Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

ENTREVISTA EMETERIO MOLES/GERENTE DE ABAQUA (1)

«No creo que haya restricciones, pero sería una catástrofe tener que parar una desaladora seis horas por una avería»

El experto en el ciclo del agua considera imprescindible de la cuarta desaladora para proteger al acuífero, para reducir los costes energéticos y para garantizar mayor capacidad de reacción en casos de contingencia: "Nadie pone en duda la necesidad de tener bomberos 24 horas"
    IMG 2070
    Emeterio Moles, gerente de Abaqua.

    Emeterio Moles Moles (Fornes, Granada, 1967) es pasión por el agua en estado puro. Desde el 4 de septiembre de 2023 es el gerente de Abaqua (Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental), el brazo del Govern en el ciclo del agua. Bajo su responsabilidad, la generación de agua desalada, para él «recursos no convencionales», la distribución en el alta de la misma a través de las interconexiones, y la depuración de agua, con la consiguiente responsabilidad sobre las depuradoras, las canalizaciones y las estaciones de bombeo.

    Y la responsabilidad abarca tanto las nuevas inversiones como el mantenimiento de la vasta red, ocho desaladoras, 80 depuradoras y más de 200 estaciones de bombeo. Y todo ello en un gobierno que está haciendo bandera del ciclo del agua, tanto que ha creado una conselleria con este nombre y un fondo finalista, con lo que supone de presión política para un técnico que ha trabajado a ambos lados de la barrera, tanto en la administración pública (ayuntamientos de Sant Josep, Santa Eulària e Ibiza) como en empresas contratistas de la administración y empresas de aguas.

    Casi no es necesario hacerle preguntas a este ingeniero técnico agrícola que tenía que dedicarse a la explotación agrícola familiar en el pueblo, donde le esperaban un centenar de vacas y un puñado de hectáreas.

    Un viaje a Ibiza, donde trabajaba su hermano, cambió su vida. Le salieron dos trabajos de topografía y aquí se quedó. Salvo su periodo como gerente de la UTE que explota Ca na Putxa, su mundo profesional ha sido el agua y la tubería.

    Ahora vive a caballo entre Ibiza, donde reside su familia, y Mallorca, donde pasa la mayor parte de la semana. Y está en su salsa aportando su granito de arena en forma de experiencia y capacidad de gestión en un asunto que la sequía ha puesto en el punto de mira.

    “En agosto me llamó Vicent Marí (presidente del Consell de Ibiza con quien había trabajado en su época de alcalde de Santa Eulària) para decirme que me llamaría el conseller del Mar y Ciclo del Agua (Juan Manuel Lafuente) para ofrecerme el cargo de gerente de Abaqua. Y me llamó un señor de Menorca, al que no tenía el gusto de conocer, y me ofreció el cargo. Entre miedo y orgullo, le dije que le quería conocer. Nos vimos en Mallorca. Me explicó lo que necesitaba de mí, una persona que se pusiera al frente de las infraestructuras, que pusiera aceite a la maquinaría. Y aquí estoy”, explica.

    Sin carné del partido, pero con afinidad que no esconde, Emeterio Moles acepta ser entrevistado por primera vez, con los nervios propios de quien se enfrenta a algo desconocido.

    El amplio conocimiento que demuestra de la red de infraestructuras que está bajo su responsabilidad genera confianza. Habla de memoria de ubicaciones y números de estaciones de bombeo, de kilómetros de tuberías, de diámetros de la mismas, de metros cúbicos, de potencia energética…

    Y de que el foco mediático y político está siempre en las nuevas infraestructuras, lo que deja en la sombra el ingente trabajo de mantenimiento que hay detrás de la red actual. “No vende, pero es muy exigente y absorbe la mayor parte de los recursos técnicos y económicos de la Agencia”.

    En Ibiza y Formentera no le faltan proyectos. Proyectos en Sant Antoni, en Sant Josep desglosados, la retirada del viejo emisario de Talamanca, la construcción de la nueva depuradora de Portinatx, el nuevo emisario de Santa Eulària, la ampliación de la depuradora de Santa Eulària, la infiltración de aguas en el acuífero, la nueva depuradora de Vila, la depuradora de Formentera, la puesta en funcionamiento de la balsa de riego de sa Rota…

    Moles destaca «el orgullo y la suerte que siento de trabajar con el equipo de la Conselleria y el conjunto de profesionales de Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental donde puedo aprender mucho y donde espero poder aportar mi colaboración para desarrollar el trabajo que la Dirección General y la Conselleria nos encargue y atender las necesidades en materia de aguas de la población».

    -¿Va a haber restricciones de agua este verano?

    -No lo creo. Si continuamos así, sí podría haber déficit de capacidad de producción de agua desalada, es decir, que necesitáramos producir más agua de la que podemos, ya que la producción actual de agua desalada no alcanza a cubrir las necesidades humanas y los recursos subterráneos no están en buen estado. Entonces, tendríamos que recurrir a fuentes alternativas y amentar la presión sobre los acuíferos que ya están de por sí muy deteriorados.

    -¿A qué se refiere?

    -A recurrir a mayor extracción de caudal de agua de los acuíferos.

    -Entonces podemos estar tranquilos…

    -Entiendo que sí. Eso no quiere decir que no tengamos que reducir determinados consumos innecesarios y que no tengamos que poner en marcha determinados planes de concienciación. La capacidad de aportación adicional de las desaladoras es muy limitada porque desde marzo a noviembre trabajan las tres al 75% de capacidad. En el año 2016, suministrábamos 7 hectómetros cúbicos de agua, ahora estamos en 12,5, casi el doble. Las plantas necesitan parar casi un mes al año para trabajos de mantenimiento, lo que significa que durante tres meses al año solo tenemos dos plantas disponibles. No podemos hacer mucho más.

    -¿Está sobre la mesa de Abaqua recurrir a desaladoras móviles como en el pasado?

    -Es que yo no entiendo qué es una desaladora móvil. La tramitación ambiental es la misma, la necesidad energética es la misma, la necesidad de pozos de captación y de emisarios es la misma… Encima son pequeñas y aportan poco caudal y, por lo tanto, su aportación es pequeña.

    -¿Llegamos tarde pues?

    -En mi opinión sí, llegamos tarde y llegamos cortos. Hacía tiempo que la necesidad estaba allí. En estos momentos, el objetivo ha de ser la protección del acuífero, lo que nos obliga a atender la demanda con recursos no convencionales (agua desalada) para fomentar que el acuífero se recupere, si llueve, claro. Si no llueve, es imposible.

    -Me da la sensación de que hemos de rezar para que no haya una avería este verano.

    -Sería una catástrofe tener que parar una de las plantas durante seis horas en verano. Ojalá algún día lleguemos a entender que tiene todo el sentido tener una planta desaladora parada para situaciones de contingencia como tenemos a los bomberos de guardia por si hay una incidencia y si no la hay, nadie lo cuestiona. Un elemento redundante como seguridad sería muy positivo, pero nunca llegamos a tiempo.

    -¿Y qué podemos hacer?

    -En materia de reutilización y para proteger al acuífero, estamos pensando en aportar agua desalada para mezclarla con agua depurada y así poder aprovecharla para regar. Serían dos partes de agua depurada y una de agua desalada. No debería ser así pero es mejor que tirarla al mar. No obstante, este verano la situación será la misma.

    -¿Y por qué no se vuelve a desalar el agua depurada?

    -No es razonable este proceso. Lo que tenemos que hacer es lograr que las aguas que llegan a las depuradoras contengan exclusivamente los residuos fruto del uso urbano, y para ello, dado que no se produce en estos momentos, hemos de colaborar con los ayuntamientos para monitorizar mejor la red y saber dónde se está produciendo ese aporte de agua salada que entra en la red de depuración y que no viene de la red de suministro.

    -No soy un experto, pero debe de venir de pozos ilegales que extraen masas de agua de acuíferos sobreexplotados.

    -Hemos de intentar buscar de dónde viene esa salinidad. Lo vamos a hacer en Formentera, donde tenemos 11 puntos de bombeo distribuidos por toda la isla. Ahora tenemos una salinidad difusa y esperamos localizar el foco para poder actuar y así poder reaprovechar el agua depurada para usos agrícolas.

    El objetivo debería ser no tirar ni una gota de agua al mar y poderla reaprovechar toda. Para mí ese caudal tiene un valor increíble porque es agua que no extraemos del subsuelo, es agua que no hemos de producir y luego es agua que se acaba infiltrando de nuevo. No es agua residual es un recurso muy importante que tenemos.

    El objetivo debería ser no tirar ni una gota de agua al mar y poderla reaprovechar toda. Para mí ese caudal tiene un valor increíble porque es agua que no extraemos del subsuelo, es agua que no hemos de producir y luego es agua que se acaba infiltrando de nuevo. No es agua residual es un recurso muy importante que tenemos.

    -¿Cómo está el proyecto de ampliación de la desaladora de Santa Eulària?

    -Es un proyecto ambicioso porque también requiere actuaciones en la red, en suministro eléctrico, en captación, en rechazo y en el sistema de interconexión, ya que ahora vamos a inyectar más agua en la red en alta. El inicio del expediente está aprobado por Consejo de Administración. La semana que viene esperamos firmar el contrato de la redacción del proyecto. El objetivo es aumentar la producción en 5.000 metros cúbicos al día, es decir, un 10% más de producción.

    También estamos mirando de optimizar algo la desaladora de Sant Antonio, con 400 ó 500 metros cúbicos diarios más. Es poco, pero cada litro cuenta.

    -¿La desaladora de Ibiza no puede ampliar su capacidad?

    -No. Allí no tenemos ningún margen. Las limitaciones de captación, la evacuación de rechazo como la superficie son limitantes.

     

    Scroll al inicio
    logo bandas