Más del 50% de la pradera de Posidonia oceánica en la bahía de Talamanca está muerta, según un estudio del GEN-GOB, financiado por IbizaPreservation. El objetivo de este informe es evaluar el estado de conservación actual y su evolución en el tiempo, la cual ha ido en constante degradación desde 2019.
«Después de cinco años de estudio hemos constatado la mala salud ambiental de estas praderas de posidonia, con más del 50 % de la pradera muerta. Por eso es necesario tomar medidas urgentes para revertir esta situación», ha asegurado Xisco Sobrado, coordinador del Área Marina del GEN-GOB. También, recuerda que «las praderas de Talamanca mantienen las aguas limpias, fijan la arena de la playa y actúan mitigando los efectos del cambio climático».
Por su parte, la directora de IbizaPreservation, Inma Saranova, considera muy necesario seguir apostando por la investigación y la mejora del conocimiento sobre el estado de la posidonia para identificar las causas precisas de su degradación e intentar revertir esta situación lo antes posible: «Desde IbizaPreservation seguiremos contribuyendo en este 2024 al estudio del GEN-GOB y confiamos en que esta información pueda servir a las administraciones públicas para afrontar el problema de la manera más adecuada«.
De esta forma, tanto el GEN-GOB como IbizaPreservation coinciden en la necesidad de tomar medidas urgentes de gestión de la bahía de Talamanca. Para las entidades ambientales, es necesario avanzar hacia la reducción del número de embarcaciones durante la temporada estival, la instalación de fondeos de bajo impacto, así como una mejora de la calidad de las aguas, para preservar las praderas de posidonia oceánica.
Posibles medidas
El regidor de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Ibiza, Jordi Grivé, afirma que «conocer el estado actual de la posidonia en nuestra costa nos debe servir para ser todavía más conscientes de que hay que actuar ya para revertir esta situación».
Grivé ha anunciado algunas posibles medidas de parte del Ayuntamiento de Ibiza, como por ejemplo «alejar el balizamiento lo máximo posible de la línea de playa. De esta manera se amplía el espacio libre de fondeos, se reduce la presión sobre la bahía y se mitiga el impacto visual que supone la aglomeración de embarcaciones».
