudidos de su armario cuando lo lució junto a los reyes de los Países Bajos, Guillermo Alejandro y Máxima, en el Palacio Real de Ámsterdam.
La gran protagonista del look, sin embargo, fue la tiara rusa, elaborada en platino y diamantes, e inspirada en los tradicionales tocados de la aristocracia zarista, conocidos como kokoshnik. Esta joya es una de las más emblemáticas del joyero de la Casa Real española y solo se reserva para grandes ocasiones de Estado.
Para completar su atuendo, Letizia escogió los pendientes chatones, una de sus piezas predilectas, y lució en su cuello el collar de la Orden de Omán, una condecoración que el sultán Haitham bin Tarik le había entregado horas antes como gesto de agradecimiento y fraternidad entre ambos países.
Felipe VI llama a la paz y al fin de la violencia en Gaza
Durante el brindis oficial de la cena, el rey Felipe VI aprovechó su discurso para realizar un llamamiento a la contención y al diálogo en el conflicto de Oriente Medio. “Hacemos un llamamiento tanto a Israel como a Hamás a la contención, al silencio de las armas y al cumplimiento de los acuerdos”, declaró el monarca ante los invitados.
El rey lamentó la “devastadora tragedia humanitaria” que se está viviendo en la Franja de Gaza y expresó su preocupación por “las recientes violaciones del alto el fuego”, al tiempo que subrayó la apuesta de España por “la solución de los dos Estados” como única vía viable hacia una paz duradera.
Felipe VI destacó además el papel del sultán de Omán como mediador y socio estratégico en la región, señalando que “su liderazgo es esencial para mantener el equilibrio y la cooperación en un momento de enormes desafíos globales”.
Una cena con presencia política, empresarial y cultural
A la cena de gala en el Palacio Real asistieron numerosas personalidades del ámbito político y económico. Entre los invitados se encontraban el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los ministros de Exteriores, José Manuel Albares, y Defensa, Margarita Robles, además de otros miembros del Ejecutivo, representantes diplomáticos y del sector empresarial y cultural.
El encuentro estuvo marcado por un ambiente de cordialidad y respeto institucional, en el que se reforzaron los lazos entre España y Omán. Ambos países mantienen una estrecha relación comercial y diplomática, especialmente en materia de energía, inversión y cooperación en el ámbito cultural.
La tiara rusa, una joya con historia
La tiara rusa que lució Letizia tiene su origen en el reinado de Alfonso XIII, cuando fue adquirida por la reina Victoria Eugenia. Inspirada en la moda imperial rusa del siglo XIX, su estructura reproduce la forma semicircular de los kokoshniks tradicionales, con una composición de diamantes engarzados en platino que refleja la luz con especial intensidad.
Esta pieza ha sido utilizada en ocasiones muy señaladas, como visitas de Estado y bodas reales, y se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles del joyero español.











