«Vender gas de la risa es más rentable que las drogas para los camellos: ganan más y tienen menos riesgo». Con esta frase, Alejandro Ponce, jefe de la Policía Local de Sant Antoni ha dado en el clavo de la problemática que se experimenta en Ibiza en los últimos años y que es calificada como el principal problema de la localidad.
Según ha podido comprobar La Voz de Ibiza, los camellos pueden llegar a obtener un porcentaje de ganancia del orden de 1.700%, a razón de algo más de 1.200 euros en la venta de 250 globos cargados de óxido nitroso y tras haber invertido poco más de 68 euros.
El gas, que se inhala de forma recreativa para producir sentimientos rápidos, pero efímeros de euforia y relajación, es ofertado en las calles y cerca de los hoteles. Cada globo se comercializa a 5 euros, y, aproximadamente, cuentan con 8 gramos de N2O, lo que se considera una dosis leve.
Los tubos y cápsulas para inflar los globos se pueden comprar fácilmente en Amazon a precio asequible, ya que se utilizan en gastronomía para lograr nata batida y en medicina como analgésico.
Si bien, las legislaciones no lo consideran una droga, a la hora de registrar el envío a Ibiza, la mayoría de estos productos no está disponible. Solo basta colocar una ubicación lo más cercana posible, como Murcia o Valencia, para lograr una variedad de precios, marcas y presentaciones.
Al ordenar por «destacados», los que figuran primero son los «cilindros desechables para sifón chantilly» de 2.000 gramos que se puede conseguir por 68 euros. Incluso el bot de la web sugiere la compra de globos con este artículo: 100 globos de látex natural biodegradable de 29 cm (11’’), a 5,90 euros.
Otro de los formatos más populares son los de tubos 640 gramos, en paquete de 6, que se ofertan a 159 euros. En este caso, se podrán llenar 80 globos por dispenser con una inversión de 26,5 dólares.
No solo los distribuidores de drogas compran este producto, también consumidores particulares y esto se puede constatar en distintos comentarios donde aseguran que el gas cumple su fin, el de «la risa», y vendrían «por más».
En este sentido, las cápsulas individuales, de 8 gramos, también forman parte del catálogo de este mercado. En esta plataforma se pueden conseguir los paquetes de 24, a 17,25 euros, quedando cada dosis en 0,7 euros.
Situación compleja
Los deshechos de cilindros de diferentes formatos y los globos usados forman parte del amanecer de las calles de Ibiza y generan malestar de los vecinos.
En un video difundido en marzo, por tres jóvenes reporteros del canal The Department of Information, se observa a un vendedor de gas de la risa de origen senegalés y a otros tantos otros captando turistas en la vía pública. Asegura que la temporada arranca en mayo y finaliza en octubre. Además de globos, pueden venderle al turista «la droga que quiere».
Desde el 12 de mayo se ha reforzado la presencia policial en la calle, según ha destacado Alejandro Ponce, jefe de la Policía Local.
«Además de pedir cambios legislativos, también tenemos que hacer un esfuerzo para que le llegue el mensaje a la gente que se dedica a esto de que, aunque no se esté considerado tan peligroso como la cocaína, el éxtasis y demás, es una estancia nociva y que tiene sus penas de cárcel» ha consignado en la entrevista brindada a La Voz de Ibiza.
Según Ponce, no existen mafias detrás de este comercio, sino «buscavidas que pueden comprar palets en Amazon de este producto y luego vender cada globo a cinco euros. Es mucho dinero».
En este sentido, expresó que «en todo Sant Antoni,« no hay ni un solo establecimiento hotelero, de restauración o pastelería que utilice el formato de las botellas de 750 mililitros que son compradas para revender con los globos». Prueba de esto es que en las plataformas de compra y venta es difícil encontrar un artículo con estas características.
Las consecuencias del consumo
El óxido nitroso es un gas que ha estado muy presente desde su descubrimiento en el siglo XVIII. Su consumo se remonta a más de 200 años, pero en los últimos años constituye un motivo de preocupación por su alta disponibilidad.
La vía de administración es inhalada a través de globos que funcionan como reservorio. Se dispara al cerebro a través de las vías respiratorias, actuando como depresor del sistema nervioso central.
Al ser un gas muy soluble y de absorción rápida se difunde por el sistema nervioso central de manera inmediata tras su inhalación, con efectos en menos de un minuto y con una duración máxima de 15 a 45 minutos, dependiendo de la dosis.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) estima que su uso no médico representa un problema para la salud. Lleva asociados riesgos, como el riesgo de asfixia, debido a su naturaleza de gas licuado comprimido. Al funcionar como anestésico disociativo, puede provocar alucinaciones, vocalización incontrolada, alteraciones de la percepción, desorientación espacial y temporal o reducir la sensibilidad al dolor.
