El 11 de marzo de 2004 se ha llevado a cabo el peor atentado en la historia europea en los alrededores de Madrid. Diez bombas han explotado en cuatro trenes, dejando un saldo de 192 fallecidos y más de 2.000 heridos, que cada 11M se los recuerda con dolor por este suceso hecho que golpea a todas las comunidades autónomas. Es por ello que en Ibiza todos los ayuntamientos han realizado un respetuoso minuto de silencio en su conmemoración.
A las 12:00, el Ayuntamiento de Vila ha detenido sus actividades y, encabezados por el alcalde Rafael Triguero, todos los trabajadores del lugar han participado de un minuto de silencio en el exterior del Antiguo Ayuntamiento. Lo mismo ha ocurrido en el Consell de Ibiza, aunque sin la presencia de su titular, Vicent Marí.
En el ayuntamiento de Sant Antoni de Portmany han detenido sus actividades para rendir homenaje a los afectados por este ataque también. Junto a agentes de la Policía Local, autoridades han participado de este momento de reflexión y dolor.
Santa Eulària
Uno de los ayuntamientos más comprometidos es Santa Eulâria que han reafirmado su compromiso con «los valores de paz y convivencia» y recordaron «que es en la unidad y en la colaboración donde encontramos la fuerza necesaria para superar las adversidades y construir un futuro más seguro y esperanzador para nuestra ciudadanía».
«Es en esta unidad, donde las víctimas, sus familiares y amigos reconocen la solidaridad y el cariño de todo un pueblo, el europeo, que rechaza cualquier manifestación contra la dignidad y la integridad y cualquier ataque contra los pilares sobre los que hemos construido edificado y desarrollado nuestra civilización: la libertad, la justicia, los derechos humanos, la democracia», agregan en el manifiesto.
También señalan que en este día de luto renuevan su «responsabilidad de luchar, inquebrantablemente, contra el terrorismo en todas sus formas y nuestra firme determinación de continuar trabajando juntos para construir un futuro en el que todas las personas puedan vivir libres del miedo y la intolerancia».
Por último, se comprometen a: asegurar que la memoria de las víctimas del 11M se mantenga intacta y nos inspire a seguir construyendo una sociedad más justa, pacífica y libre para las generaciones futuras; trabajar para que la voz de quienes sobrevivieron a la barbarie sea el germen del compromiso de los jóvenes con un futuro pacífico y alejado de cualquier forma de radicalización y garantizar el espacio de consenso entre sociedad civil e instituciones con las asociaciones de víctimas y defender los principios fundamentales de memoria, dignidad, justicia y verdad.