La oferta de vivienda turística cayó en Barcelona, Palma e Ibiza entre un 40 y un 50% sobre las cifras de antes de la pandemia, en 2019, por una mayor «prioridad política» para su ordenación y control, derivada de la contestación ciudadana. Así lo recogen las cifras que ha publicado este miércoles la alianza turística Exceltur.
A diferencia de lo ocurrido en Ibiza, en ciudades medias y de menor tamaño que no han adoptado medidas de ordenación a través de su normativa urbanística o que no se han dotado de instrumentos de inspección, se han registrado crecimientos de hasta el 75% en el caso de Oviedo, del 59% en Gijón, del 58 % en Almería, o del 47% en Santander.
En 2023 el número de plazas en viviendas turísticas en las 25 principales ciudades españolas alcanzó las 299.000, un 5,5% más que en 2022, equivalente a 15.000 nuevas plazas, aunque se sitúan por debajo de 2019 debido precisamente al control en determinados municipios.
La caída más significativa en porcentaje se produjo en Ibiza, que bajó de más de 7.800 viviendas en 2019 a poco más de 4.000 en 2023, con descenso del 48,6 por ciento. En términos absolutos Barcelona fue la que más redujo este tipo de alojamientos, ya que pasó de casi 91.000 en 2019 a 48.500 al cierre de 2023. En Palma pasaron de 14.470 a 8.430 entre los dos años comparados.
