Bernardus Van Maaren, el holandés que ha comprado sa Penya, es, además de «un hombre de negocios» que fue boxeador y vendedor de coches de época, padre de cuatro hijos pequeños y una adolescente, fruto de una anterior relación.
Siente y lamenta haber pagado un precio demasiado alto por llegar hasta la cima de sa Penya. No en vano, el día anterior a nuestro encuentro se había perdido el cumpleaños de su hijo pequeño. «Me he perdido muchos, demasiados», confiesa a La Voz de Ibiza mientras paseamos por La Marina.
Está exultante por el cambio espera experimentará su vida a corto plazo: la familia se establecerá en Ibiza.
“Mi idea es vivir con ellos aquí por primera vez juntos, después de 10 años de luchar y de trabajar, mitad aquí y mitad en Holanda”, explica a La Voz de Ibiza.
La reunificación familiar gracias a la compra de la planta superior del edificio del Casino des Moll es «la guinda del pastel», dice en perfecto español.
«Tenemos las casas más altas arriba del puerto y también la casa más grande y espaciosa abajo, en la primera línea del puerto», advierte.
Prefiere vivir en La Marina
A pesar del amor incondicional y confesado por Sa Penya, este empresario ha optado por no vivir allí.
-¿Por qué no vive en sa Penya, si es tan buen sitio y está tan enamorado de él?
-Estoy muy cerca, a solo unos pasos andando, pero no estoy en el centro donde pasa todo. Es mejor separar un poco trabajo de vida familiar. Vivir en sa Penya habría sido como vivir en la oficina. Este sitio (Casino des Moll) es perfecto.
Recuerda que la negociación con el propietario empezó en noviembre y que en marzo puedo presentarse como nuevo vecino a la junta directiva de la entidad.
Tiene muchos planes para la revitalizar la zona y también muchas ganas de colaborar con la sociedad del Casino des Moll con cuyo presidente, Joan Marí Ferrer Botja «compartimos intereses».
Confiesa no haber bebido nunca, ni haber tomado drogas y defiende por encima de todo «la palabra», la «honestidad» y la «ética».
Se califica como una persona obsesiva, metódica y perfeccionista, «a veces, demasiado».
Todas estas virtudes, cree, le han ayudado a lograr sus objetivos. «He logrado cosas por ser muy estricto, muy honesto, siempre de cara, sin ocultar nada y siempre de frente», explica.
