Finalmente, María Iguazo, la okupa que hacía gala del chalet de lujo del que se había apropiado en Menorca, ha desocupado la vivienda en la que se encontraba de manera ilegal desde el 19 de mayo, ante la amenaza de la empresa propietaria de acudir a los servicios de Desokupa.
La mujer junto a sus hijos estaba okupando una propiedad ubicada en Coves Noves, con vista al mar y valorada en 650.000 euros. En todo ese tiempo, disfrutó ilegalmente de la piscina, los tres cuartos de baño y las cuatro habitaciones.
Ante la presión mediática y la viralización de la historia, la familia ha desocupado este miércoles el chalet de lujo. Aunque, al parecer, mantienen a okupación de otra vivienda donde residen a diario, ya que la villa era solamente residencia okupada para los fines de semana.
Complicada
Además de las denuncias por okupar dos viviendas y las cuatro sanciones de tráfico, ahora el servicio de menores ha abierto un procedimiento para investigar la situación de sus cinco hijos.
El Servicio Insular de Familia del Consell de Menorca se encuentra investigando si los menores a cargo de su mamá están seguros en ese núcleo familiar. Esto podría derivar en que los niños queden bajo la tutela del estado o en hogares de acogida.
Es que, en declaraciones a programas de televisión, ha reconocido que sus hijos no están asistiendo al colegio para que no la echen de las casas. También se le suma que ha sido sancionada por llevar a tres de sus niños en un BMW sin tener carnet, haciendo maniobras temerarias y dando positivo en cocaína. Además, ha tratado de utilizar una identidad falsa para evitar los cargos.
Sus justificaciones
En entrevista con Tardear (Telecinco), la mujer ha declarado: «Soy una okupa de categoría, sí». Ella subió el video a sus estados de WhatsApp y así se viralizó.
La casa la consiguió a través de un hombre marroquí al que le pagó: «Se la he comprado a cambio de un dinero que le pagamos y él nos entregó las llaves». Además, le pide un alquiler de 400 euros.
Iguazo, además, cobra 1.500 euros de ayuda social por sus cinco hijos. En ningún momento ha mostrado signos de duda, arrepentimiento ni mucho menos, sino que ha brindado la entrevista con seguridad y una gran sonrisa: «He pasado mucho».
