Las intensas precipitaciones que azotaron Ibiza este fin de semana han dejado no solo calles anegadas, sino también imágenes sorprendentes. Entre ellas, la más viral: un Lamborghini Huracán valorado en más de 300.000 euros sumergido en una calle inundada de Playa d’en Bossa, justo en pleno apogeo de los closing de las discotecas.
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El suceso ocurrió la tarde del sábado, en la calle Begònies, una de las vías que desembocan directamente en la playa, a escasos metros del conocido club Ushuaïa Ibiza.
Según las imágenes compartidas por una turista en Instagram, el vehículo de alta gama, de color negro, matrícula española y con las luces encendidas, permanecía inmóvil bajo un manto de agua marrón.
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El vídeo no tardó en hacerse viral, convirtiéndose en uno de los contenidos más compartidos del fin de semana en redes sociales, donde muchos usuarios lo han interpretado como un símbolo de la contradicción entre el lujo y el caos medioambiental.
De símbolo de estatus a metáfora del desastre
Este modelo, el Lamborghini Huracán, puede alcanzar precios que oscilan entre los 200.000 y los 350.000 euros, dependiendo de su configuración y edición. Aunque se desconoce la identidad del propietario, el coche se encontraba aparcado en una zona que suele inundarse con facilidad durante episodios de lluvias intensas.
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La zona de Playa d’en Bossa, una de las más transitadas por turistas y residentes durante la temporada alta y los cierres de temporada, ha sufrido estas dos semanas recurrentemente problemas de drenaje producto de las intensas lluvas.
Un fenómeno que se repite y expone las carencias
Lo ocurrido no es un caso aislado. En episodios anteriores, varios vehículos han quedado atrapados en la misma zona. Esta vez, el impacto mediático ha sido mayor por tratarse de un coche de alta gama y coincidir con un evento masivo como el cierre de temporada de las discotecas.
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La imagen del Lamborghini bajo el agua ha sido ampliamente compartida también en foros especializados del motor, donde se debate sobre el posible daño mecánico que podría sufrir un vehículo de estas características al estar expuesto a semejante cantidad de agua.
El yate Lamborghini y otras ironías del temporal
Mientras el Lamborghini negro flotaba en Playa d’en Bossa como si fuese un exclusivo yate, las redes sociales hicieron lo suyo: convertir la tragedia en espectáculo.
“Bonito yate Lambo”, ironizaba un usuario, mientras otro preguntaba si alguien tenía “el arca o el bote”.
El vídeo, que ya acumula miles de reproducciones en Instagram, despertó una mezcla de emojis llorando, carcajadas y referencias bíblicas. Desde quienes se tomaron con filosofía el desastre —»¡Los dueños de Lamborghinis nunca lloran!»— hasta quienes plantearon soluciones creativas: “¿Quizá deberíamos enviarles unos botes inflables?”
La imagen, en medio de los ‘closing’ más frenéticos del año, pareció representar una Ibiza pasada por agua pero no exenta de sarcasmo internacional. Porque si algo queda claro, es que ni un superdeportivo hundido puede escapar al humor digital.