La Conselleria balear del Mar y Ciclo del Agua comenzará en las próximas semanas a realizar un ensayo para analizar la viabilidad de almacenar agua desalada en el acuífero de Santa Eulària. El mismo constará de infiltrar estos recursos no convencionales producidos en la planta de Santa Eulària, cuya ampliación está en proyecto, y realizar tres sondeos: dos de ellos en posibles puntos de infiltración, con medición, y uno que estará destinado solo a medición.
El ensayo se iniciará sobre las evidencias de que hay un elevado nivel de confinamiento del acuífero en una superficie aproximada de 1.000.000 m² aneja al núcleo de Santa Eulalia, sobre el barrio de Can Guasch.
También existen referencias que permiten suponer que puede haber otro espacio igualmente confinado en el perímetro de la desaladora, aunque este con menos potencial y mayor incertidumbre sobre su capacidad real.
En declaraciones a La Voz de Ibiza, Emeterio Moles, gerente de Abaqua (Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental) explica que existen datos de mediciones de niveles contrastadas con pluviometría de mas de 10 años realizadas tanto por la Dirección General de Recursos Hídricos como por el Ayuntamiento de Santa Eulària que permiten realizar esa hipótesis.
Meses de mayor demanda
La existencia de este volumen impermeable ha permitido a los especialistas plantearse la posibilidad de utilizar parte de él en momentos de estiaje (es decir de nivel más bajo o caudal mínimo) para almacenar agua desalada durante los meses de menor demanda y ser aportada en los meses de mayores necesidades.
Este recurso complementario a la propia producción, serviría para su uso tanto en el núcleo de Santa Eulària, como en otros núcleos de este e incluso otros municipios a través de la interconexión.
Todo este proyecto ya ha sido sometido a informes y autorizaciones preliminares de las autoridades municipales y autonómicas competentes y se encuentra en fase de contratación de los sondeos y de las pequeñas instalaciones para conducir el agua a los puntos de infiltración que se irían ejecutando conforme cada sondeo esté instalado con sus equipos de medición.
Este tipo de acción, caso de ser viable, solo se realizaría, de forma extraordinaria y puntual, en periodos de muy bajas precipitaciones y pre alertas o alertas de sequía ya que en el caso de que el acuífero se encuentre en niveles altos se correría el riesgo de desbordar el espacio impermeable y perder esta aportación o la capacidad de almacenar la que pueda venir de la lluvia.
Los sondeos, en cualquier caso, pasarán a formar parte de la red de medición y vigilancia de la Dirección General de Recursos Hídricos (DGHR).
Sondeos y análisis
El ensayo contempla que se medirán de forma continuada valores de niveles y salinidad del agua en el acuífero y se contrastarán con los caudales infiltrados correlacionando estos a fin de evaluar el almacenamiento de esta agua y cualquier efecto sobre el acuífero.
De este modo, se estima que habrá que infiltrar, al menos, un volumen de 150.000 m³ para obtener resultados concluyentes que permitan adoptar decisiones posteriores.
Las mediciones en los tres sondeos se complementarán con otras que se realicen en sondeos municipales en servicio y en puntos de control de la DGRH ampliando los puntos de toma de datos y la información sobre la investigación.
Actualmente, de los dos puntos de infiltración, el que más capacidad presenta, por estar a mayor cota por encima del nivel del mar es el de Can Guasch, por lo que se prevé iniciar la infiltración en este mes de marzo al menos en el punto con mayores posibilidades
Entre la urgencia y el largo plazo
“Es un ensayo de investigación. Es un trabajo de evaluación de posibilidades y afectaciones, que tiene por objeto explorar una posibilidad no explorada y que en situaciones muy concretas podría tener un valor muy importante. Se realizará con una afectación mínima a los recursos naturales subterráneos, suficiente para evaluar si efectivamente es un acuífero confinado y si tiene una capacidad relevante, midiendo igualmente la afectación cualitativa y cuantitativa de las aportaciones al acuífero», aclara Emeterio Moles.
Y puntualiza: «Por eso no se trata de llenar el acuífero, se trata de ensayar y verificar qué podría ocurrir si realizamos una operación de envergadura o relevancia en este sentido».
Moles, además matiza expectativas: “Nada gustaría mas que anunciar que se va a llevar a cabo una recarga artificial del acuífero para este verano. Opino que si llegásemos a tener datos concluyentes, que habrá que verlo, es improbable que podamos hacer un almacenamiento significativo cara a este verano. Pero es importante, primero explorar esta posibilidad y segundo considerarla como una medida más de cara a siguientes periodos si la sequía se prolonga.”
Sin precedentes para desaladas
Tal como ha explicado el propio gerente de Abaqua, existen precedentes de recarga de acuífero en Mallorca, que se hacen con aguas superficiales de fuentes, pero ninguno con lo que él denomina recursos no convencionales, es decir aguas desaladas.
Por lo que el seguimiento, control y análisis de la evolución de la mezcla de éstas con las acumuladas en el acuífero debe ser prudente, meticuloso y muy analizado.
Son aguas de distinta naturaleza con composiciones químicas diferentes y, aunque se han hecho análisis preliminares de su viabilidad, ésta debe constatarse, al igual que la impermeabilidad o confinamiento de este volumen.
