Peter Greene, el actor estadounidense conocido por sus papeles en películas como Pulp Fiction, La máscara y Sospechosos habituales, fue hallado muerto a los 60 años este viernes en su apartamento del Lower East Side de Nueva York, en circunstancias que han reabierto preguntas y especulaciones sobre lo ocurrido aquella tarde, a pesar de que las autoridades no sospechan inicialmente de un crimen, a la espera de los resultados de la autopsia.
El hallazgo que encendió las alarmas
Greene fue encontrado inconsciente y sin vida tras la llamada de vecinos que alertaron de que se había escuchado música desde su apartamento durante más de 24 horas, según fuentes policiales citadas por la prensa estadounidense. Fue un cerrajero quien, tras acceder al interior, se encontró con una imagen que los propios testigos describen como impactante. Un vecino que habló con el New York Daily News relató exactamente cómo estaba el intérprete en el momento en que lo vio: “Peter estaba tendido en el suelo, boca abajo, con heridas en el rostro y sangre por todas partes”.
El cuerpo del actor, que había sido declarado muerto en el lugar por la Policía, fue encontrado sin compañía aparente de otras personas en el apartamento, en el que según los primeros informes, además de sangre había una nota manuscrita. Esa nota contenía una frase que ha llamado poderosamente la atención de investigadores y medios: “Sigo siendo un Westie”, en referencia a un grupo mafioso de origen irlandés de los años setenta que operaba en Hell’s Kitchen, Manhattan.
La presencia de esa nota ha alimentado dudas y especulaciones, si bien las autoridades han evitado por ahora relacionar el hallazgo con una causa determinada más allá de la investigación rutinaria que seguirá con la autopsia y otras pruebas forenses.
La misteriosa nota y su posible significado
La nota hallada junto al cuerpo, con la frase “Sigo siendo un Westie”, ha sido interpretada por algunos como un gesto simbólico, aunque su verdadero significado en este contexto sigue sin estar claro. El término “Westie” remite a un grupo mafioso del pasado de Nueva York, y su aparición en una escena como esta planteó múltiples interrogantes sobre si tenía alguna relación con la vida personal de Greene o si fue un elemento dejado deliberadamente para llamar la atención.
El medio que informó del hallazgo de la nota también destacó su carácter extraño, en un caso en el que no se ha detectado hasta ahora evidencia pública de violencia externa ni motivo aparente para relacionar la muerte con un acto criminal, de acuerdo con la policía.
La carrera y vida de Peter Greene
Peter Greene nació en octubre de 1965 en Montclair, New Jersey, y se consolidó como uno de los actores más reconocibles de la década de 1990 gracias a su aportación a múltiples papeles de villano y personajes complejos en cine y televisión. Su interpretación de Zed en Pulp Fiction (1994) se encuentra entre los roles más recordados de su carrera, dejando huella en una de las películas más influyentes del cine moderno.
Ese mismo año, Greene también protagonizó en La máscara (1994) uno de sus papeles más entrañables, interpretando a un delincuente llamado Dorian Tyrell. Otros trabajos importantes en su filmografía incluyen Sospechosos habituales (1995) y cerca de cuarenta títulos más, en los que frecuentemente interpretó villanos, policías corruptos o personajes marginales con enorme fuerza dramática.
Antes de su salto al cine, Greene comenzó a trabajar en teatro en Nueva York a los 25 años. Su formación en escena le permitió consolidarse como un actor versátil, capaz de moverse entre el drama más intenso y la comedia con gran soltura. A lo largo de su carrera también trabajó con directores de la talla de Guy Ritchie y participó en series y películas independientes, manteniendo una presencia constante en la industria.
Su vida reciente y proyectos pendientes
En el momento de su muerte, Greene tenía previsto comenzar el rodaje de un nuevo thriller junto al actor Mickey Rourke, lo que indicaba que se encontraba activo profesionalmente. Aunque en los últimos años participó en proyectos de menor perfil en comparación con sus grandes éxitos, continuaba trabajando en cine y televisión con papeles que reflejaban su larga trayectoria y su capacidad para interpretar personajes marcados por una fuerte presencia escénica.
El entorno del actor, que no había conocido públicamente enfermedad grave en los últimos tiempos, se mostró sorprendido por la noticia de su muerte. Años atrás, Greene había luchado con adicciones, pero según personas cercanas a él, llevaba tiempo rehabilitado y alejado de ese tipo de problemas.
La última conversación con su manager
El manager de Greene, Gregg Edwards, ofreció algunos detalles sobre los días previos al hallazgo. En declaraciones al New York Post, Edwards recordó la última llamada telefónica con el actor: “Fue una conversación totalmente normal”, indicó. El manager explicó que Greene estaba “un poco nervioso” por una intervención programada para extirpar un tumor benigno cerca de su pulmón, una operación que, según Edwards, “no era demasiado grave”.
Edwards confirmó también que la cirugía estaba programada para el viernes, el mismo día en que se descubrió el cuerpo de Greene, lo que añade un elemento más de misterio al caso y complica la comprensión de lo ocurrido.
