Es un miércoles ideal, la temperatura y las vistas parecen tener filtros de Instagram. Un silencio de paz total, dos sillones individuales enfrentados, y una vida por contar que merece la pena leer. Estoy en una casa escondida detrás de un vivero, rodeada de verde, al encuentro de una superviviente, una guerrera vasca que se llama Virginia Nieto Sánchez (Bilbao, 1980) y que es empresaria, es investigadora, y además enseña herramientas de neurociencia para que otras personas sean capaces de tomar las riendas de su vida.
Me pasa el mate, comenzamos…
-¿Cómo empieza tu historia?
-Nací en Bilbao, estudié Turismo en la Universidad de Deusto porque a mí lo que me gustaba era explorar, conocer, viajar… De pequeña era muy creativa, siempre estaba inventando cosas. Al acabar empecé en un hotel 5 estrellas y pronto me di cuenta que me faltaba algo. Entonces me fui a Londres buscando un cambio radical, cambié de profesión y me pasé a la moda, con 25 años. Viví una experiencia muy bonita en empresas muy importantes como Prada, también en la firma multimarca Matches, que en ese momento era una empresa muy importante del sector y mi tarea era de personal shopper. Entonces trabajaba con clientes muy importantes con los que viajaba a París, Nueva York, etc.
-¿Qué hacías exactamente?
-Primero, hablar mucho con el cliente para entender quién es. Y yo preguntaba cosas muy personales porque realmente quería saber quién era aquel a quien iba a vestir. Luego compras outfits para las situaciones que va a vivir y que te las pasan con antelación. Luego les preparas las maletas y viajas con ellos. Había mucho de terapia también [risas].
-Pero qué lotería eso, porque igual te toca un nuevo rico mal educado o alguien que pese a su fortuna es una persona agradable y respetuosa…
-Son súper millonarios pero al final todos tenemos los mismos problemas. Como a mí siempre me ha fascinado el comportamiento humano, entonces era divertido. Y luego estaba la situación en sí, por ejemplo, un cliente era el CEO de la empresa armamentística más grande del mundo y tenía una reunión en un país árabe donde ciertos colores son ofensivos. Parte de mi trabajo no era sólo mi cliente si no adonde iba para no meterlo en una situación comprometedora por una cuestión tan simple como usar ropa o colores que para otras culturas son ofensivas.
Lo bueno es que se me daba mucha libertad, entonces me sentía muy cómoda y muy yo…
-¿Siempre con base en Londres?
-Sí, y luego me salió una oportunidad de trabajo increíble que era llevar la marca de la hija de Dodi AL-Fayed que se llama Jasmine Di Milo, viajando por todo el mundo supervisando las tiendas… pero … me enamoré.
-¡Noooo! [risas]
-¡Sí! Voy, y me enamoro… [más risas], de un argentino, que ya no quería vivir más en Londres. Yo llevaba 5 años construyendo mi carrera, me habían ido a buscar para darme el trabajo de mi vida, y al final dije que no.
-Y se mudaron a…
-Ibiza, yo le dije que la única otra opción era la isla. Dejamos todo y nos vinimos a empezar de cero.
-¿Edad?
-2010 o sea que 30 años. Ahí junté toda mi experiencia en moda y juntos creamos todo el concepto de Emonk, que viene de Eclectic Monk, que era en su momento lo que más representaba nuestra práctica espiritual llevada al trabajo. Siempre explorando y viajando por el mundo para encontrar nuevos materiales…
Es una marca de calzado y complementos, muy bohemia y muy ibicenca, con un sello muy particular o de personalidad muy propia, con un ADN muy definido, basado en el principio de libertad, de juego y de diversión, de una marca nacida bajo el sol.
Yo siempre estuve interesada mucho en el desarrollo personal, me fascina el comportamiento humano como he dicho, entonces busqué esa conexión profunda y/o la espiritual; metía frases en el calzado y cosas por el estilo.
-¿Empezaron en Las Dalias?
-No, abrimos una tienda en el puerto de Ibiza y nos fue fatal [risas], no hicimos para nada un buen plan o cálculo de qué era realmente abrir una tienda. Y al final nos fuimos a Las Dalias y empezamos a crecer y a crecer y a crecer, y muy rápido, y explotó. Piensa que empezamos poniendo plumas en el pelo, no había normas, todo era más inocente, las redes sociales eran más reales, eran otros tiempos. Cualquier cosa que se nos ocurría la hacíamos y la gente se volvía loca porque era todo un concepto nuevo. Pero luego tomó una dimensión muy grande, todas las revistas del estilo Vogue nos buscaban, influencers, las teles, etc y el problema es que hay que sostener el éxito y de repente, todo cambia en mi vida porque tuve un derrame cerebral fulminante.
-Cuéntame exactamente qué pasó.
-Era enero, yo normal y a mi bola preparando la producción y las colecciones, locura total, mi pareja en Buenos Aires visitando la familia y amigos porque necesitábamos un poco de aire, él diciendo “siento que no debo irme” y tal… una noche, hablando con él le digo que me duele mucho la cabeza. A las 4 de la mañana mi perra salta a mi cama y me empieza a oler la nariz y yo “qué pesada, que no son horas”…
Tenía un dolor de cabeza terrible, hasta las 9 de la mañana que conseguí que en Atzaró me dieran cita para esa misma mañana para un masaje craneosacral y cuando salgo me siento en el baño turco y no, no estaba bien. Me subo al coche y de pronto en mi mente se me desdobla la carretera. Fui a la farmacia de Santa Eulalia y pido lo más fuerte que tenían para dolor de cabeza y me dan algo muy potente. De pronto en el coche me doy cuenta de que tengo la cara torcida y no podía hablar. Siento que recibo un mensaje de “¡no lo tomes!”. Entonces lo evité, me fui a casa y por sorpresa mi madre estaba allí y cuando me ve llegar, llorando, en ese estado y habiendo trabajado en un hospital muchos años me llevó inmediatamente a urgencias sabiendo lo que estaba pasando. Entré y ya no salí.
-¿Cuál era el pronóstico?
-Pues derrame cerebral en la arteria basal, que básicamente es la desconección de la vida.
-¿Cuál era el diagnóstico?
-Y, todos esperaban que me muriese ahí mismo. Por alguna razón no morí.
-¿Te taladraron la cabeza para drenar la sangre o qué hicieron?
-Me entraron por la ingle hasta el cerebro. Pero bueno, espera, que no había médicos en Ibiza capaces de lidiar con un caso como este y no podían derivarme porque no podía moverme, cualquier movimiento me podía causar la muerte y nadie quería cargar el muerto, literal [risas]. Y gracias a un amigo íntimo de la familia que consiguió hablar con el dueño de la Clínica del Rosario y logró que volaran desde Berlín a un doctor experto en este tipo de procedimientos. A mi familia le dijeron que estaban prácticamente seguros de que no iba a acabar bien, que lo más probable era la muerte.
-¿Y has cruzado al otro lado?
-Sí.
-¿Cuanto tiempo?
-Un par de minutos…
-¿Has visto el túnel, la luz al fondo, todo lo que dicen que pasa?
-Sí, lo vi todo.
-Pues cuenta en detalle y desde el principio por favor…
-Entré en un túnel de luz que ahora lo traduzco en un túnel redondo de luz.
[interrumpo] -¿Pero no era entonces el túnel oscuro con la luz al fondo, todo el tubo digamos era de luz?
-Sí, llegué de repente allí. Es un lugar donde hay conciencia del Todo, lo sabes todo, un éxtasis absoluto. Es como que te sueltan de repente allí y la sensación es de paz, es de amor, es de equilibrio y armonía, un todo que a la vez es nada, una redefinición del concepto “hogar”.
-¿Has visto seres queridos y mascotas muertos, dicen que te reciben…?
-Yo no. Era todo luz por todos lados, y que te envolvía. La paz, el bienestar, la sabiduría que sentí era infinita. Nunca me he sentido tan bien, tan feliz y completa en la vida.
Y de repente, boom – un flash – y estaba de nuevo dentro de mi cuerpo.
-¿Y qué has sentido?
-Bueno, estaba en un limbo, me sentía como atrapada en medio de las dos dimensiones, piensa que no veía, no hablaba, no podía ni tragar agua. No tenía movilidad voluntaria. Por dos semanas nadie me podía ni tocar. Creía que me había vuelto loca porque no acababa de entender nada, y a la vez, tenía una super conciencia de todo, no se como explicarte pero esa parte fue horrible.
-¡Qué confusión! Como estando en dos planos a la vez, en el físico y el espiritual…
-Exacto, es lo que llamo el campo cuántico, en la más absoluta oscuridad a la que llamo “la noche más oscura de mi alma”, la cual duró un montón de meses.
Pero en ese tiempo me conecté con algo muy loco, porque en ese punto yo podía conectarme con cualquier tipo de información. Y no podía hablar, ni leer, estaba atrapada en un cuerpo no funcional. Pero se me dio chance de acceder a algo que en ese momento ni sabía que era, pero que ahora luego de mucho estudio entiendo más que pasó.
-Yo entiendo que en ese momento extracorpóreo accedas a un plano donde la duda, la mentira, la tontería no existan, que haya conocimiento o certeza, y verdad en estado puro. Pero lo que me parece muy interesante es que hayas vuelto con esa información.
-Cuando venían a asearme y me tocaban sentía que se me bajaba información de esa enfermera, del tipo “su padre tiene cáncer y está preocupada”, así como te lo cuento. Una locura, estaba en estado vegetal pero la cabeza tenía una operatividad fuera de la razón o el conocimiento estándar de lo que conocemos como normal.
-Qué locura. ¿Cuánto has estado ingresada y cuánto duró todo el proceso, desde el episodio hasta estar físicamente otra vez operativa?
-40 días en el hospital y en total desde el episodio hasta volver a hablar, caminar y conducir nueve meses, que según los médicos fue en tiempo récord.
-Y cuando te dan el alta y vuelves a casa ya tenías cierta movilidad, ¿o seguías inoperante?
-Estaba en silla de ruedas y movía algo los brazos.
-¿Has tenido que re-aprender a hacer todo?
– Todo. No podía ni sujetar un tenedor, nada. Pero me desafié mucho a mí misma, empecé a ver sombras, luego a reconocer objetos, luego a caminar paso a paso…. Todo de cero. ¡Una bendición ser vasca, muy terca ella! [carcajadas]. Y me dejaban fuera al sol en primavera y yo sabía que había abejas por ahí entonces como que hablaba telepáticamente con ellas, le preguntaba cuáles eran las mejores flores, etc… Empecé a desarrollar esos poderes de conectividad con el entorno. Por otro lado, mi mente analítica y mi ego con una ansiedad tremenda por el “cuándo te vas a recuperar” que era un tema. Además estaba loca de insomnio, piensa que para mí dormir era “muerte” así que una vez que me desperté no quería volver a dormir por miedo a no volver. Así que fue una lucha contra mi cuerpo mientras que mi mente estaba como re-haciéndose a un nivel mayor a mi estado anterior de consciencia.
-¿Has tenido algún tipo de revés o pasó algo más desde entonces a nivel físico o fisiológico?
-No, por suerte, nada. De hecho nadie entiende mis resultados.
-¿Te ha dicho por qué te ha pasado?
-Sí, por dos cosas. La primera es estrés extremo. Yo estaba a un nivel de autoexigencia y sin ningún reparo por mí o por mi cuerpo. Sosteniendo el éxito, mirando sólo el afuera, sin herramientas de autogestión para procurar equilibrio. Y por otro lado, yo nací con un cavernoma en la arteria basal de 2,5 centímetros, enorme, que ni yo ni mi familia sabíamos. La sangre no encuentra la salida y en un momento de muchísimo estrés o presión, como las paredes son muy finas, revienta.
-Pero claro, sales de esa pero sigues teniendo el cavernoma que es como una bomba de relojería, ¿no?
-Exacto. Y la próxima sí que iba a acabar conmigo porque ya el cuerpo estaba débil. Pero de repente un día me rendí. Lo acepté. Me dije “me rindo a la sabiduría universal, si tengo que morir estoy lista”. Y ahí pasó una cosa asombrosa: empecé a recibir la información de que yo podía sanar mi propio cuerpo.
Lo que tenía que hacer era escuchar, confiar, y seguir las pautas. El poder real está en la mente, ese era el mensaje que recibía. Y entonces empecé a visualizar mi vida. Todos los días visualizaba que yo conducía mi coche. Y me veía cantando una canción a viva voz, la misma siempre, y cada día, todos los días. En mayo y en silla de ruedas, decía en la visión “en agosto estoy conduciendo”. Y así fue.
-Lo entiendo como un poco entre, el poder de la mente, el poder de las palabras, y la autosugestión…
-Y es que no hay otra, tienes que verte sana y fuerte como meta, hablando, viendo, con una mirada más serena y madura, y todo lo que proyecté pasó. Y todo empezó con perderle el miedo a la muerte. Matar el apego del ego, de no querer soltar el cuerpo, pero cuando te liberas, te creas a voluntad.
Luego, además, el único doctor que podía operar una cavernoma basal así estaba en EE.UU.. Hablamos de una operación de 300.000 dólares. Yo estaba con este acceso inusual a la información me dije, “¿cómo saben los cirujanos cómo operar esto?” Y acabé “operándome” yo. Me imaginaba todos los días, cada día, que el cavernoma se achicaba y se achicaba y más y más… Un día tuve que enviar pruebas de control a los médicos y nos responden diciendo “que si esas pruebas eran de la misma persona llamada Virginia Nieto Sánchez no entendemos qué pasó pero no vemos nada que operar”.
Fue una locura para todos los médicos que me trataban y mi caso se estudia en Neurocirugía de la Universidad de Gerona. Me llamaba los médicos, con los que ya habíamos forjado una relación, para oírme hablar y para estar seguros que estuviera viva [risas]. Y yo les decía “la que se murió es la otra” porque fue la muerte de un paradigma para mí, de una forma de vivir, de una mujer absorbida totalmente por un sistema, de creencias de lo que era el éxito, de la eterna zanahoria, y de una violencia hacia sí misma al no prestar ninguna atención a las necesidades propias… y esa mujer murió. Y curioso que 9 meses después era otra… 9 meses después.
-Pero todo esto lo logras con manifestación o has estudiado el tema más a fondo?
-No, estudié mucho. Al principio creía que estaba loca, pero como tenía tanto tiempo dentro de mi cabeza porque el cuerpo no funcionaba y el tiempo dentro no corre como el de fuera, probaba cosas y experimentaba con pensamientos. Luego me recuperé y como necesitaba reconectarme al cuerpo me fui, recién nacida en un cuerpo de 36 años, tres meses a la India a aprender a meditar. Ahí aprendí muchísimo, conocí al gurú del amor que había venido de la Universidad de Calcuta a dar un master en meditación y nos hicimos amigos. Todas las noches nos sentábamos a orillas del Ganges y no parábamos de hablar. Él fue mi mentor de un montón de conceptos que no conocía y no sabía ponerle palabras. Estructura. Necesitaba unir los puntos.
Fast forward ya en Ibiza una amiga me dijo que me recomendaba un documental donde aparece el Dr. Joe Dispensa. Hablaba que había tenido un accidente y que todos los médicos decían que iba a acabar en silla de ruedas de por vida y de cómo él se había operado a sí mismo. Y empecé a llorar sin poder parar. Fue un momento de “ajá”. Que un neurocientífico haya encontrado la misma fórmula que yo, quiere decir que eso está allí, que no estaba loca, y que esto es una realidad. Luego otra amiga me dice que el Dr John Dimartini, experto en comportamiento humano, va a Londres a dar una charla y que tenía que ir a verle. Y fui. Ya en ese punto me decidí especializarme en la ciencia del comportamiento humano con él y luego también me formé con el Dr. Dispensa, con quien he podido realmente poner mi experiencia en palabras, fue un viaje de estudiar mucho para especializarme y entender lo que es la biología de la meditación, la epigenética…
[interrumpo] -¿Qué es la epigenética?
-Estudia a nivel de la genética, cómo podemos regular unos genes y otros dependiendo del ambiente en el que vivimos.
-¿Sería cómo administración genética?
-Sí. Por ejemplo, si estás en un ambiente de guerra tu genética se va a regular de una forma que te hagas más resistente, pero a la vez, puedes estar viviendo en el paraíso y sin peligro pero tener un entorno mental muy violento, entonces genéticamente tendrás los genes en modo defensa. A lo que voy es que se pueden regular los genes a voluntad con la mente.
Y entonces yo lo que he hecho es juntar todo lo que he aprendido y vivido estos últimos años y crear una metodología propia. Es una fórmula que te permite entender mejor tu mente y cambiarte a nivel bioquímico, regulando unos genes y desregulado otros.
Podemos cambiar nuestra vida en cualquier momento. Requiere de trabajo, de pautas, de disciplina, pero una vez que entiendes la fórmula y la incorporas, tendrás una herramienta de por vida que hará que tengas el control de tu vida. El poder de saber quién eres tú, tu diseño, tu huella emocional y si eso que estás todo el día pensando es lo que necesitas pensar. El pensamiento determina todo, y la emoción es un producto de ese pensamiento. El pensamiento crea la realidad dentro de ti. El truco es ser consciente de qué estás pensando o pensar en qué estás pensando, conocido como la metacognición. Si tú tienes el control de qué es lo que piensas, cambiarás tus emociones. Cambiarás tu bioquímica, porque la emoción no es más que un paquete bioquímico en realidad.
Es un autochequeo diario, en mi programa lo hago así, hasta reprogramar la mente para que esté a nuestro servicio.
-Las personas no tenemos ni puta idea del poder de la mente… [perdón por el lenguaje pero quiero ser brutal en lo claro y enfático]
-¡Ni puta idea!
-Y el sistema nos educa para no tenerla.
-Es que si lo entiendes, te autogobiernas, y en ese contexto es muy difícil que aceptes gobiernos externos. Estamos todo el día bombardeados de información de cómo tiene que ser la vida – todo el rato – y todo ese ruido no nos permite oírnos en absoluto. Es muy peligroso para los sistemas que haya personas que sepan el poder de la mente y su poder creador. Pero el pensamiento individual requiere de mucha exploración, no es fácil ni rápido. Y ojo, que no son todo flores, cuando te encuentras contigo sin filtros, también es de justicia decirlo, es muy jodido.
-Hay que tener coraje.
-Sí, y además está la decisión luego sobre qué tipo de relación quieres tener contigo mismo. Y de allí tomar control de al menos la mayoría de los 60 a 70 mil pensamientos que cada ser humano tiene cada día. Encima el 80% de lo que pensamos hoy es lo mismo que pensamos ayer, los pensamientos nuevos son muy pocos. Además, la mente va tan rápido que ni siquiera registramos realmente muchos de ellos. Entonces, qué importante es que cada día nos tomemos unos minutos para ser consciente de la vida que estás creando, a través de tus pensamientos, para ti.
Empezar el día sin correr al móvil, con uno, respirando, pensando en cómo me voy a presentar al mundo ese día… Y si en una rotonda alguien lo hace mal y reacciono mal es correcto, es supervivencia, ¿pero cuánto voy a permitir durar a esa emoción?
-¿Tú haces algún tipo de asesoramiento o das algún servicio?
-Aquí en Ibiza hay mucho circo espiritual, y durante mi recuperación encontré mucha gente irresponsable. Gurús que son de mentira, etc. Yo voy con la ciencia y me informo todo el rato para estar al día. Y sí, yo guío en todo lo que te he contado pero lo que doy es este conocimiento que será una herramienta para toda tu vida y que no dependerá de nadie más que de ti para usarla. Yo te explico el método, lo aprendes y lo entrenas y cuando se convierte en tu segunda naturaleza ya tienes herramienta para toda la vida. Y no dependerá de nadie ni nada más que de ti.
Todos tenemos todo para cambiar la vida, es simplemente conocer herramientas de neurociencia para poder usar el poder que tenemos naturalmente.
Además de Emonk tengo la consultoría que se llama Maison Equantum, una espacio donde trabajamos varias personas en técnicas multidisciplinarias donde ofrecemos varios programas, por ejemplo, de respiración consciente, de meditación, de nutrición y de medicina funcional. Yo llevo la parte de desarrollo personal porque sin tener todos los imperios de tu vida ordenados no se puede, es el principio, y por imperios me refiero a la salud mental, la física, la financiera, aprendiendo a gestionarlos y mantenerlos así, todo junto con lo otro, se hace un trabajo integral. En el equipo hay un nutricionista ortomolecular, una psicóloga, una endocrinóloga, entre otros. Yo lo que hago es estudiar la persona hasta tener un diagnóstico y ayudar a esa persona a definir su necesidad, para que al final, puedan a aprender a llevar una vida equilibrada en todas las áreas de su vida. No hay que llegar al momento de crisis para ponerte a trabajar en ti. La salud es prevención. Y la inteligencia emocional fundamental para la vida.
También tenemos un tienda de Herbodietética y de medicina integrativa llamada «Botánica», que está en Santa Eulalia, donde vendemos productos que complementan todo lo que te he contado.
-La semana pasada la ultraderecha ganó las elecciones en EEUU. Es difícil al menos para mí ser optimista. Parece ser que todo esto de lo que hemos hablado está cada vez más lejos del alcance de las personas. Y la IA nos hará más tontos y con menos recursos, y las RRSS más artificiales – digo – el conocimiento personal y el empoderamiento intelectual no es precisamente lo que esté de moda ahora, ¿cómo ser optimista ante el futuro que viene?
-Yo lo soy y mucho, te explico; vivimos en un mundo dual, no existe la destrucción sin creación, está diseñado así. Seguramente habrá que ser destructivos para cambiar el paradigma y volver a ser constructivos. Pero ambas son simultáneas en realidad. La evolución funciona así, es un espiral perfecto, se está cocinando un cambio muy muy grande global porque los sistemas ya son disfuncionales. Y ya se está creando una nueva realidad, con la misma que se destruye se construye, y no le va a quedar otra a la humanidad porque es ley natural que lo que no es funcional se elimina, se extingue. Acción y reacción.
Hay un orden oculto pero perfecto. Si te fijas sólo en el perjuicio no podrás ver el beneficio, te estás sesgando.
El bien y el mal es la enfermedad de la mente, en el universo no existe el bien y el mal. Lo que existen son leyes que están todo el tiempo poniendo todo en equilibrio.
[sonriendo] Al final de todo esto, vendrán cosas maravillosas, ya verás…