La negociación del convenio de hostelería de Baleares se encuentra en punto muerto, con posturas más enfrentadas que nunca entre sindicatos y patronal. Mientras que UGT y CCOO denuncian un intento de desregular el sector y recortar derechos adquiridos, la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) critica el «inmovilismo» sindical y se niega a hablar de subidas salariales hasta evaluar el impacto económico de las medidas en debate.
Flexibilidad o precarización: el gran pulso del convenio
Los empresarios abogan por una mayor flexibilidad laboral, defendiendo contratos parciales que permitan a los empleados trabajar en varios centros, así como la modificación de los períodos de ocupación de los fijos discontinuos. También plantean eliminar la obligación de medir la carga de trabajo de las camareras de piso, lo que, según UGT, abriría la puerta a que las empresas eviten sanciones por exceso de carga laboral.
Los sindicatos, en cambio, exigen garantías de empleo, mejoras salariales y una jornada de 35 horas, denunciando que la patronal busca «dinamitar la negociación» con propuestas que recortan derechos adquiridos.
Cuenta atrás para un posible conflicto
La próxima reunión está fijada para el 30 de abril, pero si las negociaciones siguen bloqueadas, los sindicatos advierten que convertirán la manifestación del 1 de mayo en un acto de protesta contra la patronal, e incluso plantean movilizaciones en plena temporada turística.
El choque de posturas deja en el aire el futuro del que es, sin duda, el convenio más importante de Baleares, con repercusión directa en miles de trabajadores y en la industria clave de las islas.