La UGT Illes Balears ha acusado a la Conselleria de Salud y al IB-Salut de llevar a cabo un “desmantelamiento inaceptable” de parte de la nueva flota de ambulancias del transporte sanitario programado. Según el sindicato, las modificaciones informadas a 55 vehículos para reducir su peso por debajo de los 3.500 kilos y permitir que puedan ser conducidos con el carné B no son menores: se están retirando plataformas hidráulicas, anclajes reforzados y suelos antideslizantes. Todas medidas que podrían impactar en la calidad del servicio a los pacientes.
“Nos están vendiendo la imagen de una flota puntera, pero en realidad están desmontando ambulancias nuevas y dejando a los trabajadores sin herramientas básicas para atender con seguridad a los pacientes”, denunció Javier Marín, responsable del Transporte Sanitario de UGT Illes Balears.
Estas modificaciones se enmarcan en el intento del Govern de sortear el error en los pliegos del contrato autonómico que dejó a la mayoría de la plantilla sin posibilidad de conducir los nuevos vehículos. Como informó ayer La Voz de Ibiza, 122 de las 246 unidades licitadas por el Govern balear superan los 4.000 kilos de peso, lo que obliga a tener el permiso de conducción tipo C1. Apenas una quinta parte de los técnicos en el archipiélago dispone de este carné. En las Pitiusas, la situación es aún más grave: de los 46 conductores de ambulancia de Ibiza y Formentera, solo siete cuentan con la licencia C1.
“Una improvisación que pagarán trabajadores y pacientes”
UGT califica la medida de “doble error” por afectar tanto a la seguridad laboral como a la calidad asistencial. “Quitar equipamiento esencial no puede ser una solución técnica, sino una improvisación que pondrá en riesgo a los pacientes y aumentará las lesiones en los técnicos”, advirtió Marín.
“Estamos viendo medidas improvisadas, y la consellera parece mal asesorada sobre el día a día del transporte sanitario programado”, señaló. “Nos dejan vehículos que se asemejan a furgonetas de traslado, no a ambulancias, y eso repercutirá directamente en la población”.
El sindicalista subrayó que las decisiones se han tomado “sin diálogo ni participación” de la parte social, pese a las reiteradas peticiones de negociación. “Nos enteramos de cambios estructurales en los vehículos por la prensa, y eso demuestra la falta de respeto institucional hacia los trabajadores”, añadió.
Críticas a la consellera Manuela García
UGT considera una “contradicción inaceptable” las declaraciones de la consellera Manuela García, quien aseguró que las modificaciones “no afectarán a la calidad de la atención”. “Reducir el peso de las ambulancias quitando elementos ergonómicos es deteriorar el servicio público y malgastar dinero ciudadano en equipamiento que acabará en los almacenes como chatarra tecnológica”, reprochó Marín.
El sindicato reclama “planificación y negociación real” y exige que el Govern escuche a los profesionales antes de aplicar medidas que, a su juicio, “agravan el error original” cometido en la licitación de los vehículos.
“No se contó con los técnicos para el diseño de la flota, ni ahora se nos escucha para reparar el daño. Las consecuencias las padecerán los trabajadores y los usuarios”, concluyó UGT.
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