Si no lo está teniendo fácil en Ibiza para lograr los permisos para hacer las primeras pruebas con el hidroavión que tiene listo Isla Air Express, más difícil lo tendrá en Formentera. Y es que en esta isla, además de las dificultades administrativas inherentes al proyecto, cuenta con el rechazo frontal de la clase política.
La compañía que espera unir las baleares entre sí y con la Península mediante hidroaviones de 19 plazas dejó de considerar la menor de las Pitiusas como una plaza estratégica tras conocer la rotunda negativa del gobierno de Gent per Formentera y el PSOE al proyecto.
El cambio de gobierno y el acceso al poder de Sa Unió de Formentera y Llorenç Córdoba no ha supuesto un cambio en la receptividad del Consell de Formentera a la posibilidad de poder volar en siete minutos a Ibiza y sin escalas en poco menos de una hora, a Palma. Y quién sabe si en vuelo directo a los destinos más próximos de la Península.
Fuentes de la institución han asegurado a La Voz de Ibiza que la posición es la misma: no quiere hidroaviones amerizando y despegando ni en s’Estany Pudent ni en la bocana de La Savina.
Triple insularidad
«Siempre me ha sorprendido el rechazo frontal a nuestras operaciones en Formentera, ya que sería una manera de poner fin a la triple insularidad de la que siempre se quejan», ha dicho a este medio Antoni Jiménez, el delegado en Baleares de la compañía de hidroaviones.
Jiménez asegura que la prioridad de la empresa ahora mismo es empezar a operar en los puertos de Ibiza, Palma y Barcelona. «Después lo volveremos a intentar en Formentera», consciente de que «no es fácil».
«Hay que estudiar bien cómo hacerlo -continua-, ya que el puerto de Formentera es muy pequeño y tiene mucho tráfico, pero merece la pena el esfuerzo porque sería una gran mejora en las comunicaciones y podríamos adaptar horarios y servicios a sus necesidades para traslado de pacientes que necesitan tratamiento u otras que puedan tener».