La consellera de Movilidad de Formentera, Verónica Castelló, avanza que el Consell insular estudia cambios de calado en el sistema Formentera.eco, la regulación que limita la entrada de vehículos durante los meses de verano. Entre las medidas que se barajan figuran introducir cupos diferenciados según el nivel de emisiones de los coches y eliminar la restricción para los residentes de Ibiza, en un gesto de “armonía pitiusa” que podría aplicarse ya en 2026.
“No se trata solo de cuántos vehículos entran, sino de qué tipo de vehículos son”, señaló Castelló en una entrevista en Radio Ibiza. “Tenemos que ir hacia menos emisiones y menos contaminación”.
Formentera busca un modelo más verde y estable
El programa Formentera.eco se puso en marcha en 2019 con el objetivo de reducir la presión del tráfico en la isla y avanzar hacia un modelo de movilidad más sostenible. En estos siete años, el techo de vehículos se ha rebajado en más de 2.000 unidades, pasando de 12.450 en 2019 a 10.287 este verano, y los datos confirman que hay menos coches circulando por las carreteras formenterenses.
Aun así, la consellera reconoce que el sistema requiere ajustes. El Consell trabaja en una propuesta plurianual, que se aprobará previsiblemente entre diciembre y enero, para definir la próxima etapa del plan. El objetivo es que la regulación integre criterios medioambientales, con un esquema que priorice los coches menos contaminantes y penalice los de mayor impacto.
“Estamos valorando traducir los cupos a etiquetas medioambientales, como ya se hace en otras ciudades o territorios. Así el control no será solo numérico, sino ambiental”, explicó Castelló.
El posible fin del cupo para los ibicencos
Otro de los debates abiertos es el de los residentes de Ibiza, que actualmente deben pedir autorización para circular por Formentera. El sistema les reserva un cupo de 235 coches y 50 motos al día, aunque, según la consellera, apenas representan un 10% de las solicitudes totales.
“Cuando nos visitaron el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, y nuestro presidente, Óscar Portas, coincidimos en que sería lógico no aplicar cupos entre las Pitiusas”, señaló Castelló.
De confirmarse, los residentes de Ibiza seguirían teniendo que tramitar la autorización, pero sin límite de plazas diarias. Los datos, además, avalan la flexibilidad: la estancia media de los ibicencos en Formentera es de 3,46 días, frente a los 15,3 días de los visitantes peninsulares o extranjeros.
Más control y sanciones más eficaces
El Consell también ha reforzado la supervisión del sistema, que este año ha alcanzado su mayor nivel de control. Las seis cámaras instaladas en La Savina, Sant Francesc y Sant Ferran han captado más de seis millones de matrículas durante la temporada, de las cuales se han derivado unas 3.300 actas de inspección solo en junio y julio. Se prevé que la cifra supere las 6.000 a final de temporada, y las sanciones ascienden a 1.000 euros por circular sin autorización.
“Por primera vez hemos revisado las 57.000 peticiones de autorización al completo. Las sanciones son para vehículos que no tenían permiso, y los sistemas de gestión son ahora mucho más eficientes”, explicó Castelló.
Un verano con 74 días de cupo completo
Aunque la cifra global de vehículos ha bajado, la demanda sigue tensionando el sistema: en 74 de los 122 días de regulación el cupo de turismos visitantes se completó al 100%, casi el doble que el verano pasado (39 días). Esto lleva al Consell a plantearse una pausa en la reducción para evitar que la presión se concentre en los meses punta.
“Si seguimos bajando el techo cada año, podemos acabar con todos los días al 100%, y eso genera el efecto contrario al buscado”, admitió la consellera.
El fondo verde que financia el transporte público
El programa Formentera.eco ha recaudado este año más de 670.000 euros, procedentes de las tasas de acceso:
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6 euros al día en junio y septiembre,
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9 euros en julio y agosto,
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3 a 4,5 euros para las motos.
Estos fondos se destinan al Fondo de Sostenibilidad, con el que se financia el funcionamiento del sistema, las campañas de concienciación y la gratuidad del transporte público, una medida implantada hace dos años.
“Bonificamos una parte importante del transporte, pero las ayudas estatales no bastan. Este fondo nos permite mantener y mejorar el servicio”, apuntó Castelló.
Una revisión sin marcha atrás
El Consell Insular de Formentera se ha dado de plazo hasta principios de 2026 para decidir cómo será la nueva etapa del programa. La consellera insiste en que los cambios no implican dar marcha atrás, sino adaptar la regulación al contexto actual: menos coches, más control y una mirada medioambiental más fina.
“La ley nació para garantizar la sostenibilidad de la isla. Formentera.eco ha funcionado y seguirá evolucionando, pero el objetivo sigue siendo el mismo: proteger el entorno y mejorar la movilidad”.












