En plena caída demoscópica del Partido Popular y con un Vox cada vez más combativo, Marga Prohens ha optado por consolidar su perfil institucional incluso a costa de dinamitar los puentes con su antiguo socio de investidura. La presidenta del Govern balear descarta un adelanto electoral y pretende agotar la legislatura hasta mayo de 2027, aunque el desgaste con los de Santiago Abascal haya pasado ya de la tensión a la confrontación abierta. Y que, incluso, esto ponga obtáculos en el Parlament.
El punto de ruptura: el decreto estratégico y el debate de política general
La semana pasada, Vox rompió la disciplina del bloque de derechas al votar en contra de la convalidación del decreto de aceleración de proyectos estratégicos, considerado clave en el plan económico de Prohens. El desencuentro no fue técnico, sino ideológico: los de Manuela Cañadas condicionaron su apoyo a que el PP aceptara su proposición de ley para declarar el castellano lengua vehicular en la educación. Los populares se negaron, alegando que la propuesta chocaba con la ley de normalización lingüística y el decreto de mínimos. El decreto cayó, y con él, la frágil alianza de legislatura.
Entre otros puntos, este decreto daba una cobertura legal al plan piloto de envío de residuos desde Ibiza hasta Mallorca. Una de las distinas implicancias del rechazo de VOX al decreto es que obliga al Govern a buscar vías alternativas para obtener un respaldo legal para dicho plan piloto.
El decreto de proyectos estratégicos que Vox rechazó incluía tambien la creación de una unidad aceleradora de proyectos estratégicos, una moratoria para nuevas plantas fotovoltaicas en suelo rústico y una subvención de hasta 50 millones del Govern al Consell de Mallorca para cofinanciar el transporte y abaratar la tasa de residuos, ahora en suspenso.
Tensión en el Debate de Política General
Durante el Debate de Política General, la tensión se tradujo en un intercambio inédito entre ambos partidos. El portavoz del PP, Sebastià Sagreras, reprochó a Vox que “condicione las medidas futuras a sus obsesiones” y les instó a “disculparse con la sociedad y las empresas de Baleares por tumbar el decreto”. Cañadas, visiblemente alterada, respondió desde su escaño con un “¡qué poca vergüenza!”, en una escena que simbolizó la ruptura política —y casi personal— entre ambos dirigentes.
Sagreras apeló al “cariño” de años de negociaciones, pero remató con una advertencia: “Si ustedes no quieren desarrollar los acuerdos pendientes, lo haremos nosotros”. La frase sonó a cierre de etapa.
Prohens se desmarca: “Para gobernar hay que ganar las elecciones”
Al día siguiente, Marga Prohens reforzó el mensaje. En su réplica a Vox, la presidenta del Govern recordó que “en 2018 no sabía ni quién era” Manuela Cañadas y le reprochó que “confunda las negociaciones con un pulso en el que el PP debe arrodillarse”. “Le pido lo mismo que ofrezco: respeto, responsabilidad y que no falte a la verdad”, sentenció.
Prohens defendió su coherencia en materia migratoria y rechazó el discurso de Vox sobre “identidad” e “ilegales”. Reivindicó haber advertido ya en 2018 sobre los desafíos de las llegadas masivas. También le recordó a Cañadas: “Para gobernar hay que ganar las elecciones”.
Madrid no ayuda: sin superdomingo ni socio preferente
Mientras tanto, desde la calle Génova de Madrid se sigue presionando para un “superdomingo” electoral que agrupe comicios autonómicos, locales y europeos. En el PP balear insisten en que su horizonte sigue siendo el final de la legislatura. Prohens ya ha descartado públicamente un adelanto electoral y ha reiterado que su objetivo es agotar el mandato hasta mayo de 2027.
Esa apuesta por la estabilidad contrasta con el ruido político que se intensifica en el Parlament, donde Vox amenaza con bloquear futuras iniciativas del Ejecutivo. “Seguiremos colaborando como siempre, pero sin aceptar sus imposiciones”, insistió Sagreras.
Entre la gestión y la soledad
Prohens intenta proyectar una imagen de moderación y solvencia técnica, mientras Vox la acusa de haber “traicionado el cambio”. En Génova preocupa que Baleares se convierta en un laboratorio del distanciamiento entre ambos partidos, justo cuando la derecha española busca recomponer su discurso común.
Mientras tanto, las últimas encuestas no traen buenas noticias para el PP: apuntan a una bajada de los populares y a un Vox en ascenso o consolidado: el 40dB para El País y la Cadena SER reduce la ventaja popular a 1,1 puntos (30,5% PP frente a 29,4% PSOE), Sigma Dos para El Mundo detecta pérdida de seis décimas del PP en un mes (33,8%) y NC Report para La Razón mantiene al PP delante (34,4%) pero con dependencia de Vox para gobernar. El denominador común de los tres sondeos es el trasvase de voto del PP hacia Vox.
El PP balear, sin embargo, parece dispuesto a asumir la soledad parlamentaria si eso refuerza su autonomía política. “Sin socio preferente y sin adelanto electoral” se ha convertido en la fórmula de resistencia de Marga Prohens ante un escenario cada vez más polarizado.
