Durante un fin de semana de agosto, Ibiza dejó de ser solo destino vacacional para convertirse en escenario de una diplomacia silenciosa pero intensa. El enviado especial estadounidense Steve Witkoff aterrizó en la isla para sostener conversaciones con el primer ministro de Catar, Mohammed bin Abdulrahman al‑Thani, con el objetivo de impulsar un plan de paz integral para Gaza.
Ahora, con el reciente avance diplomático que culminó en un acuerdo mediado por Trump, aquella reunión en Ibiza emerge como un posible punto de inflexión en el tablero internacional.
El acuerdo de paz impulsado por Trump para Gaza
El Gobierno israelí, encabezado por Benjamin Netanyahu, ha dado su “luz verde” al plan de paz propuesto por Donald Trump para poner fin al conflicto en la Franja de Gaza y facilitar la liberación de los rehenes capturados durante los ataques del 7 de octubre de 2023. Según informó la oficina del primer ministro en un comunicado oficial, el Ejecutivo aprobó el esquema para la liberación de todos los rehenes, vivos y fallecidos, un paso que Netanyahu calificó como “un acontecimiento trascendental”.
El mandatario israelí agradeció directamente al presidente Trump, a su enviado especial Steve Witkoff y a su asesor y yerno Jared Kushner, destacando el papel de Estados Unidos en la negociación y en la presión diplomática ejercida sobre Hamás. “Esto es por el bien de Israel y de Estados Unidos, por el bien de las personas decentes de todo el mundo, y por el bien de las familias que finalmente podrán reunirse con sus seres queridos”, expresó Netanyahu.

Por su parte, Kushner subrayó que el acuerdo “no habría sido posible sin la valentía de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI)”, que actuaron no solo en Gaza, sino también en el frente norte contra Hezbolá. Witkoff añadió que el liderazgo firme de Netanyahu fue determinante para alcanzar el consenso: “Israel tuvo que mantener su posición, y hoy llegamos aquí porque Hamás no tuvo otra opción”.
El plan, según adelantó la portavoz del Gobierno israelí, Shosh Bedrosian, prevé que el alto el fuego entre en vigor 24 horas después de la aprobación del gabinete, seguido de una ventana de 72 horas para la liberación de los rehenes restantes. En concreto, se contempla la entrega de 20 rehenes vivos y 28 cuerpos, a cambio de la liberación de 250 presos palestinos condenados a cadena perpetua y más de 1.700 detenidos desde el inicio del conflicto, incluidos menores.
La votación se retrasó más de tres horas debido a la oposición del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, quien votó en contra al considerar “inaceptable” la excarcelación de presos palestinos. Sin embargo, el resto del gabinete respaldó la propuesta, abriendo así la puerta a un acuerdo histórico que podría marcar un punto de inflexión tras dos años de enfrentamientos y negociaciones fallidas.
Ibiza como escenario discreto de alta diplomacia
Las fuentes consultadas por La Voz de Ibiza detallan que el operativo desplegado para esta cumbre fue “opulento, meticuloso y discreto”. Witkoff llegó en un avión privado Bombardier N102WG, aparentemente indetectable para rastreos habituales. Desde el viernes ya operaban tropas de seguridad de Estados Unidos y España en el aeropuerto de es Codolar, en coordinación con agencias locales.
Las delegaciones cataríes habrían ocupado villas en Can Furnet y Cala Tarida, mientras que los traslados internos se hicieron por carretera bajo rigurosas medidas de seguridad. En el mar, al menos tres yates participaron en la operación, fondeados en ubicaciones estratégicas como Cala Jondal, en tanto que el equipo estadounidense utilizó el hotel Nobu como base operativa protegida.
Un helicóptero militar de Catar identificado como A7‑JAS también aterrizó en Ibiza tras repostar, lo que confirma que la logística no solo contempló vuelos internacionales, sino también movimientos internos dentro del archipiélago. Por añadidura, un avión militar turco llegó el sábado, posiblemente con miembros del servicio de inteligencia, lo que sugiere que la reunión pudo tener conexiones con otros frentes de mediación regional.
Objetivos: un “plan todo o nada” y la liberación de rehenes
El motivo principal del encuentro fue avanzar en una propuesta diplomática ambiciosa: un acuerdo integral que combine el alto el fuego con la liberación simultánea de rehenes y la retirada de fuerzas israelíes de Gaza. No se pretendía un pacto gradual, sino arriesgar con una ofensiva negociadora de gran escala.
Según los informes, Catar y Estados Unidos preparaban la presentación formal de la iniciativa a las partes involucradas en un plazo de dos semanas. En Israel, esa propuesta fue descrita como un plan denominado “Fin del Juego”, destinado a reemplazar medidas parciales por una hoja de ruta definitiva.
Ibiza, una elección estratégica
La elección de Ibiza no fue casual. La isla ofrece una combinación única de accesibilidad, privacidad y servicios de alto nivel: dispone de conexiones aéreas y marítimas fluidas, una amplia infraestructura hotelera y de ocio, y un entorno donde la presencia constante de jets privados y grandes yates pasa prácticamente inadvertida en pleno verano. Ese movimiento habitual se convierte en un escudo natural de discreción, ideal para encuentros de alto perfil.
Durante el fin de semana, cada vuelo, cada atraque y cada desplazamiento respondieron a una planificación diplomática meticulosa. Las llegadas de delegaciones, las reuniones en puntos estratégicos como Cala Jondal o el Blue Marlin, y la base logística instalada en el hotel Nobu por parte del equipo estadounidense, formaron parte de un dispositivo perfectamente coordinado que combinó seguridad, comodidad y máxima reserva.
Aunque aún no se han difundido comunicados oficiales conjuntos ni detalles de las conversaciones, esta cumbre silenciosa queda ya inscrita como uno de los episodios más relevantes del verano diplomático. Si el plan negociado prospera, Ibiza habrá sido el escenario no anunciado donde se gestó un giro en la guerra de Gaza.









