Las autoridades de Ibiza han puesto la mirada sobre el consumo excesivo de ketamina, droga que ha ganado terreno en la fórmula química de la cocaína rosa, también conocida como tusi.
Desde la Fiscalía de Ibiza, han alertado a La Voz de Ibiza de las graves consecuencias del abusivo consumo, que este verano se ha cobrado cuatro vidas. Además, provoca efectos agudos, intoxicaciones graves y daños crónicos.
De qué se trata la ketamina
La ketamina, también conocida como keta, es un fármaco con propiedades analgésicas y anestésicas que pertenece al grupo de las arilciclohexilaminas.
Su origen se remonta a la fenciclidina (PCP), una sustancia empleada inicialmente como anestésico intravenoso en la década de 1950 y retirada más tarde por sus efectos adversos, entre los que se incluían episodios de agitación, alucinaciones y delirios.
En la actualidad, la ketamina tiene un uso ampliamente extendido en medicina veterinaria, especialmente como sedante en procedimientos quirúrgicos de animales grandes como los caballos.
Aunque su uso clínico está bien documentado y se administra bajo control médico, su consumo fuera de contextos sanitarios regulados ha generado preocupación por los riesgos de adicción y sobredosis.
Esto se debe, en parte, a que el organismo desarrolla tolerancia con rapidez, lo que incrementa el riesgo de dependencia psicológica.
Una de las razones por las que esta sustancia puede ser objeto de abuso está relacionada con su potencial para aliviar síntomas de la depresión. Diversos estudios han respaldado sus efectos antidepresivos, si bien la evidencia sobre su uso prolongado, las dosis adecuadas o los efectos secundarios sigue siendo limitada, lo que mantiene abiertas muchas incógnitas en torno a su aplicación en el tratamiento de trastornos mentales.
Según las últimas cifras publicadas por la revista científica internacional Journal of Psychopharmacology, el 11% de la población mundial ha probado alguna vez la ketamina. Mientras que en España el consumo alcanza el 0,9%.
Un cóctel sin control con efectos devastadores
La cocaína rosa —inicialmente conocida como tusi— se presenta como una mezcla psicodélica adaptada al gusto juvenil: polvo o pastillas teñidas de rosa, con aroma frutal y envuelta en estética de lujo, pero su composición no tiene nada de inocua.
Informes de salud como los de National Geographic y Mejor con Salud destacan que se trata de un cóctel impredecible que combina sustancias como MDMA, anfetaminas y, sobre todo, ketamina en dosis elevadas.
La ketamina es un poderoso anestésico disociativo: provoca sensaciones de desconexión corporal y mental, conocidas como el fenómeno de la “K‑hole”, que puede ser buscado por algunos usuarios, pero suele acompañarse de pérdida de control, confusión y pérdida de conciencia.

Efectos agudos: del subidón rápido a la emergencia médica
El principal atractivo de la ketamina es su acción instantánea y psicodélica, incluso con pequeñas cantidades. El tusi moderno, con entre el 60 % y 80 % de ketamina, proporciona un viaje intenso, pero también extremadamente peligroso.
Esta inhalación rápida y potente puede conducir a síntomas agudos como:
- Alteraciones visuales y auditivas
- Desorientación e inmovilidad
- Alucinaciones intensas
- Problemas cardiopulmonares (ritmo acelerado, presión alta)
- Depresión respiratoria en casos de dosis altas o combinados químicos
El riesgo aumenta cuando la ketamina se combina con alcohol u otros depresores del sistema nervioso: aumenta significativamente la probabilidad de depresión respiratoria y muerte por ahogamiento.
Además, su consumo prolongado puede generar daños crónicos en vejiga, hígado y cerebro, con el consecuente deterioro cognitivo. Diferentes estudios indican reducción de materia blanca y gris cerebral, debilitamiento de la memoria, dificultades de atención, trastornos psiquiátricos y sensación persistente de disociación.
Una muerte que resuena: el caso de Matthew Perry
El fallecimiento del actor Matthew Perry por sobredosis accidental de ketamina recalcó los peligros del uso descontrolado.
La autopsia reveló niveles tóxicos de ketamina, que provocaron estimulación cardiovascular extrema y depresión respiratoria, lo cual se tradujo en ahogamiento accidental.

Se descartó que la dosis proviniera de una infusión terapéutica médica reciente, dado que la droga tiene una vida media muy corta (3 a 4 horas).
La tragedia llevó al enjuiciamiento de médicos y distribuidores involucrados en el abastecimiento irregular, algunos enfrentando décadas de pena de prisión, lo que ejemplifica la vulnerabilidad incluso de usuarios con acceso a entornos terapéuticos.
Ibiza en primera línea del riesgo
En Ibiza, las recientes cuatro muertes por sobredosis de ketamina confirmadas por la Fiscalía, junto a otros casos bajo investigación, revelan una alarmante realidad: muchos consumidores, convencidos de que están ingiriendo cocaína, están utilizando ketamina en dosis altísimas sin control.
El mayor riesgo es que la ketamina, en contextos recreativos o no controlados, es una droga con potencial letal inmediato y efectos secundarios severos a corto y largo plazo.
El uso sin supervisión médica aumenta el riesgo de intoxicación aguda, daño multisistémico y muerte, incluso en consumidores jóvenes sin patologías previas.
En Ibiza, el auge del tusi como droga de diseño adulterada ha pasado de ser una tendencia de fiesta a una emergencia de salud pública real.
Sigue leyendo:
-
Lo que hallaron en la vivienda del DJ italiano muerto: drogas, violencia y nuevas claves en la investigación de la Guardia Civil
-
Detenido durante un control en Ibiza con drogas en un compartimento oculto
-
Detenida una pareja en Ibiza por posesión de más de 13 kilos de drogas y malos tratos
-
La Policía Local de Ibiza detecta cuatro positivos por alcohol y drogas en un operativo nocturno