El Govern ha dado el primer paso para la construcción de una nueva desaladora en Ibiza con el objetivo de hacer frente a la preocupante situación de las reservas hídricas subterráneas, que se encuentran en mínimos históricos. La Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua ha aprobado la contratación de estudios técnicos y ambientales para definir la ubicación y viabilidad de la infraestructura, que forma parte de un proyecto que también incluye plantas en Mallorca y Menorca.
Un proyecto para garantizar el suministro
La futura desaladora se ubicará en Sant Josep, una zona estratégica cercana a los principales núcleos de consumo, lo que permitirá optimizar el transporte del agua y reducir el gasto energético. Actualmente, las tres plantas desalinizadoras de la isla operan al 75 % de su capacidad durante todo el año, alcanzando picos del 110 % en más de cinco meses, lo que evidencia la sobrecarga del sistema de abastecimiento.
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Menos extracciones de acuíferos para frenar la intrusión salina
Más allá de reforzar el suministro, el proyecto tiene como objetivo disminuir las extracciones de los acuíferos, cuya recuperación es una prioridad dentro de la planificación hidráulica del archipiélago. «El equilibrio entre el consumo y la regeneración de los acuíferos es clave para frenar la intrusión salina y garantizar el futuro del recurso», ha explicado el conseller Juan Manuel Lafuente.
Estudios técnicos y presupuesto
El expediente aprobado contempla análisis sobre la captación de agua marina, el rechazo de salmuera y la conexión a la red de abastecimiento. En el caso de Ibiza y Mallorca, las nuevas desaladoras se integrarán en las redes de alta existentes, mientras que en Menorca se evaluará la implantación de una nueva. El presupuesto total de los estudios es de 3,5 millones de euros, financiados a través de la convocatoria de ITS 24-25.
Problema compartido en Balears
El déficit hídrico afecta a todo el archipiélago. En Mallorca, la futura desaladora mejorará la potabilidad en el Llevant y Es Pla, donde la mala calidad del agua ha obligado a muchos municipios a declarar el suministro no apto para el consumo humano. En Menorca, el proyecto reforzará el abastecimiento en Maó, Sant Lluís y Es Castell.
Con estos estudios, el Govern avanza hacia una gestión hídrica más eficiente y sostenible, buscando soluciones adaptadas a cada isla para garantizar el suministro y proteger los recursos naturales.