En la última década, Ibiza y Formentera han visto crecer notablemente los llamados beach clubs, establecimientos que combinan gastronomía de autor, ocio y servicios de lujo en primera línea de mar. Estos espacios se han convertido en un reclamo internacional que ha cambiado la fisonomía de algunas playas, alejándolas del concepto de chiringuito tradicional y consolidándolas como destinos de consumo de alto nivel.
Sin embargo, su proliferación no ha estado exenta de polémica. El Govern balear ha endurecido en los últimos meses la normativa que regula este tipo de locales, alegando la necesidad de proteger el ecosistema marino y garantizar el acceso público a las playas.
Entre las medidas, se incluye la limitación de licencias, un mayor control sobre el dominio público marítimo-terrestre y, más recientemente, la reducción drástica del volumen musical permitido, lo que pone en entredicho la figura del DJ como atractivo en estos espacios.
El debate en las redes sociales
El creador de vídeos @primo_high_five publicó una sátira en la que representa a un DJ sorprendido por la irrupción de una supuesta agente de Medio Ambiente, que le exige detener la música porque “molesta a los peces y a las aves” y bajarla a 20 decibelios, “el sonido de las personas al hablar”.
@carlos_primo_ Quitan los Dj , en los Beach Club en Ibiza y Formentera 🤦♂️ Ibiza es conocida Internacionalmente desde hace mucho Tiempo , ahora están quitando la figura del Dj en ibiza y Formentera y con todo esto una de las esencias de toda la vida .. su música en los Sunset en lugares mágicos 😥 . #dj #beachclub #comedia #ibiza ♬ sonido original – Primo_high_five
El sketch, que ironiza sobre la situación actual, refleja la tensión entre quienes defienden el control ambiental y los que consideran que estas medidas atentan contra la esencia musical de las islas.
Las reacciones no se hicieron esperar
Mientras algunos comentarios celebran las restricciones: “la música no es la esencia de Ibiza y Formentera”, “esto lo tenían que haber hecho hace mucho”, otros advierten de las consecuencias económicas: “si le quitas la fiesta a Ibiza, le quitas el turismo que paga hasta 200 euros por entrar a las fiestas”.
La música en los beach clubs ha sido durante años un atractivo fundamental para quienes buscan experiencias frente al mar, combinando gastronomía y sesiones de DJs en un entorno exclusivo.
Lo cierto es que la decisión del Govern balear ha abierto un debate que sigue más vivo que nunca: cómo encontrar el equilibrio entre preservar el entorno natural y mantener el motor económico que representan estos espacios para Ibiza y Formentera.