La periodista y exdiputada del PSC Anna Balletbò ha fallecido en Barcelona a los 81 años, dejando tras de sí una extensa trayectoria profesional y política, además de uno de los testimonios más recordados del 23 de febrero de 1981, día del intento de golpe de Estado en el Congreso de los Diputados.
Balletbò solía recordar con detalle aquel momento histórico en el que fue la única parlamentaria autorizada a salir del hemiciclo, apelando a su avanzado embarazo de gemelos. «Era una tela áspera, dura», contaba sobre la guerrera del agente de la Guardia Civil al que se aferró del brazo. Con los años, transformó aquella sensación en una metáfora sobre la evolución del país: «Al cabo de unos años, otro agente me contó que habían cambiado aquellas guerreras por otras de tacto más suave».
A través de su forma de narrar los hechos, Anna Balletbò convertía cada detalle en una parábola, reflejando su alma de periodista y su capacidad para observar los cambios políticos y sociales de España desde la sensibilidad y la inteligencia.
Periodista, política y cronista de una época
Nacida en Santpedor en 1943, Anna Balletbò fue profesora en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) desde 1975, aunque alcanzó mayor notoriedad por su trayectoria política dentro del PSC, partido al que representó en el Congreso de los Diputados entre 1979 y 2000.
A lo largo de esas dos décadas, se consolidó como una de las voces más respetadas del socialismo catalán, participando activamente en el desarrollo democrático de España tras la Transición.
Tras abandonar la Cámara Baja, continuó su labor cívica como presidenta de la Fundación Internacional Olof Palme (FIOP), desde donde impulsó proyectos vinculados a la cooperación internacional y los derechos humanos. También formó parte del Consejo de Gobierno de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals entre 2008 y 2010.
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En reconocimiento a su trayectoria, recibió la condecoración sueca Estrella Polar (1985) y la Creu de Sant Jordi (2006).
El 23F, una llamada al Rey y una lección de democracia
Su testimonio sobre el golpe de Estado del 23F siempre fue uno de los más citados por su cercanía y humanidad. Balletbò relataba con frecuencia su conversación telefónica con el Rey Juan Carlos I, a quien llamó durante el asalto al Congreso para informar y pedir claridad sobre la situación.
«Me preguntó por la graduación de quienes entraron en el Congreso, cuántos eran, si había heridos», explicaba. Fue entonces cuando decidió invertir los papeles: «¿Puedo preguntarle yo? ¿Usted qué va a hacer?». A lo que el monarca respondió: «El Rey está al servicio de los más altos intereses de España». Ella insistió, y Don Juan Carlos zanjó: «Al servicio de la democracia».
Aquella conversación se convirtió en un símbolo del compromiso de Balletbò con los valores democráticos. Cuando ofreció acudir a la Zarzuela para colaborar, el Rey le respondió cortésmente: «Vaya a casa a descansar».
Una mirada crítica al catalanismo político
Años después, Anna Balletbò se convirtió en una voz lúcida para analizar la evolución de la política catalana. Desde su experiencia, describía con crudeza los errores y contradicciones de su propio partido y del movimiento nacionalista.
Sobre los años del pujolismo, señalaba: «Pujol era un viejo zorro, y se inventaron la cantinela del PSC como partido sucursalista, botifler. Supo hurgar en las contradicciones del sector catalanista, y eso nos destrozaba. A algunos les llegó a comer la moral».
Respecto al Estatut, también mostró su visión crítica y realista. «A Maragall le dije: ‘Pasqual, no puedes tener todos los frentes abiertos’. Le insistía: ‘Cambiemos lo que haya que cambiar del Estatut, pero no pongamos el contador a cero porque eso es imposible’». Y advertía: «Con el Estatut debimos ser más modestos: reformar, pero no desde cero».
Crítica del ‘procés’ y defensora del diálogo
En sus últimos años, Balletbò analizó el procés independentista con un tono sereno pero contundente. Lo consideraba una repetición de errores históricos de Cataluña frente al Estado.
«Forma parte de nuestro ADN, no es un suflé. Pau Claris, Macià, Companys… y ahora el ‘procés’. Siempre hay una línea común: que los catalanes acabamos haciendo siempre un pésimo negocio», explicaba. Y añadía: «Lo que ha sucedido no es razonable. Hay una parte emotiva, otra de supremacismo… y de fondo, una irresponsabilidad absoluta, una profunda ignorancia con respecto a la fuerza del Estado».
Reconocimientos tras su fallecimiento
Tras conocerse su muerte, las reacciones no tardaron en llegar, especialmente desde el ámbito socialista. El presidente de la Generalitat y líder del PSC, Salvador Illa, expresó su pesar en redes sociales: «Conmocionado por la muerte de la querida compañera Anna Balletbò, una mujer entusiasta y siempre activa, que recordaremos como una gran servidora pública valiente y defensora de los valores socialistas cuando era más difícil y necesario».
Por su parte, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, también lamentó la pérdida: «Se nos va un referente del socialismo, una mujer pionera, comprometida con los valores democráticos, que ayudó a construir el país que ahora somos».







