El Consell de Ibiza ha contratado a la agencia Intelligencia Pro Justitia para actuar con detectives privados a lo largo de todo este verano en los cinco ayuntamientos de la isla por 51.836 euros más IVA. El objetivo de esta medida es combatir las fiestas ilegales, un servicio que comenzó durante la pandemia de la Covid-19 en medio de las limitaciones de aforo y horarios en los establecimientos públicos.
El trabajo de estos detectives es localizar, identificar y paralizar, junto a los policías locales, de forma preventiva la celebración de este tipo de fiestas. El pasado verano, sus infiltraciones y sus informes fueron determinantes para la desarticulación de una importante organización criminal dedicada al tráfico de drogas, en una intervención policial coordinada por la Guardia Civil, Policía Nacional y Policías Locales
El conseller de Lucha contra el Intrusismo, Mariano Juan, explica que «se trata de una medida disuasoria que nos han pedido los propios ayuntamientos, porque sus agentes de policía necesitan un refuerzo para detectar las fiestas ilegales, actuar y sancionar».
En este marco, asegura que se trata de un servicio que ayuda a los ayuntamientos a ejercer sus competencias para controlar las actividades que se realizan en sus municipios y que, los cinco consistorios, consideran «muy positivo» para evitar que las fiestas ilegales sean un problema de competencia desleal y de convivencia.
Sanciones
Con la propuesta de modificación legislativa de parte del Consell de Ibiza, aprobada por el Govern en diciembre de 2021, los colaboradores de fiestas también pagan sanciones, al igual que todos los responsables de su celebración. Esto incluye a organizadores, comercializadores, colaboradores, Djs y participantes.
Las multas van desde los 100.000 hasta los 300.000 euros en total. La mayoría de las fiestas ilegales donde se han infiltrado los detectives en los últimos años se han celebrado en villas alejadas de la población, y los accesos se realizan a través de contactos, páginas web o grupos en redes sociales. El precio de las entradas varía según el tipo de fiesta y puede ir de los 20 a los 150 euros y para no ser detectados piden el pago en efectivo o con tarjeta.
