El Consell de Formentera ha presentado este mediodía las conclusiones del proyecto Save Posidonia Project, que ya se avanzaron en la pasada edición de la feria turística ITB de Berlín a cargo de la doctora de la Universidad de las Islas Baleares Nona SR Agawin. La conclusión es que las cremas solares afectan negativamente a las praderas de posidonia de la isla.
El estudio ha detectado que los filtros de protección solar pueden estar dañando a la posidonia oceánica porque los químicos se adhieren a las hojas, afectando a su actividad fotosintética. El gran problema está en que los bañistas entran en el agua con estas cremas y los filtros ultravioletas procedentes de protectores solares (oxibenzona, avobenzona 4-metil, metilparabeno) se adhieren a las plantas, como pasa con los corales.
Con esta información sobre la mesa, ha comenzado un análisis sobre qué medidas tomar para evitar que la Posidonia continúe en deterioro, como ya se ha confirmado que el 50% de la posidonia oceánica está muerta. De hecho, en otras zonas del planeta, los protectores solares han sido prohibidos por el impacto negativo que tienen en los arrecifes de coral.
Hay que recordar que la posidonia es una planta endémica del Mar Mediterráneo, antiquísima y de alto valor ecológico que produce oxígeno y absorbe CO2, lo que aumenta la transparencia del agua tan característica de las costas de Formentera, las cuales atraen a millones de turistas año a año.
Del proyecto Save the Posidonia ha participado la Doctora Nora S.R Agawin, investigadora principal del grupo de investigación de Ecología Marina y Sistemática (MARES) de la Universidad de las Islas Baleares, que ha dado una visión general de la acumulación y distribución de diversos componentes de las cremas solares en las praderas de posidonia (ambiente y tejidos vegetales) en diferentes localizaciones en Formentera sujetas a un gradiente de presión turística y cómo estos componentes pueden afectar la salud de estas plantas.
