La articulación de la moción de censura contra el presidente del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba, entra en su recta final. Hoy está previsto que José Manuel Alcaraz presente su dimisión como conseller de Sa Unió, la primera condición sine qua non de GxF y PSOE para apoyar la operación para derrocar al presidente.
Así lo ha confirmado el propio Alcaraz, según recoge Periódico de Ibiza. Los partidos de la oposición han aprovechado el sesgado informe de la Comisión del Código Ético que censura la grabación que realizó el expresidente del PP de Formentera de una conversación con Córdoba y la posterior filtración de fragmentos de la misma para cobrarse una pieza en forma de responsabilidades políticas con las que justificar ante sus bases el paso dado. En la conversación, Córdoba pidió un sobresueldo.
Presidente de consenso en Formentera
La otra condición sine qua non para que GxF y PSOE faciliten la vuelta de Sa Unió al poder es la figura del futuro presidente. A pesar de que Javier Serra se ha librado de la censura de la Comisión del Código Ético a pesar de la manifiesta incompatibilidad que suponía su participación en Marina Formentera, la empresa de Ángel Bustos dedicada a la explotación de marinas, el presidente de Compromís, partido coaligado con el PP en Sa Unió, estaría descartado para asumir la vara de mando de Formentera.
Todas las miradas están puestas en Óscar Portas, ex conseller de Cultura y Patrimonio, también afiliado a Compromís y que ha venido actuando como portavoz oficioso de la coalición en los asuntos relaciones de la crisis que empezó hace más de un año.
En esta línea, estaría descartada Verónica Castelló como relevo de Córdoba.
Sin cordón sanitario al PP
Al contrario de lo que habían venido expresando los partidos de la oposición hasta hace algunas semanas, el informe de la Comisión del Código Ético ha sido la excusa utilizada para esquivar el veto al Partido Popular.
En junio, GxF propuso a PSOE y Compromís articular una moción de censura de la que excluyó al Partido Popular, a pesar de que el centro derecha acudió a las elecciones en coalición. Finalmente, Javier Serra dinamitó el acuerdo al exigir la presidencia.
La irrupción de la investigación de la UCO en la crisis de Formentera y la artimaña de darle un papel político preponderante a la Comisión del Código Ético en la resolución del conflicto han propiciado este cambio de criterio.
Salvo sorpresas, un vez articulado el acuerdo, los respectivos órganos de ambas formaciones, ejecutivas o asambleas, deberán dar luz verde al cambio de presidente en Formentera.
Gobierno en minoría de sa Unió
También salvo sorpresa, Llorenç Córdoba está decidido a mantener el acta de conseller. Así, Sa Unió se enfrenta a dos años y medio de legislatura en minoría, lo que le obligará a pactar con los dos grupos de la oposición y con el conseller no adscrito los acuerdos que requieran mayoría absoluta. En caso de dimisión de Córdoba, Sa Unió recuperaría el noveno conseller y la mayoría absoluta.
Tendrá, pues, una capacidad de maniobra política limitada, salvo que se mantenga la inusual entente cordial de la que han venido haciendo gala los tres grupos políticos en los últimos meses. Casos como la reforma del puerto de la Savina y el concurso bajo sospecha de los servicios de playas iniciado por GxF y PSOE y culminado por Sa Unió han sido saldados con la unanimidad de las tres formaciones.
Y la oposición no ha abierto la boca en cuestiones graves como la caducidad del plan especial del puerto de la Savina que nunca ha explicado Javier Serra y la licencia exprés al restaurante Caminito.