JUSTICIA

Nicolas Sarkozy entra en prisión: ¿por qué ha acabado el expresidente francés cumpliendo condena entre rejas?

El exmandatario ha ingresado en la cárcel de La Santé, en París, para cumplir una pena de cinco años por financiación ilegal de su campaña presidencial

Nusret Gökçe
Nusret Gökçe

El expresidente de Francia Nicolas Sarkozy ha hecho historia este martes al convertirse en el primer ex jefe de Estado francés que ingresa en prisión para cumplir condena. A los 70 años, el político conservador ha atravesado el portón de la cárcel de La Santé, en París, donde comenzará a cumplir la pena de cinco años de cárcel impuesta el pasado 25 de septiembre por asociación ilícita en el caso de financiación ilegal de su campaña presidencial de 2007 con dinero del régimen libio de Muamar el Gadafi.

El exmandatario francés llegó al centro penitenciario quince minutos antes de la hora prevista, acompañado de su esposa, la cantante Carla Bruni, y accedió en coche, evitando el tránsito peatonal del resto de internos.

Sarkozy ha sido trasladado directamente a una zona de aislamiento, un protocolo diseñado para proteger a personalidades políticas o figuras públicas. En La Santé, donde están recluidos 754 presos, el expresidente no tendrá contacto con otros reclusos y será supervisado constantemente por funcionarios de prisiones.

“No es un expresidente el que entra en prisión, sino un hombre inocente”

Antes de ingresar en el penal, Sarkozy publicó un mensaje en su perfil de X (antes Twitter) en el que volvió a insistir en su inocencia: “No es un expresidente de la República quien está encarcelado esta mañana, sino un hombre inocente. Siento un profundo dolor por Francia, que se siente humillada por la expresión de una venganza que ha llevado el odio a un nivel sin precedentes. Seguiré denunciando este escándalo judicial”. Su abogado adelantó que el exmandatario aprovechará su estancia en prisión para escribir sobre su experiencia.

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A pesar de los esfuerzos por mantener discreción en su llegada, la escena fue ampliamente cubierta por los medios. Su hijo Louis Sarkozy publicó en redes sociales la hora y dirección del traslado, convocando a simpatizantes para acompañar al exmandatario. Decenas de personas acudieron a su domicilio para despedirlo y mostrarle apoyo antes de que se dirigiera hacia la cárcel.

Un proceso judicial sin precedentes en Francia

El tribunal de París condenó a Sarkozy por asociación ilícita, tras considerar probado que entre 2005 y 2007 maniobró para obtener fondos del régimen libio destinados a financiar su campaña presidencial. En aquel momento, Sarkozy era ministro del Interior y aspiraba al Elíseo.

Aunque el tribunal determinó que no se pudo probar que el dinero llegara directamente a sus manos, sí concluyó que existió una estructura organizada con ese propósito. Por ello, fue absuelto de los cargos de corrupción pasiva y desvío de fondos, pero el tribunal ordenó su encarcelamiento inmediato por la “gravedad excepcional de los hechos”.

El expresidente ya ha recurido la sentencia y, según sus abogados, pedirá libertad condicional lo antes posible. De acuerdo con la legislación francesa, podría solicitarla desde el primer día de su ingreso, aunque el proceso judicial podría tardar semanas.

Macron, Darmanin y el apoyo político a Sarkozy

A pesar del escándalo, Sarkozy ha recibido apoyo de buena parte de la clase política francesa, especialmente de la derecha. Incluso el actual presidente Emmanuel Macron lo recibió en el Palacio del Elíseo el pasado viernes.

Preguntado por la reunión, Macron afirmó este lunes que “era normal, en el plano humano y personal, recibir a uno de sus predecesores”, y recordó que siempre ha mantenido su “posición clara sobre la independencia de la justicia”.

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Sarkozy también fue visitado por el exprimer ministro Édouard Balladur y por el actual ministro de Justicia, Gérald Darmanin, quien aseguró que acudirá a la prisión “para comprobar las condiciones de seguridad”. La declaración provocó críticas entre los sindicatos judiciales, que denunciaron un trato de favor hacia el exmandatario.

“No tengo miedo de entrar en prisión”

En las semanas previas a su ingreso, Sarkozy mantuvo una intensa actividad mediática, reivindicando su inocencia y agradeciendo el apoyo ciudadano. En un vídeo publicado en redes sociales, aseguró que “no tiene miedo de entrar en prisión” y prometió continuar luchando por su reputación.

El diario Le Figaro relató que el expresidente se llevó consigo un ejemplar de El conde de Montecristo, de Alexandre Dumas, como símbolo de resistencia ante lo que considera una injusticia. Algunos medios franceses ya se refieren a él irónicamente como “San Sarkozy, el mártir”.

Una prisión preparada para un expresidente

La cárcel de La Santé, donde Sarkozy permanecerá recluido, fue recientemente reformada y cuenta con instalaciones adaptadas para albergar a figuras públicas o altos cargos. Dispone de celdas individuales con mejores condiciones, biblioteca y gimnasio.

Según fuentes penitenciarias, Sarkozy estará aislado de otros presos por razones de seguridad. Cada desplazamiento dentro del penal será supervisado y coordinado para evitar cualquier contacto con otros reclusos.

El exmandatario podrá recibir visitas de su esposa, Carla Bruni, y de sus familiares directos, siempre bajo un estricto protocolo de vigilancia.

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De presidente de la República a recluso

El ingreso de Sarkozy marca un hito histórico en la política francesa. Ningún expresidente había pisado una prisión hasta ahora. Aunque Jacques Chirac fue condenado en 2011 por malversación y abuso de confianza, nunca llegó a ingresar debido a su delicado estado de salud.

Sarkozy, que gobernó Francia entre 2007 y 2012, ha estado implicado en varios procesos judiciales en los últimos años. En 2021, fue condenado a un año de cárcel por corrupción y tráfico de influencias en el llamado caso de las escuchas, pena que cumplió bajo arresto domiciliario con brazalete electrónico.

A pesar de ello, continúa siendo una figura influyente en la política francesa, especialmente dentro del ala conservadora de Los Republicanos. Incluso la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, ha salido en su defensa, calificando su encarcelamiento de “vergüenza para la República”.

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