La Voz de Ibiza ha recorrido el terreno anexo al aparcamiento disuasorio de es Gorg, en el municipio de Ibiza. Es amplio y de tierra y está ubicado junto al polígono industrial del mismo nombre, en las afueras de la ciudad, donde recientemente la Policía Local ejecutó un operativo de control, vigilancia y cumplimiento de las ordenanzas municipales relativas al estacionamiento de caravanas.
El balance oficial habla de 15 vehículos denunciados en dos días, muchos de ellos por carecer de matrícula, seguro o ITV. También se detectaron vehículos desguazados, residuos sólidos urbanos y materiales potencialmente peligrosos.
El recuento de este medio arroja un resultado de un centenar de vehículos. En su mayoría su vetustas caravanas, casas rodantes que son transportadas con remolque y que han accedido al recinto sorteando los gálibos instalados por el Ayuntamiento de Ibiza para evitar lo que ha sido inevitable: un nuevo asentamiento.
El operativo
Según informó la Policía Local a través de sus canales oficiales, los controles se llevaron a cabo el lunes y martes de esta semana. Se identificaron seis personas y se denunciaron seis vehículos el primer día y nueve el segundo, con sanciones que alcanzan los 200 euros cada una.
Muchos de los vehículos denunciados carecían de placa de matrícula identificativa, por lo que se consideran abandonados según la ordenanza municipal y pueden ser denunciados.
Ver esta publicación en Instagram
Además, se detectaron vehículos sin seguro, sin ITV, y algunos accidentados que estaban siendo reparados o directamente desguazados en el propio aparcamiento. La Policía señaló que esto genera acumulación de restos de residuos sólidos urbanos y residuos potencialmente peligrosos.
Vivir por necesidad
En paralelo al operativo policial, La Voz de Ibiza pudo constatar la existencia de una comunidad que utiliza el aparcamiento de Es Gorg como espacio de residencia, especialmente durante la temporada alta. Algunas personas ya han comenzado a instalarse con vistas al verano, y entre las viviendas móviles se encuentran también tiendas de campaña y estructuras improvisadas.
“Es la cuarta o quinta temporada que venimos a Ibiza”, cuenta una mujer que acaba de instalarse con su marido y su hijo. “No encontramos nada mejor que una autocaravana que ya estaba aquí. Pagamos 800 euros al mes y la encontramos a través de un grupo de Telegram”, explica.
Como muchas otras familias que llegan a la isla para trabajar durante la temporada, no han podido acceder a un alquiler tradicional y recurren a estos espacios como única alternativa habitacional.
Asentamiento consolidado
Según pudo saber este medio, la zona donde se encuentran muchas de estas autocaravanas funciona como un asentamiento consolidado. Hay decenas de vehículos instalados, muchos de ellos sin posibilidad de moverse por falta de documentación o por su estado mecánico.
Se trata, además, del único acceso posible a una zona posterior de viviendas improvisadas, lo que convierte al aparcamiento en un punto neurálgico del asentamiento.

Una vecina de la zona lo resume así: “Vivimos con angustia por la entrada en vigor de la nueva ley. No sabemos qué va a pasar». Inclusive aprovechan al periodista de este digital para preguntar información de la nueva ley porque «lo vemos todo incierto». «¿Sabes qué va a pasar?», preguntan. «Las caravanas y autocaravanas estarán prohibidas de facto a partir del 1 junio en Ibiza», respondemos.
La Voz de Ibiza ha intentado sin éxito que el Ayuntamiento de Ibiza explique qué planes tiene al respecto de este asentamiento de trabajadores, a las puertas de la entrada de la nueva ley.
Además de los residente que viven gracias al mercado negro de autocaravanas, también viven otros que han recurrido a comprar una en Mallorca o en la Península. «No me renovaron el contrato y me compré esta autocaravana en Mallorca por 4.000 euros. No quiero estar aquí, pero no he encontrado una alternativa mejor», explica una mujer que dice trabajar en un hotel.
El silencio y la tensión
Durante la noche pero también en gran parte del día, la zona permanece en silencio. Solo se oyen reparaciones en vehículos y algunos ronquidos. Muchos de los habitantes viven sin acceso regular a servicios básicos. La experiencia de tener electricidad o agua, cuando ocurre, se describe como algo “impactante”. «Son cosas a las que no le das importancia hasta que careces de ellas», relata la mujer que lleva una semana con su marido y su hijo.
El contexto legal
Este operativo coincide con la inminente entrada en vigor de la nueva Ley 5/2024, que regula el acceso de vehículos a Ibiza e impone limitaciones para autocaravanas y furgonetas que pretendan establecerse en la isla. Aunque oficialmente no se ha vinculado el operativo con la nueva normativa, en el entorno de los afectados se percibe como un anticipo de medidas más estrictas.
Muchos de los residentes temporales que habitan en Es Gorg desconocen los detalles de la ley, pero sienten que su modo de vida podría estar en peligro. La preocupación no es abstracta: ya han llegado las multas, y la policía continúa realizando controles, especialmente sobre aquellos vehículos que presentan signos de abandono.
“Un futuro incierto”
Las historias personales se repiten. Personas que llegan con la esperanza de trabajar durante la temporada turística, que se instalan donde pueden y que ahora viven con miedo a ser desalojadas.
Muchos de los presentes aseguran que asistirán a la manifestación convocada para el próximo 25 de abril, una protesta impulsada por colectivos de usuarios de vehículos vivienda, en rechazo a la nueva Ley 5/2024 de control de afluencia de vehículos.
La norma, aprobada en noviembre, impone un sistema de cupos y condiciona la entrada de autocaravanas a reservas en campings habilitados, además de restringir su estacionamiento incluso en propiedades privadas. “La mayoría ni conoce el texto legal, pero quiere ir. Quieren respuestas sobre qué va a pasar con ellos”, comentan quienes viven en el asentamiento.
Para muchos de ellos, esta forma de vida no es una elección, sino una necesidad. Y ahora, más que nunca, sienten que están en el punto de mira.