El responsable de la instalación que derivó en una intervención policial el pasado fin de semana en una cueva cercana a Cala Comte ha querido ofrecer su versión tras la repercusión que generó la noticia publicada por La Voz de Ibiza.
En conversación con este medio, el protagonista de la situación ha explicado que no se trataba de una fiesta ni de un DJ set convencional, sino de una sesión de música ambient experimental, realizada con equipos analógicos, sin altavoces, generadores contaminantes ni presencia de público.
“Esto fue una intervención artística, sin ánimo de lucro, hecha por tres colegas que somos músicos. La intención era capturar una sesión en vídeo para uso personal y creativo. No hubo contaminación acústica, ni actividad comercial, ni convocatoria abierta a nadie”, asegura.
Sin público, sin música amplificada y con espíritu artístico
Durante la conversación, explicó que su vinculación con la música en Ibiza no es comercial y que su intención fue generar un momento artístico entre colegas, entre el paisaje natural y la música experimental, utilizando máquinas sin emisión sonora directa. “No había fiesta, ni gente, ni sonido proyectado. Solo nosotros grabando imágenes con un paisaje increíble de fondo”, insiste.
También indicó que ya se ha reunido con personal del Ayuntamiento de Sant Josep y con el responsable de la Policía Local, con quienes, asegura, “todo quedó aclarado”. El lunes presentará un escrito explicando formalmente lo sucedido para cerrar el expediente abierto tras la intervención policial.
Un malentendido con consecuencias
La alerta fue originada por una denuncia ciudadana en la que se señalaba la posibilidad de que se estuviera gestando una fiesta al estilo de la que protagonizó el DJ Diplo en Es Vedrà en 2024. Sin embargo, como recogía la noticia original, en el lugar no había música, ni altavoces, ni público, y lo ocurrido no fue en ningún momento una fiesta.
El autor de la sesión explicó además que desconocía que el lugar estuviera señalado por antecedentes de fiestas ilegales, y que nunca tuvo intención de infringir ninguna norma. “Me lo comentó el propio policía. No sabía que ahí se habían hecho otras cosas que podían llegar a vincularse a esto que hicimos, que no tiene nada que ver con fiestas ni nada. Fue una mala elección del sitio por ignorancia”, lamenta.
“No era un DJ set”
El protagonista considera que la terminología utilizada en redes y medios —especialmente la expresión “DJ set”— ha contribuido a una percepción errónea de lo ocurrido, afectando incluso a su vida laboral. “Yo trabajo en Ibiza y soy una persona responsable con el lugar donde vivo. Que se pueda pensar que organizo fiestas o monto set ilegales me perjudica directamente. Por eso, agradezco poder explicar lo que realmente pasó”, señala.
Reitera que no busca exposición pública ni polémica, y que solo quiere que se entienda que no hubo ninguna intención de vulnerar normativas locales, ni de lucrarse con la actividad. “Fue una grabación entre amigos, con sensibilidad por el entorno y sin alterar nada”.