Los asalariados del taxi del municipio de Ibiza están en pie de guerra ante el posible cambio en el sistema de operar las licencias estacionales, introducido en el borrador del reglamento en el que está trabajando el Ayuntamiento para actualizarlo a la nueva ley aprobada en el Parlament.
Según el texto que obra en poder de La Voz de Ibiza, las licencias estacionales deben ser operadas exclusivamente por personal asalariado, impidiendo que estos conductores estén adscritos simultáneamente a una licencia ordinaria como asalariados, tal como viene sucediendo en la actualidad.
Ventaja
La media introducida por el Ayuntamiento en el borrador respondería al interés de evitar la ventaja que supone que un asalariado trabaje por cuenta ajena con un taxista, disponga de una licencia estacional en calidad de asalariado, opte a una de las nuevas licencias en calidad de asalariado, y luego a otra estacional en calidad de titular.
La propuesta ha desatado una ola de preocupación y descontento entre los trabajadores asalariados, quienes temen por su estabilidad laboral y sus derechos en el mercado.
El concejal de Movilidad, Rubén Souza, se ha limitado a señalar que se «trata de un borrador» y, por lo tanto, sujeto a cambios.
Las controversias
La exclusividad ha despertado el descontento entre los asalariados del taxi, quienes ven en esta propuesta una amenaza directa a su estabilidad laboral y a su capacidad para acceder a oportunidades de trabajo adicionales lejos del taxi durante los períodos estacionales de mayor actividad turística.
«Estamos fastidiados, muy fastidiados», ha expresado un conductor asalariado de taxi que prefirió permanecer en el anonimato. «No sabemos cómo se otorgarán las licencias estacionales, y nos exigen dejar nuestro puesto de trabajo como asalariados para operar como autónomos».
«Es una forma de presionar al asalariado para que no opte el estacional, si quieres seguir teniendo trabajo todo el año», sostiene.
Otra preocupación planteada por los asalariados es la «incongruencia entre valorar la antigüedad como asalariado para optar a una licencia estacional, mientras que luego se exige operarla como autónomo».
Esta contradicción genera confusión y malestar entre los trabajadores, quienes se sienten «en desventaja frente a los autónomos familiares que podrían tener un acceso privilegiado a estas licencias».
La antigüedad a los efectos de optar a nuevos concursos se respeta siempre que el taxista no esté más de seis meses fuera del sector, independientemente de si es por cuenta propia o ajena.
La incertidumbre sobre la disponibilidad y continuidad de las licencias estacionales también está alimentando el malestar en el sector. Los conductores asalariados temen que la falta de claridad en los criterios de asignación y la posibilidad de que estas licencias se otorguen solo a ciertos grupos, como los autónomos familiares, limiten sus oportunidades laborales y afecten su sustento económico.
