Los protagonistas involucrados en el nuevo escándalo de los chiringuitos de Formentera han encontrado la excusa perfecta para mirar hacia otro lado y mantener oculta la información que refleja las irregularidades en la puesta en funcionamiento de los quiscos de playa: la supuesta recusación contra el presidente del Consell Insular, Llorenç Córdoba.
Bajo este argumento, los técnicos de Litoral no quieren remitir la documentación al presidente del Consell y conseller de Litoral que dicen tener “firmada y conforme” a pesar de que la confirmación del Govern desmiente esta versión.
Mientras que al Consell también le sirve como una especie de “tapadera” para permitir que los chiringuitos sigan funcionando impunemente a pesar de las irregularidades que se conocen hasta ahora.
Tal como avanzó La Voz de Ibiza esta semana, los chiringuitos han comenzado a operar sin las actas de replanteo de inicio y final del montaje, documento necesario para constatar si las instalaciones cumplen con las normativas de seguridad, legalidad y sostenibilidad.
A la controvertida puesta en funcionamiento de los chiringuitos, tras un megaconcurso bajo sospecha y plagado de irregularidades, ahora se le suma un nuevo manto de oscuridad en torno a la información pública. Y en Formentera todos parecen jugar a las escondidas.
Recusación
En medio de la polémica licitación, los siete empresarios que habían obtenido la mejor puntuación en el concurso de los quioscos de playa de Formentera –y que finalmente se han quedado con esas licitaciones- presentaron un escrito en el Consell recusando al presidente de la institución y a la letrada de Recursos Humanos.
Semanas después, se conocía que la por entonces vicepresidenta primera de la Junta de Gobierno, Verónica Castelló, había aceptado la recusación de la técnico de Recursos Humanos solicitada por los ya adjudicatarios por haber firmado un informe que recomendaba dejar desiertos los lotes porque todas las empresas incumplían el convenio de hostelería de Baleares y al mismo tiempo ser la presidenta de la delegación en Formentera de la entidad catalanista Obra Cultural Balear (OCB).
Nada se supo respecto de la presentación contra Córdoba, aunque el presidente del Consell se autoexcluyó para que Sa Unió pudiera, en definitiva, aprobar el manchado concurso que ha marcado una de las grietas profundas de la quebrada relación política entre la coalición y quien fue su candidato en las últimas elecciones.
¿Sí o no?
En el Consell de Formentera nadie sabe –o nadie quiere- confirmar si efectivamente sobre la figura de Córdoba se encuentra algún tipo de recusación que impida participar en el asunto de la gestión de los chiringuitos.
“No se sabe si está recusado o no, porque antes de que se tratara el tema, se retiró él de la decisión”, ha respondido un portavoz oficial del Consell ante la consulta de La Voz de Ibiza.
Más esquiva fue la respuesta del secretario del Consell, Ángel Custodio Navarro: “No tengo ni idea. Con el trabajazo inmenso de cien mil actas que tengo pendientes, ya tengo bastante”.