Quien vuele habitualmente entre las baleares en Air Nostrum habrá coincidido en alguna ocasión con un piloto un tanto especial. Se trata de Toni Pericàs (Palma, 1971), comandante que se caracteriza por amenizar los despegues y aterrizajes con ingeniosos mensajes poco convencionales, alejados del formalismo habitual, y con los que busca rebajar la tensión de aquellos pasajeros, más de los que parece, que tienen miedo a volar.
Con su simpatía natural y un toque de humor que rompe con la seriedad habitual de los vuelos y de estar a los mandos de un aparato que vale 30 millones de dólares y de tener en sus manos la vida de un centenar de personas, Toni Pericàs se ha ganado un lugar especial en los cielos de Baleares.
Natural de Mallorca y con 25 años de experiencia como piloto, Pericàs no solo se dedica a volar, sino también a conectar con sus pasajeros, ayudándoles a superar el miedo a volar y transformando cada trayecto en una experiencia amena y memorable.
El comandante de la aerolínea Air Nostrum, franquiciada de Iberia para los vuelos regionales, comparte su visión sobre la aviación y su singular estilo en cabina, que combina mensajes relajados, algún que otro chiste y la capacidad de transmitir calma incluso a los pasajeros más nerviosos. «Le quitas el miedo al pasajero cuando le sacas una sonrisa», asegura Pericàs, quien a veces no duda en recurrir al mallorquín en sus discursos para crear una conexión más cercana con los viajeros locales.
Las casualidades del destino
La carrera de Pericàs como piloto no estuvo planeada desde el principio. “De pequeño soñaba con ser ingeniero aeronáutico, pero la aviación parecía algo inalcanzable, casi como ser astronauta”, recuerda. Sin embargo, una confusión en las notas de su selectividad cambió el rumbo de su vida: “Alguien con mi mismo nombre presentó otra solicitud y me suspendieron por error. Durante esos meses de espera, mi padre me dijo: ‘¿Y si pruebas lo de piloto? Siempre te ha gustado’. Una vez que lo probé, ya no hubo vuelta atrás”, explica entre risas.
Tras sus inicios en vuelos cargueros nocturnos por Europa, donde transportaba piezas de automóviles, y años de experiencia en distintas aerolíneas, Pericàs se siente agradecido de poder trabajar en su tierra natal. “Hacer vuelos interislas y dormir en casa la mayoría de los días es un privilegio. No podría pedir más”, comenta con satisfacción.
Extrovertido en cabina, pero con los pies en la tierra
Si algo distingue a Toni es su capacidad para romper la tensión en sus vuelos con mensajes ingeniosos. “A veces digo: ‘Si se mueve el avión, no arañes al que tienes al lado, que igual no lo conoces’, o ‘Gracias por embarcar rápido, así puedo llegar antes a casa porque mi mujer me está esperando sola’”.
Aunque no se asume como una persona graciosa, su experiencia dando cursos para personas con miedo a volar le permitió desarrollar una empatía especial. “Una de cada cinco personas tiene miedo a volar, y muchas no lo expresan. Hablarles y explicarles lo que pasa en el vuelo los tranquiliza. Es algo que agradecen mucho, y eso me motiva a seguir haciéndolo”.
Ayudar a superar el miedo a volar
Además de su faceta como piloto, Pericàs colabora activamente con Vive tu vida, una organización familiar dedicada a ayudar a personas con miedo a volar. Desde hace más de 20 años, esta iniciativa combina la experiencia aeronáutica y la psicología para proporcionar herramientas prácticas que permiten a los participantes enfrentarse a sus ansiedades y disfrutar de un vuelo sin estrés.
La organización, liderada por las hermanas psicólogas Luisa e Isabel del Campo Martín-Cobos, imparte cursos diseñados para desmitificar los temores relacionados con los vuelos y generar confianza en el proceso. “Volar puede ser intimidante para algunos, pero con la información adecuada y un enfoque estructurado, la mayoría de las personas supera sus miedos. Para mí, ser parte de ese cambio es una de las cosas más gratificantes que he hecho”, afirma Pericàs.
