A partir del 1 de enero de 2026, millones de trabajadores en España notarán un pequeño cambio en su nómina. Aunque el salario que su empresa les paga (el salario bruto) seguirá siendo el mismo, la cantidad de dinero que realmente reciben cada mes (el salario neto) será un poco menor.
La razón principal de esta reducción no es una gran subida de impuestos, sino un ajuste en las cotizaciones sociales. En concreto, se trata del aumento del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI).
Este es un cargo obligatorio que todos los trabajadores y las empresas pagan a la Seguridad Social con un único fin: reforzar la «hucha de las pensiones» y asegurar que el sistema pueda pagar las jubilaciones en el futuro. Es una medida ya aprobada por ley y que se aplica de forma automática.
¿A quiénes afecta la medida?
La cantidad exacta que se descontará de tu nómina depende de tu sueldo, ya que el MEI se calcula como un porcentaje de tu base de cotización. En 2026, el porcentaje que paga el trabajador subirá, lo que significa que la reducción se notará más en los sueldos más altos.
Por ejemplo, los trabajadores con salarios muy altos (que cotizan por la base máxima) verán una reducción en su neto de unos 95 euros al año. Para los sueldos medios (cerca de ), el impacto será menor, rondando los 42 euros al año.
Aunque la cantidad descontada cada mes sea pequeña, es importante entender que es un descuento real y obligatorio que se suma a tus cotizaciones habituales, sin que ese dinero extra mejore la pensión que recibirás en el futuro.
Qué hacer para mitigar el impacto en la nómina
Aunque la subida de cotizaciones del MEI es inevitable, los trabajadores pueden tomar medidas ahora para asegurarse de que su retención mensual de IRPF sea lo más justa posible y mitigar el efecto de la pérdida de poder adquisitivo.
La recomendación principal de los asesores fiscales es revisar y actualizar a fondo las deducciones personales y familiares antes de que comience el nuevo año.
Ajustar correctamente los datos que la empresa usa para calcular la retención, así como declarar las cargas familiares o estudiar opciones como las aportaciones a planes de pensiones, son pasos esenciales que pueden reducir la base imponible y suavizar el impacto general en la economía familiar a lo largo del ejercicio fiscal.
