En el corazón de Cala Bou, el hotel Ryans Lola’s ha inaugurado una nueva temporada apostando por un modelo de alojamiento diferente: conciertos diarios, estética urbana, gastronomía provocadora y una comunidad que busca mucho más que descanso. El establecimiento ha convertido su propuesta en un referente de estilo alternativo en la isla, y promete un verano cargado de música y experiencias compartidas.
Música en vivo, videojuegos y hamburguesas como sello de identidad
Desde sesiones de DJ junto a la piscina hasta torneos de arcade y retos de comida, el calendario de actividades de Ryans Lola’s tiene poco que envidiarle a un festival. Uno de sus principales atractivos es el restaurante 666 by La Buena Muerte, donde las smash burgers son las protagonistas y los eventos semanales marcan el pulso de la escena local.
Entre las propuestas más destacadas están la noche 333, con promoción 2×1 todos los martes, y los jueves de 666 Selectors, con DJs internacionales que convierten el restaurante en un espacio de culto para los amantes de la música electrónica.
Room 666: la habitación temática con hamburguesas ilimitadas
Ryans Lola’s también ha inaugurado esta temporada la ya popular Room 666, una habitación compartida para cuatro personas en la que los huéspedes reciben —durante las primeras 24 horas— acceso gratuito e ilimitado a hamburguesas. Con nombres como Lucifer, Psycho Killer o Sangre de Alien, esta propuesta combina humor, estética provocadora y un formato de alojamiento único en la isla.
La fiesta de apertura se celebró el pasado 1 de mayo con las actuaciones de la DJ ibicenca Anna Tur y el dúo cubano Pauza, que atrajeron a una numerosa comunidad de locales y visitantes.
Un alojamiento diseñado para la interacción
Desde su apertura en 2014, Ryans Lola’s forma parte de una cadena que se ha consolidado como una alternativa para viajeros jóvenes con mentalidad urbana. Con una arquitectura basada en el uso de materiales reciclados y espacios colaborativos, el establecimiento defiende un modelo de turismo que apuesta por la sostenibilidad sin renunciar al ocio ni a la identidad propia.
La propuesta combina estética canalla, actividades abiertas y un enfoque comunitario que ha sabido conectar con un público que busca en Ibiza mucho más que sol y playa: una experiencia compartida y diferente.
