La Posidonia oceanica en Ibiza está en retroceso crítico. Un estudio del GEN-GOB, financiado por IbizaPreservation, revela que más del 50 % de la pradera ha desaparecido en algunas zonas y no muestra indicios de regeneración.
En la bahía de Talamanca, el problema se agrava con un aumento sin precedentes de la temperatura del agua, que en agosto de 2023 superó los 30 °C, una cifra que compromete gravemente la supervivencia de este ecosistema.
Un ecosistema al límite
Por primera vez, el informe ha registrado la temperatura marina durante un año completo, constatando un calentamiento sostenido en la zona. En la Illa Grossa y el centro de la bahía de Talamanca, las praderas han perdido más de la mitad de su extensión, mientras que en Cala Vedella, a 14 metros de profundidad, la Posidonia muerta alcanza el 40 %.
El coordinador del Área Marina del GEN-GOB, Xisco Sobrado, advierte de que la tendencia no mejora: “Llevamos seis años analizando estas praderas y su estado sigue empeorando. La contaminación del agua y el impacto del fondeo descontrolado ya eran amenazas importantes, pero ahora el aumento de temperatura se ha convertido en un factor determinante”.
Ibiza, ante un deterioro irreversible
La Posidonia no solo es fundamental para la biodiversidad marina, sino también para la protección de la costa. Su desaparición puede desencadenar un desequilibrio ambiental severo, afectando la calidad del agua, la fauna marina y la estabilidad del litoral.
Desde el Ajuntament d’Eivissa, el regidor de Medio Ambiente, Jordi Grivé, ha subrayado la necesidad de actuar con rapidez: “Los datos son muy preocupantes. Debemos seguir investigando y tomar decisiones basadas en evidencia científica para evitar un daño irreparable”.
Por su parte, Inma Saranova, directora de IbizaPreservation, señala que la situación requiere respuestas inmediatas: “O pasamos de las intenciones a las acciones concretas, o en pocos años habremos perdido un elemento clave de nuestro ecosistema marino”.
El informe refuerza la advertencia de los expertos: si no se revierte esta tendencia, Ibiza podría enfrentarse a un colapso ecológico sin precedentes.