Carlos Alcaraz ya no tendrá de entrenador a Juan Carlos Ferrero, así lo ha establecido el murciano en un mensaje en sus redes sociales, al que ha contestado poco después el valenciano, advirtiendo, eso sí, que a él le «hubiera gustado seguir». Pero quien sigue en el banquillo de Alcaraz, a falta de saber si habrá algún otro cambio en el futuro, es Samuel López, quien comenzará con él la temporada y su primer gran objetivo del curso: el Abierto de Australia (18 de enero).
Un entrenador con historia junto al murciano
López, de 55 años, mantendrá la continuidad en la evolución del murciano, pues se ha empapado bien de su trayectoria personal y profesional. Como entrenador de la academia de Ferrero, ha seguido los pasos de Alcaraz casi desde su aterrizaje, aunque fuera de reojo al principio, pues él se encargaba de guiar la carrera de Pablo Carreño (y antes la de Nicolás Almagro y Guillermo García López, entre otros).
Pero han forjado una gran amistad y poco a poco el alicantino fue teniendo un papel cada vez más relevante en la formación de Alcaraz. Tanto es así, que ya sustituía de vez en cuando a Ferrero en algún torneo cuando este tenía algún asunto personal o necesitaba descanso.
La integración definitiva en el equipo técnico
A partir de enero de 2025, López se integró en el equipo de forma constante. Fue impulsor del cambio de saque del murciano, y ejercía de segundo cuando estaba Ferrero, pero también acompañó a Alcaraz en solitario para llevarlo a los títulos del Masters 1.000 de Miami, Cincinnati, Queen’s, Róterdam y Tokio.
Estos torneos no solo muestran la capacidad de adaptación de López como técnico en varias superficies y condiciones, sino que también demuestran la estrecha relación de confianza que se había establecido entre entrenador y jugador. Esta confianza ha resultado clave para que López sea ahora la figura central del equipo de trabajo del número uno del mundo.
La visión de Ferrero sobre el papel de López
La relación entre Ferrero y López no era solo profesional, sino también complementaria. Hace pocos días, el propio Ferrero habló públicamente sobre el papel que López desempeñaba en el equipo, especialmente tras recibir junto a él el galardón de «Entrenadores del año 2025» el pasado 11 de diciembre, solo unos días antes de que se produjera la ruptura en la relación entre Ferrero y Alcaraz.
Fererro describió cómo ambos tenían roles diferentes pero complementarios dentro del equipo técnico. Según sus palabras, “No tenía ninguna duda de que Samuel iba a encajar muy bien en la filosofía de trabajo, porque llevamos muchos años juntos y sabe perfectamente lo que yo quiero para Carlos. Desde el principio ha hecho un gran trabajo”, declaró a la web de la ATP.
En esa misma entrevista, Ferrero especificó que en el grupo de trabajo cada uno tenía su papel, con él asumiendo a veces el rol de “policía malo” y López el de “policía bueno”.
El enfoque humano y técnico de Samuel López
La descripción de los roles de ambos entrenadores realizada por Ferrero proporciona una imagen clara de cómo se estructuraba el trabajo con Alcaraz: disciplina, exigencia, pero también cercanía y apoyo emocional. Ferrero explicó que su papel tendía a ser más estricto, mientras que López contaba con una faceta más cercana y humorística, aunque igualmente comprometida con el rendimiento.
“El objetivo es que Carlos trabaje al 100% y saque el talento que tiene dentro. Lo hacemos con trabajo y disciplina, pero a la vez con alegría y felicidad. En ese aspecto, yo tal vez soy un poco más estricto y serio en ese sentido. Y Samuel es más abierto y bromista, pero a la vez con esa seriedad que se necesita a la hora de trabajar”.
Estas palabras reflejan ese equilibrio necesario en el entorno de un deportista de élite: combinar exigencia técnica con apoyo emocional para mantener no solo el rendimiento competitivo, sino también la motivación y la estabilidad mental del jugador.
Un nuevo capítulo antes del Abierto de Australia
Con Samuel López al frente del banquillo, Alcaraz afronta una nueva etapa en su carrera. La primera gran prueba será el Abierto de Australia, el primer Grand Slam del año, que comenzará el 18 de enero de 2026. La presencia de López como entrenador principal lleva consigo la expectativa de continuidad en el estilo de juego y en la preparación estratégica, además de una posible evolución técnica bajo su enfoque.
La transición se ha percibido, al menos públicamente, como una decisión interna que busca preservar la estabilidad y el rendimiento del equipo técnico en un momento crucial de la temporada. La experiencia de López, su conocimiento detallado de la trayectoria de Alcaraz y su cercanía personal pueden jugar un papel importante para facilitar la adaptación y mantener el alto nivel competitivo del murciano.
Cambios en el equipo, mismas ambiciones
Aunque la salida de Ferrero marca el cierre de una etapa significativa en la carrera de Alcaraz, también abre una nueva fase con una figura conocida y de confianza al mando. López no llega como un desconocido, sino como alguien que ha seguido de cerca la evolución del jugador, ha participado en momentos clave y ha forjado una relación de amistad y respeto mutuo.
Su nombramiento como principal responsable técnico del equipo de Alcaraz pone énfasis en la continuidad y en la importancia de mantener un entorno estable y cohesionado, especialmente cuando se trata de competir a nivel mundial y de afrontar grandes objetivos.








