Galicia vive uno de sus otoños más trágicos por culpa de las avispas velutinas, la especie invasora que lleva años extendiéndose sin control por el noroeste peninsular. En menos de dos semanas, tres hombres han muerto por picaduras de este insecto en distintas provincias gallegas.
El último fallecimiento se registró este domingo en Cospeito (Lugo), donde un cazador de 55 años habría pisado un enjambre oculto bajo tierra. Días antes, el 14 de octubre, un hombre de 79 años perdió la vida en Dozón (Pontevedra), y el 17 de octubre, el concejal popular Ramón José Dopico Martínez, de 76 años, fue atacado mientras desbrozaba una finca en Curtis (A Coruña).
Las autoridades y los expertos coinciden: no es normal que se registren tantas muertes en tan poco tiempo y fuera de la temporada crítica, que suele ir de junio a septiembre. La Xunta de Galicia reconoce un “aumento extraordinario” de la presencia de velutinas, atribuida a su “enorme adaptabilidad al clima y al territorio”, y pide a la población “precaución, máxime en el caso de personas alérgicas”, ya que una sola picadura puede resultar mortal.
Una plaga que no se detiene
La avispa asiática, conocida popularmente como “velutina asesina”, fue detectada por primera vez en España hace 15 años. Desde entonces, su expansión ha sido imparable. La Consellería de Presidencia asegura que el “plan de choque con medidas innovadoras” activado el año pasado está dando resultados, con el doble de capturas de reinas en 2025 (230.000 frente a las 113.000 de 2024).
El Gobierno gallego destaca también que las llamadas de emergencia por enjambres se han reducido un 30% gracias a la instalación de 18.500 trampas distribuidas por todos los ayuntamientos. Sin embargo, los expertos sobre el terreno sostienen que la realidad es muy distinta.
“Hay miles de nidos y no los retiran”
El veterinario Xesús Feás, que lleva años estudiando la incidencia sanitaria de la especie en Galicia, se declara “consternado y frustrado”, según recogió ABC: “Hay miles de nidos, cada vez más, y no los retiran.”
Feás asegura que los tres fallecidos recientes fueron víctimas de avisperos subterráneos, una modalidad especialmente peligrosa porque son invisibles a simple vista. “Son los más peligrosos porque no se ven”, advierte. Este tipo de nidos suponen un riesgo no solo para los agricultores o cazadores, sino para cualquier persona que realice tareas en el campo o en jardines.
Según datos de la Xunta, en lo que va de 2025 se han retirado 16.400 nidos, frente a los 18.700 de todo 2024, aunque Feás insiste en que “no se retiran todos los detectados porque los equipos están desbordados”. Pide más recursos, especialmente en otoño, cuando muchos avisperos siguen activos.
Un riesgo mortal para los alérgicos
Las picaduras de la velutina son especialmente peligrosas para las personas con alergia al veneno de los himenópteros. Feás alerta de que muchas víctimas ni siquiera saben que lo son hasta que ya es demasiado tarde. “Las muertes son solo la puntita del iceberg”, sostiene.
El veterinario denuncia que Galicia carece de datos específicos sobre los ataques de velutinas, lo que dificulta elaborar una estrategia efectiva. Recuerda que la comunidad lidera el ranking nacional en muertes por picaduras de insectos, con una incidencia de 2,2 por millón de habitantes, frente al 0,08 de media en España.
Los apicultores hablan de “descontrol total”
Para Marita Puga, presidenta de la Asociación Galega de Apicultura, la situación es alarmante: “Lo de la velutina es ya un problema de salud pública.” Explica que los apicultores han notado este año “un repunte muy grande” y temen que en 2026 la situación empeore aún más. “El descontrol es total”, afirma.
Puga reconoce que las medidas adoptadas por la Xunta este año “ayudaron”, pero no han sido suficientes para frenar la expansión del insecto. “Es una plaga muy adaptada, que no entiende de estaciones”, lamenta.
Avisperos en los lugares más insospechados
Los equipos que se dedican a la retirada de nidos han encontrado colonias de velutinas en los árboles, entre la maleza, en las fachadas de edificios e incluso dentro de armarios. Pero los nidos bajo tierra son los más peligrosos y los más difíciles de localizar.
Feás reclama que se invierta más en métodos de eliminación selectivos, que no perjudiquen a otras especies de insectos. Advierte que las trampas masivas para capturar reinas en primavera no solucionan el problema y pueden dañar la biodiversidad. “Necesitamos sistemas de control que no sean contraproducentes. La lucha indiscriminada también mata a muchas especies beneficiosas”, explica.
Un problema que se agrava con el clima
La “enorme adaptabilidad” de la velutina al clima gallego explica en parte su expansión. A diferencia de otros insectos invasores, esta especie soporta bien las bajas temperaturas y se refugia en nidos ocultos durante el invierno, para resurgir en primavera con fuerza.
Los expertos advierten de que el cambio climático podría alargar su temporada activa, lo que aumentaría el número de ataques y complicaría aún más su control.
La última vez que Galicia registró una secuencia de muertes tan concentrada fue en julio de 2018, cuando tres personas fallecieron por picaduras en Viveiro (Lugo), O Porriño (Pontevedra) y San Cristovo de Cea (Ourense) en apenas una semana.












