DEBATE SOBRE LA POSIDONIA

Populismo contra el sector náutico de Ibiza y Formentera: “Estamos mirando en la dirección equivocada para proteger la posidonia”

El presidente de la Asociación de Náutica de Ibiza y Formentera alerta de que el debate sobre los fondeos, y la reciente propuesta de sanciones penales, desvía la atención sobre las causas mucho más graves para las praderas marinas.

Uno de los seminarios del programa de la edición de Foro Marino de este año celebrado en las instalaciones de la Pimeef.
Uno de los seminarios del programa de la edición de Foro Marino de este año celebrado en las instalaciones de la Pimeef.

El último Foro Marino de Ibiza y Formentera dejó una propuesta que agitó las aguas: aplicar el Código Penal a los megayates que destruyen posidonia al fondear sobre praderas marinas protegidas. El profesor de Derecho Penal Esteban Morelle-Hungría defendió la idea de denunciar por vía penal a los armadores y capitanes de grandes embarcaciones, incluso llegando —dijo— a confiscar los yates infractores.

Pero la iniciativa ha generado malestar en el sector náutico. Desde la Asociación de Náutica de Ibiza y Formentera (Pimeef), su presidente, Ramón Van Der Hooft, pide más rigor y menos titulares. “No podemos criminalizar el mar ni a quienes navegamos de forma responsable”, advierte. Y señala que es inapropiado enfocar el debate en el sector náutico, ya que es el que menos incide en la conservación de la posidonia.

“Nos preocupa que se simplifique un problema complejo”

Van Der Hooft participó él mismo en una de las mesas del Foro y asegura que la propuesta penal refleja un enfoque desproporcionado. “Todos en la náutica sabemos que no se puede fondear sobre posidonia. Llevamos años concienciando y colaborando con iniciativas para protegerla. Pero cuando leo que se plantea usar el Código Penal contra los fondeos, me doy cuenta de que seguimos mirando en la dirección equivocada”, explica a La Voz de Ibiza.

El dirigente recuerda que hay estudios científicos que atribuyen una incidencia mucho menor en el deterioro de las praderas a los anclajes. “Yo no me conformo con una baja incidencia, que incluso es del 2 % en algunos estudios. Ojalá fuera cero —dice—, pero si vamos a volcar todos los esfuerzos en eso, no vamos a lograr resultados reales. Es poner una tirita en una herida abierta”, remarca.

Los verdaderos enemigos: vertidos y salmueras

El presidente de la asociación no duda al enumerar lo que, en su opinión, son las tres causas principales del declive de la posidonia: el calentamiento del agua, los vertidos de aguas mal depuradas o directamente sin depurar y las descargas de salmuera de las desalinadoras.

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Van Der Hooft destaca el Estudio de los impactos provocados por las diferentes actividades sobre las praderas de Fanerógamas marinas, que señala los vertidos de aguas residuales como una de las principales amenazas de la posidonia.

“Solo hay que mirar la bahía de Talamanca en Google Earth. Donde está la salida de la desaladora, en un radio de 200 o 300 metros, la posidonia está muerta. Y hace una década allí había hectáreas enteras de pradera viva”, destaca.

¿Por qué, entonces, se insiste con los fondeos? Van Der Hooft sostiene que estos otros factores, aunque más dañinos, no tienen el mismo impacto mediático. “Hablar de depuradoras y desalinadoras no vende. Implica asumir responsabilidades colectivas, mientras que señalar a un yate en una foto es más fácil. Pero si de verdad queremos proteger este patrimonio, hay que tener el coraje de mirar hacia las causas menos fotogénicas”, dice.

El estudio técnico que cita muestra, por ejemplo, cómo los efluentes de las depuradoras alteran los niveles de nutrientes y oxígeno en el agua, acelerando el deterioro de la planta. “Eso no se resuelve con castigos penales, sino con inversión en infraestructuras”, resume.

Una mirada mediática y un silencio incómodo

Durante el foro, asegura, intentó introducir ese matiz. “Pero cuando lo mencioné, la reacción fue el silencio. Luego algunos me dijeron que lo de los fondeos es más visible, más fácil de documentar. Es decir: se prefiere el foco mediático al foco real”.

Van Der Hooft no se opone a que se regulen los fondeos —“ya hay zonas controladas y servicios específicos en el Parque Natural de Ses Salines”—, pero insiste en que la narrativa de la culpa exclusiva distorsiona la percepción pública.

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“Parece que la posidonia muere por los barcos, y eso no es cierto. Todos los navegantes conscientes respetamos esa planta, la valoramos. Es parte de nuestro paisaje, de nuestra vida en el mar.”

Balizamientos y boyas: proteger, sin expulsar

El dirigente también cuestiona otras políticas recientes, como el balizamiento a 200 metros de la costa, que, en su opinión expulsa a las embarcaciones hacia zonas más profundas, donde es más probable encontrar praderas.

“El 70% de los fondos arenosos están entre 50 y 200 metros de la costa. Si todo el balizamiento se pone en el límite máximo, estás obligando a fondear sobre posidonia. Y eso, paradójicamente, es ir en contra del objetivo”.

Lo mismo ocurre —dice— con los proyectos de campos de boyas ecológicas: “En zonas comerciales, como Talamanca, pueden ser útiles. Pero si se instalan sobre fondos arenosos o mixtos, acabarán prohibiendo el fondeo responsable.”

ramon van der hooft
Ramon van der Hooft, presidente de la Asociación Náutica. Archivo.

“Si se abre la vía penal, que se aplique a todos”

Van Der Hooft reconoce que la propuesta de llevar los fondeos al terreno del Derecho Penal ha generado un profundo malestar en el sector náutico. En la conversación, explicó que no se opone a sancionar malas prácticas, pero considera que sería incoherente hacerlo solo con los navegantes.

Según afirmó, “si abrimos la vía penal a esto, también habría que abrir la vía penal a la administración que ha decidido desembocar estos vertidos en nuestras aguas, porque es igual o más escandaloso esas decisiones que se tomaron en su día sin tener en cuenta los efectos”.

Para él, centrar el debate en los fondeos es un ejercicio de populismo que no aporta soluciones reales: “Si realmente el fin es proteger, no estamos poniendo la mirada en la dirección correcta para marcar la diferencia a corto plazo”.

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Un reto compartido

A pesar de su crítica, Van Der Hooft no plantea una postura de enfrentamiento, sino de búsqueda de equilibrio. Reitera que la asociación apoya la protección de la posidonia y que los navegantes son parte de ese compromiso.

Como explicó, dentro del sector existe ya una conciencia ambiental consolidada, reflejada en servicios de fondeo regulado, uso de tecnologías para evitar el impacto y una cultura de educación mutua entre navegantes.

Durante la entrevista insistió en que el objetivo debe ser actuar sobre las causas reales del deterioro, como los vertidos o las desalinadoras, y no sobre el colectivo más visible. Considera que esa sería la forma de avanzar hacia soluciones efectivas y sostenibles.

El mar como espejo

En su reflexión final, Van Der Hooft expresó decepción con el enfoque del Foro Marino, pero también esperanza en que el debate pueda reencauzarse. En sus palabras, “lo único que vamos a conseguir [con la vía penal] es expulsar a un sector que aporta muchísimo para las islas y ni siquiera estamos atacando el área que toca, porque tenemos otras causas mucho más dañinas.

Su mensaje, al final, no fue de rechazo a la regulación, sino de coherencia: “proteger sí, pero con fundamento y sin populismo”.

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